Cuando estamos felices, normalmente se lo atribuimos a factores externos: un buen trabajo, una casa amena, clima favorable, estómago satisfecho. Y aunque todos estos factores influyen, la verdad es que poco tienen que ver con nuestro estado de ánimo.
Si de verdad queremos descubrir el verdadero secreto de la felicidad, solo debemos fijarnos con quienes vivimos nuestra vida, ya que las relaciones satisfactorias son lo único que aumenta nuestra felicidad, bienestar y salud.
En su podcast "Psicología al desunudo" la psicóloga Marina Mammoliti, señala que las buenas relaciones son un factor significativo de nuestra felicidad a largo plazo e incluso de nuestra buena salud. "Con esto no me refiero a que una buena relación es sinónimo de ausencia de desacuerdos. Más bien es más sentir que alguien -un amigo, un familiar, un compañero de trabajo o un amante- te cubre las espaldas. Puede que no estéis de acuerdo y que os hagáis comentarios duros. Sin embargo, sabes que esa otra persona se preocupa por tus intereses y puedes ser sincero con ella", señala Mammoliti.

Según la experta, nuestras relaciones son los catalizadores de muchas experiencias que contribuyen a los distintos tipos de felicidad que experimentamos. "Las vidas más sanas vienen de la mano de buenas relaciones, sin dependencia extrema pero sin independencia autosuficiente. En el equilibrio está la felicidad", señala la psicóloga.
Según Harvard, las tres claves
de la felicidad tienen que ver con
establecer relaciones sanas
Asimismo, en el episodio, Marina Mammoliti menciona el famoso estudio de Harvard de 75 años en el que busca entender las verdaderas claves de la felicidad y se enfoca en lo que el psiquiatra Robert Waldinger dijo en una charla TED sobre el tema: "Cuando reunimos todo lo que sabíamos sobre las personas analizadas a los 50 años, no fueron sus niveles de colesterol en la mediana edad, lo que predijo cómo iban a envejecer, era lo satisfechos que estaban en sus relaciones. Las personas que estaban más satisfechas en sus relaciones a los 50 años eran las más sanas a los 80". A continuación, estos son los tres aprendizajes del estudio, las tres grandes claves de la felicidad.
1. Las conexiones sociales nos hacen bien y la soledad nos mata. Las personas con más vínculos sociales son las que reportaron mayores niveles de felicidad, son más sanos y viven más que las personas que tienen menos vínculos.

2. Lo que en realidad importa es la calidad de nuestras relaciones más cercanas y no tanto la cantidad de amigos. Vivir todo el tiempo rodeado de conflictos es muy malo para la salud, en cambio, vivir en medio de relaciones buenas y cálidas da protección, calma y bienestar.
3. Las buenas relaciones no solamente protegen a nuestro cuerpo, sino también a nuestro cerebro. Estar en una relación de apego seguro con alguien más nos da tranquilidad. Quienes aseguraban en el estudio que tenían relaciones saludables, podían tener recuerdos que permanecer más nítidos en el tiempo. El apego afecta a la memoria. En cambio, las personas de relaciones poco sanas, eran personas que pierden antes la memoria.