El TDAH: consejos de psiquiatras para acabar con el estigma del trastorno y mejorar el diagnóstico
Es uno de los trastornos más frecuentes en la población infanto-juvenil, por ello, le damos visibilidad de la mano de expertos que nos hablan de su diagnóstico, de cómo se acentúa más en las niñas y del estigma que lo acompaña
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), a pesar de ser uno de los más prevalentes y frecuentes en la población infanto-juvenil, está infradiagnosticado, infrarreconocido e infratratado. Un problema que se acentúa más en las niñas.
En el encuentro Niña, Mujer y TDAH, organizado por Takeda con el apoyo de Fundamed y Mujeres de la Sanidad, los especialistas apuntaron que ese infradiagnóstico puede ocurrir porque, aunque la sintomatología es la misma en niños que en niñas, los síntomas se pueden expresar de forma diferente.

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Abigail Huertas, presidenta de la Comisión de Publicaciones y Medios de Comunicación de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y Adolescente (AEPNyA), explicó que “las niñas tienen un perfil inatento y pasan más desapercibidas”, mientras que los niños, normalmente, tienen una mayor tendencia a presentar “sintomatología hiperactiva e impulsiva”. Sin embargo, no todas las niñas son así. “También hay niñas con TDAH hiperactivo o mixto, con el mismo perfil que los niños”, aseguró Huertas.
Se debe tener en cuenta que, aunque que la afectación fundamental del TDAH es la disfunción ejecutiva, es decir, el déficit de atención, “en el caso de las mujeres la sintomatología puede variar por cuestiones hormonales”, afirmó Juncal Sevilla, psiquiatra especializada en TDAH del adulto. Asimismo, mencionó el entorno social, cultural o estadístico, como factores condicionantes.
DIAGNÓSTICO TEMPRANO Y MULTIDISCIPLINAR
“Es básico, necesario y hasta exigible que el diagnóstico sea precoz, multidisciplinar y que vaya acompañado de una intervención a lo largo de la vida”, aseveró Maite Urkizu, presidenta de la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (FEAADAH). Y es que, recordó, "el TDAH es un trastorno crónico, presente tanto en la infancia como en la adolescencia y en la edad adulta".
Para no perder a los niños que están diagnosticados cuando den el paso a la vida adulta, se han creado los programas de transición, que ayudan a los pacientes y las familias a hacer el cambio de modelo asistencial que van a recibir. Para Urkizu, ese acompañamiento es básico, por lo que instó a realizar un “protocolo firme a nivel nacional”. “En definitiva, desde la gestión tenemos que articular la forma de organizarnos con una racionalidad que permita que el diagnóstico y el conocimiento técnico específico que tienen en el ámbito clínico, se traduzca en eficacia a la hora de diagnosticar”, aseveró Navío. Y es que con un diagnóstico temprano, se pueden evitar “riesgos posteriores” de niños que no han sido tratados como deberían y en la edad adulta aparecen en un “TDAH encubierto por otro tipo de comorbilidades”, destacó Urkizu.
Precisamente, Juan José Carballo, de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, psiquiatra adjunto del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente y coordinador del Programa de Neuropsiquiatría Infantil del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón, señaló que esas comorbilidades –o “compañeros de viaje” no deseados, como lo llama en sus consultas –, pueden confundir el diagnóstico. “Pueden no recibir el diagnóstico del trastorno por déficit de atención y se quedan en un diagnóstico primario de trastorno de ansiedad o depresión, también con conductas que intentan compensar ese malestar: dificultad de regulación emocional, conductas autolesivas, aparición de trastornos de conducta alimentaria, etc.”, indicó.
Juncal Sevilla comparó las comorbilidades con los siete pecados capitales y recalcó que “los síntomas se asocian a conductas sociales cuando, en realidad, son alteraciones neurológicas”. “Nadie quiere ser impulsivo, adicto o tener fracaso académico, no es algo buscado”, aseguró la psiquiatra, subrayando la importancia de la formación a profesionales, familias y también profesores para avanzar en la prevención y el diagnóstico desde la etapa preescolar. De hecho, Carlos Roncero, presidente de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), puso de manifiesto la importancia de “ayudar a las familias a entender lo que les pasa a sus hijos” porque muchos casos de TDAH en adultos se diagnostican porque los padres se ven reflejados en los síntomas de su hijo.
ACABAR CON EL ESTIGMA

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Roncero ve absolutamente necesario trasladar a los afectados un mensaje positivo: “El TDAH bien tratado y abordado permite hacer una vida normal, una vida profesional, familiar y laboral sin grandes problemas”. Aun así, es consciente de que queda trabajo por hacer para romper el estigma que sufre la mayoría de los pacientes. En este contexto, Abigail Huertas aseguró que se ha avanzado notablemente: “Hay protocolos, ideas clínicas y, en muchos centros de Salud Mental, existen programas específicos de seguimiento para niños y niñas con TDAH”.
El conocimiento, para Laura Ferrando Bundío, presidenta de la Asociación Española De Psiquiatría Privada (ASEPP), lo es todo: “Cuanto más se conoce algo, más se puede evitar el estigma”. “Conocer bien este trastorno que, además, tiene un tratamiento exitoso clínicamente, es el camino para desestigmatizar”, afirmó. Por su parte, Carmen Montoto, directora médica de Takeda Iberia, coincidió en que la información “es cada vez más necesaria para evitar la estigmatización y mejorar el diagnóstico”. Asimismo, recalcó que resulta fundamental tener en cuenta la perspectiva de género para “no dejar a nadie atrás”.