
Christian Dior acaba de anunciar la salida de Maria Grazia Chiuri como directora creativa de las colecciones femeninas —alta costura, prêt-à-porter y accesorios—, cargo que ocupaba desde 2016. Cuando la diseñadora llegó a la Maison en 2016, Dior llevaba siete décadas de dirección exclusivamente masculina. No fue solo un gesto simbólico: durante su mandato la facturación de la firma se cuadruplicó, demostrando que la mirada de una mujer es un formidable motor de negocio.
El legado feminista de Maria Grazia Chiuri
El desfile crucero del martes fue su último show para la Maison. "Después de nueve años, dejo Dior, encantada de haber recibido esta extraordinaria oportunidad. Quiero agradecer al señor Arnault por depositar su confianza en mí y a Delphine por su apoyo. Estoy particularmente agradecida por el trabajo de mis equipos y de los ateliers: su talento y experiencia me permitieron materializar mi visión de una moda femenina comprometida, en estrecho diálogo con varias generaciones de artistas. Juntos hemos escrito un capítulo impactante del que me siento inmensamente orgullosa", señala la diseñadora. Chiuri rompió siete décadas de dirección exclusivamente masculina: durante su mandato demostró que la creatividad con perspectiva de género puede ser, además, motor de crecimiento para un gigante del lujo.
En los últimos años, la diseñadora italiana ha sido objeto de críticas por firmar colecciones consideradas "excesivamente comerciales". Sin embargo, en un sector que a menudo privilegia la fantasía por encima de lo tangible, su enfoque pragmático y con carga ideológica ha supuesto una sacudida necesaria. Su debut estuvo presidido por la famosa camiseta-manifiesto We Should All Be Feminists (frase de la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie), cuyos beneficios se destinaron a la fundación de Rihanna.
Desde entonces, colecciones enteras han estado acompañadas de pancartas feministas (por ejemplo, en 2020 la pintora y escultora Judy Chicago creó banderolas bordadas por estudiantes de la India, en donde se podía leer: "¿Y si las mujeres gobernasen el mundo?", "¿Sería Dios una mujer?" o "¿Serían las mujeres y los hombres iguales?"), haciendo del desfile un altavoz de la igualdad. Chiuri transformó las pasarelas en ágoras donde el feminismo se discutía a la vista de todos.

Con Women@Dior, su programa de mentoría lanzado en 2017, más de 2.000 jóvenes de 60 países han encontrado guía, becas y redes profesionales. ¿El resultado? Una generación que asocia la palabra "lujo" no solo a seda y organza, sino a independencia económica. Además, puso la artesanía femenina del mundo en primer plano: por ejemplo, el desfile Crucero 2019 de Dior tuvo como protagonistas a las amazonas mexicanas que rompieron la barrera de género de las exhibiciones ecuestres; en su show de Mumbai celebró la colaboración con la Chanakya School of Craft, una organización sin ánimo de lucro que enseña a las mujeres técnicas de bordado. La diseñadora hizo de cada colección un diálogo con comunidades de mujeres artesanas, reivindicando su valor cultural y económico.
"Expreso mi más profundo agradecimiento a Maria Grazia Chiuri, quien, desde su llegada a Dior, ha realizado un trabajo extraordinario con una inspiradora perspectiva feminista y una creatividad excepcional, todo ello impregnado del espíritu de Monsieur Dior, lo que le permitió diseñar colecciones sumamente deseables. Ha escrito un capítulo clave en la historia de Christian Dior, contribuyendo de manera sobresaliente a su notable crecimiento y siendo la primera mujer en dirigir la creación de las colecciones femeninas", señala Delphine Arnault, Presidenta y CEO de Christian Dior Couture.
Maria Grazia Chiuri no solo rediseñó el icónico Bar Jacket, el bolso Saddle o multiplicó las ventas de Dior, sino que también redefinió lo que significa vestirse —y vivir— como mujer en el siglo XXI. Por romper barreras, por convertir la moda en altavoz feminista y por demostrar que el éxito empresarial es compatible con la inclusión y la cultura, tenemos muchas razones para agradecerle. Su legado nos recuerda que la verdadera revolución empieza con la convicción de que la voz de las mujeres importa.