Verano tras verano, las beauty lovers y amantes de la perfumería nos rendimos a una misma familia olfativa: la de los cítricos. Son fragancias limpias, efervescentes, ligeras, fáciles de llevar y con ese punto veraniego que tanto apetece. Sin embargo, no todos los cítricos son iguales. Algunos apenas duran unas horas sobre la piel, otros carecen de profundidad o acaban resultando demasiado convencionales. Y cuando llega una fragancia que combina lo cítrico con lo misterioso, una toma nota.
No soy muy fan de los perfumes que se quedan solo en lo fresco, lo transparente o lo acuático. Me gustan los contrastes: la calidez sobre la piel, la estela que permanece, ese giro inesperado que te hace preguntar qué llevas. Una fragancia cítrica que no sea un zumo recién exrprimido, sino una experiencia. Esas que puedes aplicar tras la ducha para ir al chiringuito con amigas, pero que también funcionan a la perfección con un vestido negro y un cóctel en la mano.
En mi colección se ha colado una novedad que cumple con todos esos requisitos. Frescor, sí. Energía, también. Pero con una profundidad inesperada que la hace extremadamente versátil. Es uno de esos perfumes frescos de verano que una editora de belleza tiene fichados. Un hallazgo reciente que no pienso dejar atrás estas vacaciones. Si solo pudiese llevarme un frasco a mi neceser de viaje, no tengo dudas: sería este.
Si solo pudiese llevarme un perfume estas vacaciones de verano, sería este
Fugazzi, perfumería viral de alta gama
Fugazzi es una casa joven pero con un concepto potente detrás. Fundada por Bram, un apasionado de las fórmulas antiguas, la marca se inspira en la alquimia egipcia y en la leyenda de Cleopatra conquistando a César con solo oler bien. Un mito tan provocador como su forma de crear. Bram apostó por fórmulas potentes, ingredientes inusuales y una estética con guiños crípticos: el nombre Fugazzi viene de la palabra "fugazi", algo ilusorio, y se reescribió con una letra del alfabeto cirílico para añadirle más misterio. Desde 2018, ha lanzado más de veinte perfumes que combinan el riesgo con la sofisticación, colaborando con nombres clave de la perfumería como Valerie Garnuch-Mentzel o Ilias Ermenidis.
Orange Crush Extrait de Parfum, pura intensidad cítrica
Esta fragancia es un cítrico elevado a la máxima potencia sensorial. Orange Crush Extrait de Parfum no se limita a ser fresco: es vibrante, envolvente y adictivo. Su apertura es un estallido de naranja, bergamota, grosella negra y cítricos que te atrapa al instante. Un arranque jugoso y electrizante que deja claro que no estamos ante una colonia ligera. Después, el corazón se vuelve más cremoso y moderno gracias al uso de Iso E Super, ámbar blanco y pepperwood, que aportan volumen y un efecto piel muy adictivo. En el fondo, aparecen notas más oscuras y duraderas como akigalawood, almizcle, ambreta y musgo de roble. Resultado: un perfume cítrico, cálido y floral que huele a noche de verano.

La concentración en formato extrait garantiza que dure muchas horas, incluso cuando hace calor. Funciona de maravilla en la piel bronceada y no necesita reaplicación constante. Es uno de esos perfumes cítricos nada típicos para las que adoran las fragancias frescas, limpias y elegantes. Y no, no hay que dejarse medio sueldo: Orange Crush cuesta 95 euros por 50 ml, una cifra muy razonable para lo que ofrece. Un acierto absoluto para amantes de lo diferente, que no quieren renunciar ni a la frescura ni a la intensidad.
Otros perfumes cítricos que presumen de alta duración
Gaba de Hormone Paris

Otro perfume que merece estar en la maleta de una amante de la perfumería es Gaba, de Hormone Paris. A diferencia de otras creaciones de la casa, esta composición apuesta por un enfoque más cítrico y limpio, pero con una base muy bien trabajada. Combina notas de mandarina italiana, lavanda y flor de osmanthus con un fondo potente de ambroxan, almizcle y Akigalawood. Es vibrante, solar y tiene un punto elegante gracias al jazmín sambac en el corazón. Además, tiene una estela que se mantiene durante horas, incluso bajo el sol. Su precio, eso sí, es más elevado: 200 euros.