La gratitud es un puente hacia la plenitud, es reconocer las vivencias cotidianas y los desafíos como oportunidades de crecimiento. Este poderoso sentimiento nos conecta con el presente y nos hace sentirnos mejor con nosotros mismos. Partiendo de esta base, hay una serie de acciones que nos acercan a este sentimiento.
Según se explica en Viviragradecidos.org, y de la mano de las enseñanzas del hermano David Steindl-Rast, monje benedictino de origen austriaco e importante impulsor del diálogo interreligioso y el ecumenismo, «vivir agradecidos es cultivar la gratitud como una manera particular de relacionarnos con la vida, y con la fuente de la vida».

Por su parte, la psicopedagoga Beatriz Gómez Acebrón nos dice lo siguiente sobre el tema: «La gratitud no es meramente un buen sentimiento. Vivir agradecidos es lo opuesto a esa apatía y dejadez que nos impide disfrutar de lo bueno y buscar soluciones a lo que nos perjudica».
Siete ideas para encontrar la gratitud
1. Cada mañana, cuando despiertes, dedica 2 o 3 minutos a pensar en cosas por las que estar agradecido: tener una cama, un techo que te cobija, calefacción, agua caliente, luz eléctrica. No todos tienen la misma suerte.
2. Haz un favor a alguien. Por pequeño que sea y sin esperar nada a cambio.
4. Intenta hacer la vida más agradable a quienes te rodean: una simple sonrisa, una palabra amable, un detalle tonto... todo vale.
5. Da las gracias: por lo importante y por lo nimio. De viva voz o por escrito.
6. Agradece lo bueno y lo malo: las cosas buenas te dan alegría; de las cosas negativas se extraen lecciones. Todo sirve.
7. Vive el presente: el mayor regalo es el aquí y el ahora Para y observa. Respira profundamente.