Este verano la fiebre del crochet está subiendo casi tan alto como las temperaturas. No solo es que los bolsos de crochet sean una de las tendencias más fuerte en cuanto a accesorios, sino que el street style está plagado de vestidos de crochet en todas sus versiones.
Y entendemos perfectamente de dónde nace esta locura: son cómodos, fresquitos y nos solucionan a la perfección cualquier "no sé qué ponerme". Vamos, que lo tienen prácticamente todo. Aunque tienen un problema, especialmente los que son en colore beige, crudo o blanco, y es que se transparenta todo.
Algo que pese a que no nos importa demasiado cuando los llevamos a la playa, donde con llevar debajo nuestro bikini o bañador de confianza es suficiente para un lookazo, sí es algo más conflictivo cuando queremos llevarlos en nuestro día a día.
El primer impulso es escoger ropa de color carne para que se note lo menos posible, pero hay que admitir que aún así se sige viendo. Y aunque no es que haya ningún problema en que se nos note la ropa interior, puestas a elegir mejor un acabado uniforme, ¿no?
Pues bien, tenemos un pequeño truco para que esto no pase. No es nada del otro mundo, sino más bien algo que nuestras abuelas llevan años haciendo, pero seguro que a muchas de nosotras no se nos había pasado por la cabeza: ponernos un mini vestido nude debajo (o negro, en caso de que sea un vestido de crochet negro).
Vamos, lo que viene siendo una combinación de toda la vida. Una prenda que como tal seguramente teníamos olvidada pero que en momentos como estos puede sernos de mucha ayuda. Hay dos opciones, o ir directamente a la mercería a comprar una o acercarnos a alguna tienda a comprar un mini vestido de tirantes que nos haga esta función.
