La búsqueda de la salud y el bienestar nos ha llevado a explorar numerosos caminos, y en ese viaje, a menudo descubrimos tesoros olvidados que están justo frente a nosotros. Uno de estos tesoros, que ha sido pasado por alto durante mucho tiempo, la nuez pecana. Aunque siempre hemos reconocido el valor de los frutos secos, su consumo a menudo se limita, tal vez por temor a sus calorías, pero los expertos coinciden en que disfrutados con moderación, pueden ofrecer una serie de beneficios sorprendentes para nuestra salud.
Originaria del sudeste de América del Norte, la nuez pecana, fruto del árbol Carya illinoinensis, ha ganado terreno en la lista de superalimentos en los últimos años. A diferencia de su pariente más común, la nuez, la pecana se distingue por su forma alargada, textura menos rugosa, y un sabor delicadamente dulce. No es solo un alimento único, sino que su cultivo se extiende por más de siete variedades en diferentes rincones del mundo, desde Estados Unidos hasta Sudáfrica, China, Australia y Brasil.
En lo que respecta a su valor nutricional, la nuez pecana es una verdadera potencia. Con menos del 50% de agua en su composición, es una fuente concentrada de nutrientes esenciales, incluyendo fibra, antioxidantes y ácidos grasos de alta calidad como omega 9 y 6. Por cada 100 gramos, ofrece aproximadamente 72 gramos de grasas insaturadas, las cuales son benéficas para nuestro cuerpo, aunque debemos ser conscientes de su aporte calórico y consumirlas con moderación.
Además de su perfil de grasas saludables, las nueces pecanas están cargadas de minerales esenciales como zinc, magnesio, potasio, fósforo y calcio, todos los cuales son vitales para el funcionamiento óptimo de nuestro cuerpo.
Los beneficios que aporta este pequeño tesoro a nuestra salud son tan diversos como sorprendentes. Desde ayudar en la pérdida de peso, gracias a su alto contenido de fibra que proporciona saciedad, hasta reducir la inflamación y fortalecer el sistema inmunológico con sus poderosos antioxidantes y fitonutrientes. Además, su contribución a la producción de colágeno, el mantenimiento de la función cerebral, el control de los niveles de colesterol y la mitigación del síndrome premenstrual son solo algunas de las razones para incluir estas nueces en nuestra dieta diaria.
Beneficios de la nuez pecana
Según el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo estos son los beneficios de la nuez decana:
- Existe evidencia científica de que el consumo de frutos secos, grupo alimenticio al cual pertenece la nuez pecana, conlleva beneficios como la reducción del nivel de lípidos séricos, así como la ralentización del estrés oxidativo. En particular, la nuez pecana es una fuente rica en ácidos grasos insaturados, fibra, fitoesteroles y antioxidantes como la vitamina E y polifenoles.
- Aunque son bastante bien conocidos los efectos de reducción del colesterol y triglicéridos en sangre, atribuidos particularmente al contenido en aceites de buena calidad, se ha pasado por alto el poder antioxidante de los polifenoles presentes en el fruto.
- Académicos(as) del Laboratorio de Antioxidantes y Alimentos Funcionales del CIAD en Hermosillo y en la Coordinación Regional Cuahtémoc han estudiado distintos extractos (Carya illinoinensis) ricos en polifenoles, incluyendo los de la nuez pecana. Han descubierto, tras analizar este fruto, sus efectos antioxidantes, antiobesidad, antidiabéticos y anticancerígenos.
- Los esfuerzos colaborativos han encontrado que el suministro de extractos de nuez en la dieta en un modelo murino es capaz de regular los niveles de triglicéridos en sangre, así como promover la actividad de algunas de las principales enzimas antioxidantes.
¿Cuándo y cómo disfrutar de las nueces pecanas? La respuesta es simple: en su justa medida y de manera creativa. Con una recomendación de alrededor de 4-5 nueces al día, o 30 gramos, pueden ser el complemento perfecto para tu desayuno, un tentempié energético a media mañana o incluso un exquisito acompañamiento para tus reuniones con amigos y familiares.
Las nueces pecanas, con su sabor único y su abundancia de nutrientes, nos recuerdan que a menudo las joyas más valiosas se encuentran en los lugares más inesperados.
