El pasado 19 de enero aterrizó en exclusiva en Disney+ Cristóbal Balenciaga, la serie dramática original inspirada en la vida y el legado del creador español nacido en Guetaria, uno de los diseñadores de moda más icónicos de todos los tiempos.

La serie de seis episodios ha sido creada por Lourdes Iglesias y los 12 veces ganadores del Goya Aitor Arregi, Jon Garaño y Jose Mari Goenaga (directores de La trinchera infinita, Loreak y Handía), que se lanzan con su primera serie de televisión y con un personaje desconocido para el gran público.
«Le dieron mucha importancia al rigor histórico, pero evidentemente había que inventar y ficcionar para contar una historia de la que, en gran parte, solo hay silencio», asegura el actor Alberto San Juan que protagoniza la serie.
Le acompaña un elenco internacional de actores que interpretan a reconocidos personajes del s. XX y que fueron fundamentales en la vida del maestro. Entre ellos, destacan Belén Cuesta (Fabiola de Mora y Aragón); Josean Bengoetxea (el empresario Nicolás Bizkarrondo); Cecilia Solaguren (su mujer, Virgilia); Anouk Grinberg (Coco Chanel); Gabrielle Lazure (Carmel Snow, directora de moda de Harper’s Bazaar) o Anna-Victoire Olivier (la actriz Audrey Hepburn), entre otros.

Cristóbal Balenciaga es una miniserie estéticamente deliciosa que nos teletransporta a la época (desde los años 30 a los 70), al París de la alta costura y a la mente creativa y compleja del diseñador. Y lo hace a través de la banda sonora de Alberto Iglesias, ganador de 11 premios Goya.
También se apoya en el imprescindible trabajo de vestuario de Bina Daigeler (nominada al Oscar por Mulán) y el figurinista Pepo Ruiz Dorado, la fotografía de Javier Agirre Erauso (ganador de un Goya por Handia), la dirección de arte de Mikel Serrano (ganador del Goya por Handia y Akelarre) y el maquillaje de Karmele Soler (Goya por La piel que habito).
Alberto San Juan es Cristóbal Balenciaga

Alberto San Juan no podía imaginar que un diseñador de moda vasco tan conocido como desconocía acabaría regalándole uno de los mayores personajes de su vida. Se ha metido en la piel de un hombre destinado a cambiar el rumbo de la historia de la moda en medio de la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial. Cristóbal Balenciaga se empeñó en ser ese enigma que Alberto San Juan ha tenido que resolver.
¿Qué sabías de Cristóbal Balenciaga antes de la serie?
Sinceramente, nada. Me sonaba por la marca, pero esto es por mi ignorancia total del mundo de la moda. Sin embargo, sí conocía de nombre a Christian Dior y Coco Chanel y creo que eso tiene que ver en el cuidado que puso Balenciaga para que se conociera su obra, pero no a él.
¿Cómo te llegó el papel?
Me llamaron para el casting. Cuando supe que la prueba era para hacer de Cristóbal Balenciaga, uno de los diseñadores de alta costura más importantes del siglo XX, me metí en Internet y descubrí que hay muy poca información personal.
Algunas fotos y ninguna entrevista, aunque se diga que hay dos creo que no es cierto porque son perfiles periodísticos con un par de declaraciones. No existe su voz grabada y solo una filmación corta en la que le vemos en el taller trabajando rodeado de gente. Nada más.
Vi también un par de reportajes que no eran exhaustivos, se centraban en la obra, pero de su persona apenas daban información. Con eso hice la prueba, me dieron un par de secuencias y las hice con los tres directores y la jefa de casting y tiempo después me llamaron.
Cuando me cogieron, los directores me pasaron la documentación que tenían, leí varios libros sobre él… Todo lo que hay son testimonios de personas que le conocieron y ahí reside parte del interés del personaje, en lo enigmático que resulta.
"El interés de Cristóbal reside en lo enigmático que resulta".
¿Cuál ha sido el mayor reto para interpretarle?
No tenía ni idea de francés, para mí eso ha sido el mayor reto. El euskera es mucho más lejano para alguien que habla castellano que el francés, pero fueron solo un par de escenas. En francés fueron muchísimas y me robaba mucha atención en la propia escena, pero bueno…
¿En qué te condicionaba que fuera una persona real?
En este caso no estaba el problema de la imitación porque apenas hay referencias sobre él. Era más importante que tuviera consistencia el personaje que veías en la pantalla a que se pareciese a alguien que apenas nadie sabe cómo es.
¿Qué comentabas sobre la interpretación y el personaje con los directores?
Le creamos a partir de los pocos datos que había. Hay datos objetivos muy significativos. Uno es que se oculte, que sea una persona que huya de la exposición pública. Es un dato a partir del cual imaginar por qué.
También el vivir en la época en la que vivió, nacer a finales del s. XIX en una aldea de pescadores junto a San Sebastián, empezar de tan niño a apasionarse por la costura junto a su madre, crecer sin padre, comenzar a trabajar tan pronto e irse justo después de empezar la Guerra Civil a París donde también vive la ocupación.
Hay tres contradicciones muy importantes en Cristóbal Balenciaga. Una es dedicarse a un oficio que le convierte en uno de los hombres más conocidos del planeta a través de su obra, pero a la vez querer que no se sepa nada de su persona. La segunda es ser homosexual siendo católico practicante y en un tiempo en el que no se permitía ni social ni legalmente. Y la tercera querer ser apolítico en un tiempo de guerra civil, guerra mundial…
Pero en la propia serie se lo dicen... ¡hasta un sombrero es política!
Así es. Esas grandes contradicciones le convierten en un personaje apasionante y estimulante a la hora de imaginar. Evidentemente, cualquier biopic es una ficción a partir de la realidad.

