A lo largo de los años, he olido suficientes perfumes cítricos como para saber que no todos los cítricos huelen igual. En verano, las notas cítricas conquistan tocadores, neceseres y maletas, pero la historia va más allá del limón. La bergamota aporta sofisticación luminosa, la lima una vibración chispeante, el limón un frescor punzante y clásico. Sin embargo, la naranja (mi debilidad confesa en esta materia) tiene una personalidad propia y deliciosamente versátil.
La naranja es esa nota solar, jugosa y golosa que nunca satura, sino que seduce con su alegría natural. En perfumería, su variedad clásica, la citrus sinensis, se distingue por un equilibrio encantador entre dulzura, ligereza y un pequeño matiz amargo, como si entrelazara el alma de la mandarina con la frescura de un pomelo maduro. A diferencia de la naranja sanguina, más profunda y oscura, la que nos acompaña hoy es la de toda la vida: vibrante, luminosa y llena de energía.
Como editora de belleza y amante empedernida de los perfumes frescos de verano que una editora de belleza tiene fichados, he probado un sinfín de fórmulas con naranja, desde la más natural hasta la más sofisticada. Si estás organizando escapadas estivales, días eternos al sol o noches con música de fondo, estas tres opciones acompañan a la perfección las diferentes horas de una jornada de verano.
Un perfume con aroma a naranja para las 24 horas de un día de verano
Acqua di Parma Blu Mediterraneo Arancia di Capri, una esencia para empezar el día
Amanecer, piel limpia, vestidos livianos y sol en ascenso: así es como se disfruta este perfume. Arancia di Capri se abre con un trío clásico irresistible: naranja dulce, mandarina y limón, todos italianos, como si acabases de exprimirlos en una terraza frente al mar. Refrescante como una ducha matinal con vistas al Mediterráneo, es uno de los perfumes más frescos y seductores para disfrutar de un largo y cálido verano. El corazón añade petitgrain y cardamomo, que aportan verdor y un punto especiado sin robarle protagonismo a la protagonista cítrica. El fondo sorprende con caramelo y almizcle, creando un contraste suave y algo goloso, como si la piel se fundiera con el aroma de una confitería en Positano. El precio es de 162 euros los 100 ml.
Sundrunk de Imaginary Authors, un perfume para el atardecer
Si hay una hora mágica para los perfumes que huelen a fruta con los que recibir mil halagos este verano, es el crepúsculo. Sundrunk es como una postal de la infancia: travieso, soleado, un poco nostálgico. El neroli y el ruibarbo en la salida son como una limonada extravagante y muy chic, con una potente acidez. La ralladura de naranja y el primer beso que promete en sus notas de fondo convierten a este perfume en un flechazo inesperado. La madreselva y el agua de rosas del corazón lo suavizan sin restarle carácter. El frasco de 50 ml cuesta 99 euros en All Yours.
Egnaro de Santi Burgas, un aroma único para la noche
Egnaro (sí, naranja al revés, porque de noche todo se invierte) es un homenaje a la memoria olfativa, con un pie en la costa valenciana y otro en los puertos de la infancia. Este perfume habla de mar, de recuerdos, de calor persistente y brisa salada. Es magnético sin ser invasivo. La naranja valenciana se mezcla con anís, jengibre y bergamota calabresa en una composición que evoca un cóctel inesperado al caer el sol. El civet aporta un punto animal misterioso, que encuentra equilibrio en el sándalo australiano y el ámbar. El coste es de 185 euros los 100 ml.
