Directora creativa en made.com, la marca de diseño online que cofundó en 2010 junto a Julien Callède y Ning Li, Chloé Macintosh trabaja en Notting Hill y vive desde hace tres años con su marido, Alastair, y sus hijos, Elliott y Félix, de seis y ocho años, respectivamente, en el barrio de Fulham.
Es ahí donde transformó dos viejas casas de estilo victoriano en este loft de diseño contemporáneo, a pesar de "no haber ejercido como arquitecta desde hace cinco años", como ella misma recalca.
Aunque es evidente que conserva la base y conocimientos de su paso por el estudio de Norman Foster, donde aterrizó en 1996 desde Francia para un trabajo de verano, quedándose hasta que consiguió su título al año siguiente.
Un espacio pensado para la vida en familia (¡y las fiestas!) que equilibra funcionalidad y estética: la cocina de acero inoxidable se ha diseñado a medida con forma de bar para los eventos que organizan Chloé y su marido. El armario del fondo sirve para guardar el menaje y camuflar el acceso al baño.
Diseño asequible de la casa de Londres
Encargó el proyecto a sus viejos colegas sabiendo exactamente cómo trabajaban y qué requería de ellos. Para la obra se dio prioridad a los accesos entre espacios, pero conservando su voluntad de que la construcción fuera rectilínea.
Es decir que, al final, la casa está pensada como una sucesión de cubos dispuestos dibujando una línea, como "un centro de comunicación desde el que se articulan todas y cada una de las zonas y ambientes de la casa, permitiendo una transición suave y natural desde los elementos victorianos originales de la construcción, como la ventana saliente, hasta otros más contemporáneos y modernos", comenta.
Nada más pasar la entrada nos encontramos con las escaleras contemporáneas que llevan a la zona de las habitaciones. El cuadro del corazón de neón es de Joanna Peyton-Jones, y el de la pared se titula Reflection y fue una adquisición en la exposición de verano de la Royal Academy.
Un ejemplo de ello es el armario de madera de la cocina, que separa ambientes y rompe con la blancura inmaculada de la pared o los adoquines que, en el salón, aportan una calidez especial a la estancia, totalmente abierta al patio en el que Chloé ha colocado una alfombra de césped artificial "para poder disfrutar del exterior durante todo el año", especialmente con los niños.
De su padre italiano, nacido en Túnez, Chloé ha heredado el gusto por los juegos de luces. En su habitación, Alastair y ella gozan de la calidez de los rayos de sol que, filtrados por dos portillos de madera, bañan de manera indirecta la cama. La silla Organic Chair es un diseño de Eames y Saarinen (Vitra) y un taburete industrial se utiliza como mesilla de noche.
Fiel al espíritu de su firma, que pretende "hacer que el diseño original sea asequible para todo el mundo", Chloé contactó directamente con talleres artesanos para crear muebles a medida, reduciendo, de este modo, el coste de su fabricación a la mitad.
Y tan solo cinco meses después del inicio de las obras, su familia y ella pudieron instalarse en su nuevo hogar. "¡Y por mucho tiempo!", añade esta enamorada de la vida londinense y de su trabajo, que le permite reinventarse constantemente y de manera creativa.