Si lo viera Balenciaga se llevaría las manos a la cabeza y diría ‘pero ¿qué habéis hecho? ¿Por qué habéis hecho una serie sobre mi vida? O quizá no, porque seguramente y siendo otra contradicción, creemos que tenía también ese punto de vanidad y pudor.
Estas son las cosas que compartía con los directores. Su relación apasionada con el trabajo con gozo y dolor. Dolor por su permanente frustración y búsqueda de algo inalcanzable como es la perfección e ir siempre más allá. Otra contradicción es que alguien que parece tan conservador y de aspecto más bien gris, sin embargo, sea tan libre a la hora de concebir su obra. Absolutamente espectacular.
¿Has podido hablar con alguien que conociera a Cristóbal?
Sí, con alguna persona que trabajó con él en su taller de París. Los testimonios coinciden en que era una persona que tenía un trato serio y distante, pero era amable en el ámbito público. En el del trabajo, aunque era educado podía tener explosiones de cólera puntuales por una cuestión de exigencia.

Dicen que decía que la vida social y las fiestas le parecían una pérdida de tiempo. Lo que le gustaba eran las reuniones de pocos amigos en casa donde se soltaba más, hacía martinis y contaba chistes. Siempre en las distancias cortas con gente de confianza, como Coco Chanel, Givenchy o Carmel Snow lo pasaba bien y se animaba.
¿Cómo ha sido tu relación con el departamento de vestuario?
El vestuario en esta serie evidentemente tiene un papel protagonista, mucho. Y un protagonismo independiente de mi trabajo. En la ficción yo soy quien concibe eso, pero en la realidad mi relación fue solamente que me tomaran medida para los trajes. Balenciaga viste con trajes discretos, en su aspecto no había nada estrafalario.
Me han chivado que hasta te preocupaste de aprender a coger bien la aguja...
Tenía que conseguir que pareciese que sabía porque para saber de verdad necesitaría muchísimo tiempo. Y para ejecutar como Balenciaga más. Dior y Chanel decían que era el maestro, un costurero increíble. Estuve trabajando con un modisto que se llama Iñigo Garaizabal que me enseñó a tratar con los tejidos, las tijeras, las agujas… pero no sé coser.

