Después de convertirse en una de las actrices más reconocidas de la escena teatral, Irene Escolar (Madrid, 1988) está dispuesta a abrir un nuevo capítulo en su carrera profesional. Su nueva serie, Las largas sombras, se estrenará el 10 de mayo en Disney +, un proyecto que ella misma describe como una ruptura con sus trabajos anteriores. En esta entrevista nos habla de sus últimos proyectos profesionales y se enfrenta a los clichés que la suelen acompañar ("No soy nada intensa", nos cuenta, y nos lo demuestra en esta sesión de fotos).
¿Con qué proyectos estás ahora?
Tengo cuatro estrenos: la serie Las largas sombras, que se podrá ver en Disney +, dirigida por la cineasta Clara Roquet; la película Caída libre, dirigida por Laura Jou; Ariel, una película dirigida por Lois Patiño y la serie Las abogadas, dirigida por Patricia Ferreira, Juana Macías y Polo Menárguez.

¿Cuál es el proyecto que más te ha marcado profesionalmente? Creo que me quedaría con Hermanas, una obra que hicimos con Bárbara Lennie, dirigida por Pascal Rambert. Fue un punto de inflexión bastante importante. Era un trabajo muy complejo, diría que una de las cosas más difíciles que he hecho, junto con otra función de él que hice (Finlandia). Sentí que después de hacer este proyecto había algo que crecía a nivel interpretativo de una manera muy poderosa dentro de mí. La primera película que interpreté como protagonista, Un otoño sin Berlín, fue un proyecto muy gratificante también, me trajo el Goya a la mejor actriz revelación. Fue un momento muy importante. Este año he estado rodando varias cosas que, por diferentes razones, también van a ser determinantes para mi desarrollo profesional. Y, además, me quedo con la película Las chicas están bien, que hemos estrenado hace nada –ahora se puede ver en Filmin–, por todo lo que ocurrió en el rodaje y porque es la primera película de una muy buena amiga mía, y también por lo que ha pasado después del estreno.

¿Cómo definirías tu papel en Las largas sombras?
No he hecho mucha televisión, pero las cosas en las que más he trabajado en este formato son de época, así que ya me apetecía un proyecto más contemporáneo. Ha sido una ruptura muy fuerte con los papeles que había interpretado antes en televisión. Mi personaje, Paula, tiene mucha violencia interna, es muy desafiante, controlador, esconde mucho miedo y, para hacerlo, se pone una coraza de protección fuerte. Es una chica bastante chula. Estos rasgos son algo que se suele reservar para personajes masculinos. Es la primera vez que me he podido transformar tanto, mi personaje no tiene nada que ver conmigo. No había ni una sola cosa a la que yo me pudiera agarrar [ríe]. Creo que es la primera vez que he podido hacer esto en televisión.

La serie habla mucho de la importancia de la culpa en nuestras vidas. ¿Qué le dirías a Paula?
Ella convive mucho con la pérdida. Quizá carga con la culpa de los demás. También es alguien muy obsesionado con la verdad. Piensa que si la encuentra, se va a poder salvar. Le diría que tiene muchas cosas que resolver. Durante la serie ves que el personaje necesita entender qué ha ocurrido, de verdad, en el pasado. Es también una historia de amigas.

Sofia Coppola dijo en alguna ocasión que algo muy especial surge en el espacio cuando varias mujeres conviven en él mucho tiempo. ¿Lo sentiste en algún rodaje?
Sí, sobre todo en Las chicas están bien. En Las largas sombras ocurrió algo muy bonito en torno a la figura de Clara Roquet, la directora de la serie. Todas nos unimos –aunque yo no forme parte de ese grupo de amigas– en proteger lo que ella quería hacer y cómo quería hacerlo en el set. Clara tiene una manera poco habitual de trabajar, trae muchas cosas del cine y las quiere incorporar a la televisión, y esto hace que muchas gente no entienda estos mecanismos del todo. Sin embargo, para mí es la manera más interesante de trabajar. Por eso digo que todas nos unimos en proteger esta forma de trabajar y la verdad es que fue algo muy bonito de ver y de vivir. Queríamos apoyarla en el proceso creativo que ella quería llevar a cabo.
¿El arte se lleva en los genes?
Yo creo que no. Es algo que, en mi opinión, tiene más que ver con lo que te dan en la vida, de lo que estás rodeado… Todo esto no necesariamente tiene que ver con la familia. Hay muchos actores buenísimos que no tienen "antecedentes familiares" y tengo mucha curiosidad por saber de dónde viene su inquietud por la interpretación.

¿Los años de teatro curten?
Sí, es una escuela increíble. Para mí ha sido un lugar en el que he podido experimentar mucho. Me he atrevido a hacer cosas muy diferentes a lo que soy. El teatro también te enseña a vivir y trabajar en la comunidad, y desde un lugar más humilde. Y es algo muy bueno para la carrera de una actriz.

En el cameo que hiciste en Paquita Salas nos reímos de los clichés, los de una actriz intensa, que puede haber sobre ti. ¿Sigue habiendo muchos?
Creo que todos cargamos con que la gente tiene una imagen de ti que muchas veces no tiene nada que ver con lo que eres. En realidad, soy muy payasa, me encanta la comedia. Pero a veces, por lo que tú proyectas o por donde vengas, la gente te cataloga de una manera. Por eso, uno siempre tiene que estar rompiendo sus propias barreras. No tengo mucha intensidad a pesar de que me gusten los papeles "potentes" [ríe].

Las largas sombras se va a estrenar en Disney +. ¿Cómo vives el auge de las plataformas de streaming?
Ha sido algo muy positivo porque ha dado mucho trabajo, tanto a los actores como a los equipos técnicos. Me hace mucha ilusión estrenar la serie en Disney +. Es una plataforma que está muy vinculada al mundo de la animación, pero está haciendo una ficción increíble y está apostando por nuevos contenidos en la producción original. Los proyectos que he visto me han encantado y son muy diferentes a todo lo demás. Me hace ilusión formar parte de este en particular, es muy apetecible.
¿Qué relación tienes con la moda?
Me gusta la moda cuando tiene que ver con el juego, con el disfraz, con transformarse… Me gusta su lado artístico. En mi vida personal me gusta ir cómoda pero con mis personajes me gusta transformarme, jugar con los tejidos o hacer fotos artísticas como estas.
¿Y con Dior?
Me ha apoyado desde el principio y me ha acompañado en los momentos más importantes de mi carrera. No soy una actriz tan popular, he hecho mucho teatro y, sin embargo, la firma siempre ha creído en mí. Por supuesto, me encanta la elegancia y el gusto que representa, pero me quedo con la parte humana de la Maison, de apostar por una chica joven y apoyarla en su carrera.
¿Qué le dirías a la Irene de los 20 años?
Que disfrute mucho y que se lo pase fenomenal [ríe].

Fotos: Álvaro Gracias.
Estilismo: Sandra Escriña.
Asistentes de fotografía: Cecilia Armand y María José Valido.
Maquillaje y peluquería: Wild van Dijk.
Producción: Victoria Mouriño.