El olor a limpio tiene algo que trasciende estaciones, tendencias y épocas. Puede evocarse con cítricos suaves, pero también con esa sensación que acompaña a unas sábanas recién extendidas sobre la cama, la calidez de una toalla utilizada por primera vez o la ropa que se seca con sol de mediodía. Dentro de ese universo delicado sobresale la flor del algodonero, una nota que ha ido ganando espacio en la perfumería contemporánea gracias a su carácter ligero, ligeramente empolvado y con un matiz casi mineral. Históricamente se ha empleado para recrear la suavidad textil y la nostalgia de lo cotidiano. Siempre he pensado que este territorio olfativo no era para mí; sin embargo, una nunca deja de sorprenderse si toca la puerta adecuada.
Durante mucho tiempo relacioné estas fragancias con algo monótono, de poca permanencia en la piel y sin demasiada huella. Eso sí, en la última temporada he descubierto que existen interpretaciones con profundidad, carácter, memoria y una presencia muy interesante. Una de mis incorporaciones recientes lo demuestra: Sol Salgado Extrait de Parfum de Thomas de Monaco, un extracto por la que me han preguntado en varias ocasiones qué llevo. Esta esencia me ha reconciliado con la idea del olor puro porque integra un registro dulce y salino que resulta único.
El perfume limpio, salado y dulce que me encanta llevar en el día a día
Sol Salgado Extrait de Parfum de Thomas de Monaco, algodón secándose al sol
Lo primero que aparece al aplicarlo es una flor del tilo suave que aporta un aire vaporoso, acompañada por la mimosa y la flor del algodonero, que funciona como columna vertebral. Es una salida ligera, pero no etérea en exceso. A medida que pasan los minutos, surge un acorde salado envuelto en heliotropo y ámbar gris, que aporta un efecto solar, luminoso. Todo ello se asienta después sobre sándalo dorado, vainilla poco golosa, almizcle limpio y un toque de humo extremadamente sutil.
Me gusta especialmente cómo brilla esta combinación con el otoño. Podría pensarse que los aromas de aire nítido pertenecen al verano, pero en realidad, cuando las temperaturas bajan, el contraste con la calidez corporal los hace más suave, más cercanos. Aquí aparece una faceta que yo no esperaba: un perfume con olor a limpio, jabonoso, fresco y un poco dulce, pero con una profundidad serena.

Uno de mis descubrimientos al utilizarlo ha sido la flor del tilo, una nota históricamente vinculada a jardines urbanos europeos y a la idea de refugio aromático en días grises. Su presencia aporta serenidad y un tinte meloso muy interesante. La sal, por su parte, intensifica la piel, como si resaltara su aroma natural. Es justo esa cualidad la que me hace definirlo como mi perfume con olor a limpio favorito del otoño porque huele a piel, pero hablo de una piel limpia, hidratada y expuesta al sol del mediodía en una jornada de sol en pleno noviembre. Fue creado en 2023 por Maurus Bachmann y se puede comprar en Linda Vuela a Río por 275 euros.
Otros perfumes con flor del algodonero en su composición
Musc Invisible de Juliette Has A Gun

Musc Invisible de Juliette Has A Gun cuenta con una salida sutil de jazmín, mientras que la flor del algodonero aparece como una nube delicada. El almizcle blanco del fondo aporta una sensación limpia, cálida, nada. Se encuentra por 126 euros en El Corte Inglés.