En medio de las dificultades, aprender a encontrar motivos para agradecer puede cambiar tu perspectiva y llevarte hacia una vida más plena y satisfactoria. Hablamos sobre este tema con la psicopedagoga Beatriz Gómez Acebrón.

«Hay personas que en el estado de máximo cautiverio descubren la libertad, porque la libertad tiene que ver con un estado mental, no físico», explica Beatriz. «Si eres capaz de sacar el agradecimiento a lo malo que te está pasando, tienes el control de la situación, te impones a ella, y deja de estar en aquello externo a ti que te provoca angustia».
Esta manera de pensar no es fácil. Se ha de partir de una disposición previa, de ganas de vivir de otra manera, de dejar de estar siempre con malestar, frustración, con la sensación de carencia, de insatisfacción, de que algo nos falta...«Vale, de acuerdo. Lo intento», podemos decirnos. Pero la vida está llena de dificultades que no se pueden tomar a la ligera...
¿Cómo podemos ser agradecidos ante las desgracias?
«No se trata de ser agradecido en un sinsentido o en un estado de felicidad superflua, ni de una falsa psicología positiva», añade Beatriz. «El agradecimiento tiene un poder que lo transforma todo. Si empiezas el día con una actitud agradecida, la vida te va a devolver algo mejor porque estarás predispuesto a hallar menos motivos para quejarte y más para agradecer». Todas las referencias buscadas en este sentido dicen lo mismo: la gratitud lo cambia todo y cuanto más agradecido seas, más motivos hallarás para agradecer.
En El pequeño libro que hará grande tu vida, por su parte, la coach María Fernández afirma que para empezar a vivir de esta manera «únicamente, hay que cambiar los hábitos», algo que pasa por prácticas tan sencillas como mandar un mensaje, enviar una carta o invertir diez minutos al día en pensar por qué nos sentimos agradecidos con la vida o hacia algunas personas.