Si bien el número de armas nucleares ha disminuido desde su punto más alto en la década de 1950, la posibilidad de un conflicto nuclear todavía inquieta a muchas personas en todo el mundo.
Ante esta preocupación, organismos como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos han elaborado una serie de recomendaciones esenciales destinadas a la población, para incrementar las probabilidades de supervivencia en el desafortunado caso de una detonación nuclear.

Curiosamente, entre las recomendaciones existe una en particular de lo más sorprendentes y menos conocida, que habla de una advertencia sobre el cuidado personal, específicamente en lo que respecta al uso del acondicionador capilar.
A contracorriente de lo que podría considerarse una práctica habitual de higiene, los expertos aconsejan encarecidamente evitar el uso de acondicionador en el pelo tras una explosión nuclear. La razón de esto se debe a que "el acondicionador tiene la capacidad de actuar como un "pegamento", facilitando que las partículas radiactivas se adhieran con mayor firmeza al cabello, lo que incrementa el riesgo de exposición a la radiación".

Las explosiones nucleares no solo son devastadoras por su impacto inmediato, sino también por las consecuencias a largo plazo que ocasionan. Una de estas es la liberación de polvo radiactivo, capaz de contaminar el ambiente y todo lo que encuentra a su paso, incluidas las hebras del pelo humano.
En los momentos posteriores a una detonación nuclear, el tiempo para buscar refugio es extremadamente limitado.
Una vez a salvo, las personas deben quitarse y ocultar la ropa contaminada y meterse en una ducha caliente lo más pronto posible. Los expertos señalan que se puede usar usar shampoo y jabón, "pero advierten que no froten demasiado fuerte, ya que podrían romper la piel que actúa como barrera protectora".
Perry Romanowski, químico cosmético, explicó al medio americano, NPR que: "A diferencia del champú, los acondicionadores están pensados para quedarse en el pelo porque contienen compuestos particulares llamados tensioactivos catiónicos y polímeros" y señala que existen otros productos que hay que evitar en caso de explosión como las lociones hidratantes para la piel o los cosméticos que contienen aceites.