Desde Tamara Falcó a Karol G: cómo la era de los retoques digitales está acabando

Tras las polémicas imágenes que Tamara Falcó subió editadas y la edición de la portada de Karol G, se ha vuelto a abrir el eterno debate sobre la exagerada postproducción de algunas imágenes que se ven en Internet. 
Iñigo Onieva y Tamara Falcó

Ayer, 11 de abril, saltó a los medios la polémica imagen de Tamara Falcó en la que se pueden ver los retoques estéticos que modifican el cuerpo de ambos. También fue la semana pasada cuando Karol G reivindicó el fin de los retoques digitales con su queja pública en redes sociales de una portada mega-editada.

Tamara falcó e Iñigo Onieva en Bali - Instagram

Cada vez son más las influencers y famosos que abanderan el movimiento “al natural” en sus redes sociales, pero muchas veces no es que sean muy fieles a él. Ayer saltó a los medios la polémica imagen de los retoques que la empresaria había hecho en una de las imágenes del post junto con su futuro esposo, Iñigo Onieva, en sus vacaciones a Bali.

Ha sido una Semana Santa movida, ya que también saltaba a la opinión pública la portada de una revista mexicana en la que 'la bichota' aparecía con una edición "malísima". Tal fue el cabreo, que ella misma hizo una comparativa con una foto suya sin retoques.

Lo que más le sorprendió fue que a pesar de su inconformidad con las ediciones, se publicó. Alegó que “es una falta de respeto hacia las mujeres que todos los días nos respetamos buscando sentirnos cómodas con nosotras mismas a pesar de los estereotipos de la sociedad”.  

Estos dos ejemplos son versiones muy distintas en la forma en la que se usan los retoques digitales para poder llegar al canon de belleza que es prácticamente imposible. Las redes sociales difuminan la realidad, los influencers, que son los que más se exponen públicamente, buscan esconder el mayor número de imperfecciones para conseguir una perfección que no es real.

Nueva generación, ¿nuevo canon de belleza?

Aunque la Generación Z ha abanderado este concepto de naturalidad, todavía se pueden seguir viendo en redes sociales como están a la orden del día. Y es que la apariencia vuelve a ser uno de las cuestiones prioritarias, ya que "se ha vuelto a consumir en cosmética, más que en skincare", cosa que en 2020 era al contrario. 

Para la generación millenial los retoques en imágenes publicadas en Internet estaban bien vistas. Ahora es la 'GenZ' la que quiere traspasar las pantallas y modificar sus facciones y cuerpos para parecerse a filtros que modifican por completo la apariencia, hasta ser casi otra persona. 

Belleza Falsa: la realidad detrás de Instagram 

La cuenta Belleza Falsa de Instagram, “expone” de alguna manera la realidad de muchas publicaciones que se pueden ver en esta red social de nuestras influencers favoritas. Fue esta cuenta quien hizo una comparativa de las dos imágenes del caso ‘Tamara e Iñigo’. 

La cuenta no pretende exponer y humillar a nuestro ídolos, si no humanizarlos y mostrar la imagen real de cómo se ven, en su mayoría, mujeres. 

Este "espejo digital" se traslada a la realidad en las clínicas de medicina estética. En 2021 se realizaron cerca de 900 mil tratamientos estéticos. Además, un 40% de la población española se ha hecho algún que otro retoque, de los que más del 70% son mujeres, dejando claro que la mujer siente mucha presión a la hora de las apariencias físicas. 

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