Pese a su juventud, tiene un currículum brillante: es licenciado con honores en Historia y Relaciones Internacionales por King’s College London y con 17 años ya publicó su primer libro.
Ahora, La sangre del padre, una novela que trata de rellenar los muchos huecos que existen en la vida de Alejandro Magno, le ha valido a Alfonso Goizueta ser finalista del Premio Planeta 2023.
¿Por qué escribir sobre Alejandro Magno?
Sin duda es una de las figuras máximas del mundo antiguo, pero sobre todo porque el mundo que dejó no era para nada en el que él había nacido, allá por el 356 a. C.
Yo creo que pocas fechas hay más significativas en la historia que el año 323 a. C., el principio del helenismo, de un mundo totalmente nuevo. Este libro nace de la fascinación por este personaje que es irrepetible.
Se ha escrito tanto sobre él que parece difícil darle un nuevo enfoque, pero tú lo has encontrado adentrándote en su parte psicológica.
La leyenda de Alejandro Magno nació antes de que se hubiera escrito su historia, pero yo nunca compré la idea de que era un emperador megalómano más, al que sólo le guiaba la ambición y el orgullo.
Una persona que había sido educada por Aristóteles desde los 13 años tenía que tener otro tipo de relación con el mundo, otra forma de estar en la vida.
Me fascinaba la idea de este chico que es rey de Macedonia con 20 años, en el 336 a. C., y que tenía mi edad, 23 años, cuando dio el salto a Persia, y quise adentrarme en los miedos que debía tener, propios de su edad.

¿Qué visión tienes de Filipo II, el padre de Alejandro Magno?
Yo veo a Filipo como el padre cuyo respeto Alejandro se quiere ganar. Filipo se casó muchas veces, de modo que si había nuevos herederos era muy fácil que Alejandro Magno fuera desheredado. Esto provocaba una tensión permanente.
Tengo un padre que no me trata como padre, pero al que tengo que respetar porque es mi rey, pero que me puede desheredar en cuanto nazca otro heredero que tenga sangre macedonia. La madre de Alejandro, Olimpia, era del Epiro, entonces un hijo macedonio 100% podía tenermás derecho que él.
Es evidente que Olimpia de Epiro no lo pasó bien en la corte macedonia.
No, debió de ser una corte muy hostil. Yo creo que esa relación un poco edípica, que como vemos en la novela se forja entre Alejandro y Olimpia, tenía que ser una forma de supervivencia.
Filipo se casó seis veces, ella era la quinta esposa. Se enfrentaba a la posibilidad de ser apartada en cuanto naciera un heredero de la Macedonia e incluso asesinada.
¿Cómo ves a Roxana, la esposa de Alejandro Magno?
Como una mujer a la que se fuerza a ese estado de villanía en el que vive; es un personaje fascinante.