Cristina Pedroche ya ha dejado claro que no enseñará el rostro de su hija recién nacida en redes sociales y que será ella, Laia, la que decida si quiere ser conocida o no cuando crezca: “Ya sabéis que despierto mucho odio y ahora mi objetivo en la vida es cuidar y proteger a mi hija”, escribía. Sin embargo, la presentadora de televisión sí está ofreciendo pequeños detalles sobre cómo fue su parto y la manera en que está llevando el postparto que, al parecer, está siendo una de las etapas más bonitas de su vida junto a su marido Dabiz Muñoz.
Lo último que Cristina Pedroche nos ha compartido sobre Laia ha sido el tatuaje que acaba de hacerse en el antebrazo en honor a su pequeña. “Mis olas uterinas me trajeron a mi hija… Ya siempre conmigo, en mi piel y en mi corazón”, redacta la de Vallecas como título de la imagen donde nos muestra el nuevo diseño de tinta minimalista que hay sobre su piel.
Por supuesto, Pedroche no podría haber escogido otra cosa que una ola para representar lo que ha sido el parto de su hija. Es una palabra que ha mencionado mucho a lo largo del embarazo y que hace referencia, tal y como ella dice en el texto, a la ola uterina que, según explica en ‘Ser Padres’ el periodista especializado en paternidad Rubén García, “la uterina es un término cada vez más utilizado por matronas, no solo por expertas en hipnoparto –la técnica que ha utilizado Cristina para dar a luz a Laia–, para evitar el concepto de contracción, que se suele relacionar con dolor, con una carga negativa que es justo la que quiere eliminar o reducir al máximo el hipnoparto”.
Cristina explicó días antes de ser madre que ella no tendría contracciones, sino estas olas uterinas de las que habla: “Viene la ola, la cojo y la surfeo. La naturaleza me da unos minutos para estar tranquila, relajarme, y luego coger otra ola. A lo mejor no me tengo que poner epidural”, contaba a sus compañeros del programa ‘Zapeando’.
