La industria de las uñas cada vez cobra más importancia no solo en el mundo de las celebrities sino en el día a día de nuestra vida. Cada vez tienen más protagonismo en nuestros looks y es muy importante llevarlas siempre impecables siendo claves en tu carta de presentación de un buen conjunto. Y las uñas de porcelana y las manicuras de gel se encargan de que así permanezcan.
Colores flúor, clásicos como los esmaltes nude o el rojo pasión, la elegancia del negro o los dibujos más divertidos en cada una de ellas con ilustraciones increíbles. Existe todo un mundo que puedes descubrir y con el que poder completar un cuidado perfecto de una parte de nuestro cuerpo que hoy más que nunca adquiere muchísimo significado.
Sin embargo, tener unas uñas cuidadas a veces exige dedicación y buenos hábitos. Por genética incluso, podemos desarrollar unas uñas más débiles y quebradizas de lo normal y la alimentación también juega una gran partida en el cuidado de ellas. Por no hablar de las que –a veces, juramos que no siempre- en situaciones de estrés o complicadas nos da por mordérnoslas… Para todas estas complicaciones existen las uñas postizas.
Las más utilizadas en el mercado son las uñas de porcelana, de fibra de vidrio bastante frágiles y delicadas pero con un acabado ideal. Una de sus variantes son las uñas de acrílico que consiguen un aspecto un poco más natural. Y por supuesto las uñas de gel que poco a poco están ganando terreno frente a las de porcelana: más fáciles de colocar aunque con un acabado que hay que pulir un poquito más para que quede natural.
Hay tips que tienes que conocer sí o sí para que seas tú la que decida qué pedirá la próxima vez que vayas a tu centro de confianza. ¿El principal? El precio. Las de porcelana suelen ser más caras debido a su proceso (60 euros de media) y las de gel serán 20 o 30 euros más baratas. Si hablamos de fragilidad la porcelana es más resistente, pero es cierto que las de gel pueden traer menos problemas si se rompiera o quebrara. Eso sí, ambas te durarán cerca de los seis meses con un buen cuidado y mantenimiento constante. ¿Cómo? Siguiendo estos consejos...
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¿Usar tu propio esmalte?
Cada vez más preferimos controlar los productos que se aplican sobre nuestras uñas y por ello, en algunos salones existe la opción de que lleves tu propio esmalte. Así no solo podrás elegir el color entre una gama más amplia, sino que sabrás exactamente cómo es el producto.
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Uñas cortas
Las uñas cortas son más fáciles de conservar y son menos probables que sufran algún tipo de rotura. Normalmente las uñas más largas son menos prácticas para la vida diaria y requieren un cuidado extra para conservarlas el mayor tiempo posible.
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Esmalte con luz
Los colores más claros tienen sus beneficios. Un esmalte con luz disimula las grietas e imperfecciones de tus uñas. Nadie las notará tan fácilmente como sí sucedería con un color más oscuro
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Relleno en uñas de gel
Si tu elección son las uñas de gel, debes tener en cuenta que puedes optar por mantener su relleno, es decir, cuando crece la uña, no necesitas despintar todo y volver a pintar, sino que puede hacerse de una manera mucho más económica sobre el mismo trabajo anterior. Por el contrario las de porcelana si que requieren volver a empezar de cero, aunque depende del salón donde vayas pueden darte otras opciones para mantenerlas.
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¡No a la humedad!
Tener una manicura de este tipo requiere de muchos cuidados para que duren el máximo posible ya que invertimos en ellas. La humedad por ejemplo, se debe retirar de ellas lo antes posible con una toalla. Utilizar jabones antibacterianos para eliminar la posibilidad de contraer alguna bacteria debido al material utilizado.
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Polvos de talco
Hidrata tus manos e incluso, puedes limpiarlas por las noches con alcohol o aceite de cutículas para evitar que debido a los materiales utilizados se resequen o se cuarteen.
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Hidrata
Hidrata tus manos e incluso, puedes limpiarlas por las noches con alcohol o aceite de cutículas para evitar que debido a los materiales utilizados se resequen o se cuarteen.
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Jabón antibacteriano
Cada vez que te laves las manos, hazlo con un jabón antibacteriano para evitar que se te infecten tus uñas de porcelana o de gel o puedan sufrir cualquier tipo de daño o deterioro. Si lo haces con un jabón neutro, aplica después un gel antibacteriano que no se aclare, así evitarás cualquier riesgo de infección.
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Una capa más
Si tu máximo objetivo es que la duración sea toda la posible una vez te haces la manicura ya sea de gel o de porcelana; lo mejor es dar una capa extra. Sellar las uñas con una capa extra de esmalte reduce el riesgo de grietas o astillas.
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¡No las muerdas!
No muerdas tus uñas para que no se salte el esmalte. Claro que después puedes volver a hacer una sesión de manicura y dejarlas perfectas, pero es mucho mejor protegerlas y mantenerlas. Si quieres renovar tu gel, hazlo retirando todo el esmalte junto correctamente.
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Paciencia
Si vas a tu centro de confianza no tendrás problema porque normalmente utilizan lámparas de led para un correcto secado de la manicura. Sin embargo, si optas por un cuidado en casa es muy importante tener paciencia y esperar a que se seque el esmalte por completo. Algunos trucos caseros para secar rápidamente las uñas es meterlas en agua muy fría durante 3 minutos.
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Esmalte transparente
Para proteger todavía más tus uñas recién hechas, tanto de gel como de porcelana, lo mejor es que al cabo de una semana o pocos días, apliques un esmalte transparente para asegurar que el color se mantenga como el primer día.