Los peligros que acarrea el abuso de las pantallas a edades tempranas, según una experta

Susana Mezquida, psicopedagoga especializada en neurodesarrollo, alerta del uso y abuso de las nuevas tecnologías a edades tempranas.
Susana Mezquida, psicopedagoga especializada en neurodesarrollo
Susana Mezquida, psicopedagoga especializada en neurodesarrollo

En la actualidad, poner límites al tiempo de uso de los aparatos tecnológicos es uno de los mayores desencadenantes de conflictos en todas las casas con niños y adolescentes. Por ello, la experta Susana Mezquida, fundadora del centro Pedagogía Madrid, señala que siempre es preferible "prevenir" que curar.

Preguntada por cuál es la edad aconsejable para que un niño comience a usar pantallas, su respuesta es rotunda: los menores de 6 años no deberían realizar "ningún uso". 

Por su parte, en el caso de los niños y niñas de 7 u 8 años hasta los 12 o 13, sugiere "hacer un seguimiento con control parental de qué es lo que están visualizando, comprar juegos educativos adecuados para su edad, y establecer un horario durante el fin de semana".

Aunque recuerda que, en edades muy tempranas, más que la edad, a menudo el factor que propicia el uso de las pantallas es la mera "necesidad de tener un móvil" para "volver solos del colegio", "por su seguridad" o "cuando ya hacen planes con sus amigos".

Foto: depositphotos - Niños disfrutando sin pantallas.

Sea como sea, la especialista en dificultades de aprendizaje, trastorno del desarrollo y TDAH, entre otros, recomienda que su uso se limite al sábado y el domingo, ya que "durante la semana entre estudios, actividades, y teniendo en cuenta la buena costumbre de pasar con la familia ese rato de la cena para charlar, no quedaría mucho tiempo para los dispositivos, a no ser que duerman pocas horas".

Efectos perjudiciales de las pantallas

Las consecuencias del empleo de las pantallas "pueden ser muy variadas dependiendo de la edad y el tiempo, y si se realiza un uso o un abuso", subraya la pedagoga. La "impulsividad, la falta de atención, el nerviosismo y la dependencia" son algunos de los principales problemas derivados del abuso de los dispositivos tecnológicos.

El exceso de pantallas en menores incurre en problemas de conducta, agresividad e impulsividad. - SolStock

La mayoría de los contenidos que visualizan "les exigen una atención que no es sostenida en una tarea, sino rápida y selectiva. Y si hablamos de juegos donde la excitabilidad es una consecuencia lógica y buscada en la dinámica de la partida, también supone una activación del sistema nervioso simpático e impulsividad".

No obstante, vivimos en un mundo cada vez más digitalizado al que no se le puede dar la espalda y todo desafío debe leerse como una oportunidad. En este sentido, Mezquida propone juegos educativos orientados a las distintas materias impartidas en las escuelas o que tengan un fuerte componente creativo, como el "Minecraft".

Eso sí, siempre bajo control parental. Asimismo, invita a poner el foco en los beneficios de alejarse de las pantallas: "Es mucho mejor para los niños ir todos los días al parque o dar un paseo y encontrarse con otros niños.

El desarrollo pasa por el movimiento, por estimular destrezas tanto neuromotrices como psicosociales. Los niños encerrados en sus habitaciones con juegos que implican agresividad y violencia podrían tener problemas a la hora de resolver conflictos", puntualiza.

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