¿Te has quedado algún recuerdo?
Después de Balenciaga me gustaría vestir siempre con ropa que me hiciera a medida un sastre, me he enamorado de la ropa que me hacían. Me regalaron uno de los trajes, pero aún no lo he utilizado.
¿Crees que la serie puede hacer justicia con este maestro de la moda y que se le conozca tanto como a otros?
Pues sí, no está mal saber que en un rincón de este país nació una persona que en un campo de creación artística fue una de las tres cumbres con Chanel y Dior seguramente.
¿Ves ahora un desfile de forma diferente?
Sigo siendo un ignorante, pero ahora más respetuoso, interesado y con menos prejuicios.
¿Qué ha supuesto este personaje en tu trayectoria?
Es, sin duda, el trabajo de mayor dimensión que he hecho en toda mi vida. Son seis horas de ficción en las que mi presencia es continua. Me resulta un poco abrumador verlo. Es un trabajo que, siendo muy sincero, creo que está por encima de mi capacidad física, intelectual y actoral.

Es de una dimensión tal que no lo abarco, espero haber alcanzado algo esencial, pero había tanto que hacer… Estoy feliz de haberlo hecho y siempre me quedará la sensación de ojalá haber podido trabajarlo más, pero es algo que nos pasa con casi cualquier trabajo, no es fácil decir “ha quedado redondo y estoy satisfecho”.
¿Crees que después de interpretarle has podido descifrar ese “misterio Balenciaga”?
Me siento cerca de ese personaje ficticio que hemos creado, de nuestro Balenciaga. Es alguien a quien quiero, le comprendo con sus luces y sus sombras como yo mismo las tengo y como es natural en la condición humana. Le quiero y comprendo sin haberle conocido, que no deja de ser todo un producto de la imaginación de guionistas, directores y este actor.
"Quiero y comprendo a Balenciaga sin haberlo conocido".
Bina Daigeler y la magia de la costura
También hemos hablado con Bina Daigeler, responsable de recrear los diseños de Balenciaga, quien asegura que «cuando me ofrecieron el trabajo pensé que era precioso, pero también sentí un enorme respeto, esperaba estar a la altura de un proyecto en el que me podía perder por completo en la técnica de alta costura e intentar recrear los vestidos más icónicos de Balenciaga en una época compartida con Dior y Chanel».

La diseñadora de vestuario alemana lleva gran parte de su carrera vinculada con el cine y las series españolas, pero también ha dado el salto internacional. Así, en su currículum podemos encontrarnos con Volver de Pedro Almodóvar, pero también con series como El tiempo entre costuras y producciones norteamericanas como Mrs America.
«Los productores y directores fueron conscientes desde el primer momento de que el vestuario era el principal protagonista, un personaje más añadido al de Alberto San Juan», explica.
Desiles y personajes
«Por un lado, teníamos que recrear las colecciones de los desfiles de forma muy realista, diseños que reproducen los auténticos de Balenciaga, y por otro, vestir a todos los actores», explica.
«Es una época muy elegante e interesante porque se inventaron nuevas siluetas y Balenciaga fue imprescindible».
Para ello contaron con un taller propio con más de 10 trabajadores y varios talleres externos, además pudieron acceder al archivo de la Maison Balenciaga y al del Museo Galliera en París que les permitió «ver algunas construcciones y entender mejor algunas de sus técnicas».
Y para quienes se lo pregunten, sí, hay algunas prendas que lucen los protagonistas y que son verdaderos diseños de Balenciaga, aunque las colecciones que desfilan son todo fieles recreaciones.
¿Y cómo vestía Cristóbal?
Siempre con traje de chaqueta elegante, como vestían los hombres de la época y cambiando los cortes según las tendencias desde los 30 a los 70. En el taller siempre llevaba una bata y es seguramente lo que habrá ayudado a Alberto San Juan a encontrarse más en la piel de Cristóbal Balenciaga.