Hay decisiones que no son fáciles de tomar. Y las que tienen relación con el ámbito laboral suelen ser algunas de ellas. Llevar muchos años en la misma empresa da estabilidad y seguridad. Nos sitúa en una zona de confort en la que, a menudo, nos sentimos cómodos y satisfechos. Pero, en ocasiones, este confort se convierte en rutina, y la rutina en aburrimiento y desmotivación. Así, percibimos señales que nos indican que necesitamos dar un giro a nuestra carrera profesional y empezamos a plantearnos nuestra situación en la empresa.
1. Es el momento de afrontar nuevos retos
Perder la pasión por nuestro trabajo nos sumerge en la rutina y hace que vayamos perdiendo paulatinamente las ganas de seguir aprendiendo, de asumir nuevos retos retos o de afrontar nuevas responsabilidades. ¡Y pasamos demasiadas horas en el trabajo como para que nos aburra lo que hacemos!
Así que, si ya no disfrutas de lo que haces, plantéate de qué manera puedes cambiar esta situación. Piensa en lo que te gusta, en dónde querrías estar y ve a por ello.
2. Sientes que necesitas otro tipo de ambiente
La relación con tus compañeros es fundamental para crear un buen clima laboral y que la jornada se haga más amena y satisfactoria. Es fundamental sentirte arropada y saber que puedes confiar en ellos ante cualquier duda o problema.
Pero… ¿Te da pereza hasta pensar en la cena de Navidad? Puede que te sientas muy a gusto con las tareas que desempeñas en tu trabajo, pero es importante que las puedas desarrollar en un ambiente basado en una relación sana entre compañeros. Las malas actitudes o un tono poco adecuado pueden generar enfrentamientos. Y si el ambiente en tu lugar de trabajo ha empezado a ser tóxico, quizás sea momento de cambiar de empleo. Además, según un estudio de Harvard, hay trabajos que debes evitar si quieres ser feliz.

3. Te gustaría que valorasen más tus logros
Todos necesitamos que valoren nuestro trabajo y eso es igual en todas las posiciones de la empresa, desde los puestos más junior hasta los líderes de la compañía. Cuando nadie repara en lo que haces, tu nivel de exigencia baja y, con él, tu involucración en los proyectos. Lo mismo ocurre si no confían en tu trabajo o subestiman tu capacidad para desarrollar nuevas prácticas.
4. Quieres crecer profesionalmente
El trabajo que realizas y las personas que lo integran deben ser, además, fuente de aprendizaje e inspiración. Esto te ayudará a estar en constante evolución, saber dónde quieres llegar y buscar nuevos roles que sigan acrecentando la pasión por tu trabajo. Pero, si no ves posibilidades de crecimiento o evolución dentro de tu empresa, ¿de verdad merece la pena seguir en ella?
Infórmate sobre los planes de crecimiento de tu empresa, sobre las posibilidades de promoción o los planes de movilidad. Saber que puedes seguir avanzando te mantendrá motivado.
5. Tu rendimiento ha bajado
Tienes una lista de tareas infinitasobre la mesa y no consigues concentrarte. Tu ritmo de trabajo ha bajado y te das cuenta de que miras el reloj cada 5 minutos. Cuando deja de gustarte lo que haces, tus ganas de aprendizaje y superación se pierden, entrando en una situación de conformismo y desmotivación de la que es difícil salir si no decides enfrentarte al cambio.

6. Tu calidad de vida no es la que deseas
En todos los empleos hay temporadas en las que el trabajo aumenta y el tiempo de dedicación a la empresa se incrementa. Pero cuando empieza a costarte separar el plano profesional del personal, o cuando estás estresado y te sientas mal solo con pensar que mañana es lunes, ha llegado el momento de plantearse seriamente un cambio laboral. Nunca debes dejar que el trabajo llegue a afectar a tu familia o amigos, y por supuesto tampoco tu salud mental o física.
7. Sientes que te has distanciado respecto a la misión, visión y valores de la empresa
Es muy probable que haya aspectos puntuales de tu trabajo que no te gusten, pero ¡no hay que alarmarse! Sin embargo, cuando te sientes distanciado respecto a los principios éticos, la misión o los valores de la empresa, esto puede convertirse en un problema. Es importante sentirte identificado y orgulloso de la empresa en la que trabajas, solo así sentirás realmente que tu trabajo merece la pena.