La casa de papel fue un rotundo éxito en Netflix, y la plataforma decidió seguir con la historia y contar la vida de uno de los ladrones antes de los sucesos en La Casa de la Moneda.
Netflix estrenó el 29 de diciembre el spin off de la serie, Berlín, protagonizada por Pedro Alonso, al que acompañarán en este nuevo robo actores consagrados como Tristán Ulloa o Michelle Jenner, y estrellas emergentes como Begoña Vargas, Julio Peña o Joel Sánchez.
La nueva banda intentará realizar uno de sus robos más extraordinarios: hacer desaparecer 44 millones en joyas como si fuera un número de ilusionismo.

Michelle Jenner, Tristán Ulloa y Pedro Alonso, han charlado con Marie Claire sobre el estreno de una de las series más esperadas del año.
Berlín es un antihéroe, pero que, sin embargo, engancha, ¿qué os fascina a vosotros de él?
Pedro: Berlín es un personaje que me ha permitido sentir muchas cosas que habitualmente no nos permitimos experimentar, además de una forma tan retorcida como divertida. Él no tiene ningún problema en saltarse todos los límites morales y las convenciones sociales en las que todos vivimos. Diría que es un caballo loco que uno puede cabalgar desde la comodidad de su casa sabiendo que no se va a jugar el tipo porque, vivir como lo hace él pasa una factura muy grande. Lo más llamativo de la serie, bajo mi punto de vista, es que el protagonista es un personaje tremendamente turbio, pero que aquí hace un viaje a la inversa, va a la contra de la lógica de las cosas.
Tristán: Los que han visto La Casa de Papel tienen en mente a un Berlín decadente, oscuro, gris y en esta serie hace un cambio total de registro.
Michelle: A mí me hace mucha gracia ver como Keyla se lleva con este personaje porque, desde luego, no tienen nada que ver. Hay cierta admiración hacia él, pero también mucho miedo.

¿Hasta qué punto creéis que roban por necesidad o es más por su propio ego y por sentir ese subidón de adrenalina?
Pedro: Lo de "a mí no me importa nada el dinero" es una frase que siempre le he escuchado salir de la boca de personas que nunca han tenido problemas económicos, que no saben lo que es eso. Cuando tienes problemas reales de dinero, esa frase no la dices tan alegremente. En el caso de Berlín, el dinero de los robos no es su prioridad, en absoluto. Él roba por deporte, por liarla parda y organizar una obra de ingeniería para luego mandarlo todo a tomar viento y autogenerarse problemas. Lo que le gusta de verdad es llegar a sitios inesperados y sentir que pierde el control y está en peligro de que le pasen cosas graves.
Tristán: Damián es un filántropo y se dedica a esto como una mera afición. Le da vidilla sentir el riesgo, le hace más interesante de cara a sí mismo, ya que tiene, en su día a día, una vida muy predecible.
Michelle: En el caso de Keyla sí que necesita el dinero para el proyecto de realidad virtual que está creando. Es una persona muy tímida, muy independiente y le gusta mucho estar sola, pero creo que, en el fondo, le reconforta pertenecer a algo.
¿Creéis que el robo es, en realidad, una excusa para presentar historias humanas diferentes?
Pedro: Yo he sentido, en varios momentos de mi relación con el personaje, la necesidad de aclarar que es un impresentable. Todos son una panda de tarados, es cierto que es una comedia, pero, aun así, opino que la naturaleza de todos los personajes de la serie es muy cuestionable, lo que pasa es que seducen. Todos tienen una parte de sombra y otra de luz y esa ambivalencia es lo que los hace humanos.
Tristán: Absolutamente, es una excusa para hablar de las diversas formas de entender la vida y de entender el amor y de como esos sentimientos pueden llegar a traicionarles en un momento dado. Los personajes se vuelven muy humanos y se conecta con ellos, no son infalibles, no son héroes, se equivocan y se ponen en peligro. Eso es lo más atractivo de la serie, las historias detrás de los protagonistas.

¿Qué pensasteis cuando os ofrecieron a Pedro, volver a hacer de Berlín, pero retrocediendo en el tiempo y a Michelle y a Tristán formar parte de su banda y del universo de La Casa de Papel?
Pedro: Me hablaron de la posibilidad del spin off hace ya mucho tiempo, pero luego vino la pandemia y se retrasaron los tiempos de todo y la idea se quedó en la nevera. Cuando se volvió a retomar el proyecto pedí un tiempo para pensarme bien si quería o no formar parte de él, esto se debía a que ya estaba viviendo el nivel de exposición mediática que suponía La Casa de Papel y asustaba. Al final tardé un día y medio en contestar que sí.
Estoy muy satisfecho de mi decisión porque el proyecto me fascina y, además, la parte más prosaica, me ha dado estabilidad económica suficiente para hacer otras cosas, como producir un documental.
Tristán: Es genial tener un trabajo en el que ir a rodar cada día es una aventura. Teníamos una secuencia previa escrita de lo que íbamos a hacer, pero luego todo cambiaba sobre la marcha dependiendo de lo que cada uno íbamos dando. El equipo de Berlín es buenísimo, hay una búsqueda constante de la excelencia y eso hace que uno lo de todo para estar a la altura
Michelle: Es un regalazo, una maravilla. Soy muy fan de La Casa de Papel, me flipa. Poder formar parte de su banda y, además, con un personaje tan divertido es una inmensa suerte. Me lo he pasado genial rodando, he disfrutado mucho.

Pedro: ¿Te llamó la atención que, de todo el elenco de La Casa de Papel, eligieran un personaje tan duro, tan oscuro y tan agresivo como Berlín para hacer un spin off?
Preocupaba si la intensidad del personaje de Berlín iba a saturar. No es lo mismo tener un personaje como él que pase de vez en cuando por la serie y de chicha, que convertirle en protagonista y que todo gire en torno a su persona. Se habló mucho de la dosis de Berlín que se quería inocular para no pasarse. Yo, he de confesar, que ese no era mi miedo, me asustaba más que, al hacerlo comedia, se diluyese la oscuridad propia del personaje, su esencia, eso me tuvo en alerta total como mes y medio.
¿Qué tipo de atracador serías vosotros si se diera el caso?
Michelle: Yo, al dedicarme a la interpretación, creo que lo que mejor se me daría es inventarme un personaje para camelarme a alguien y así conseguir lo que busco. La realidad es que soy muy tímida y fuera de mi trabajo miento muy mal. Mejor no robaría nada, sería un desastre.
Tristán: Yo también sería una calamidad como ladrón. En primer lugar, porque soy súper despistado y súper olvidadizo, además no soy nada meticuloso, como sí lo es en la serie Damián. No tengo hechuras para robar.
Pedro: ¡Pues menudos tres ladrones seríamos! Porque yo robé un caramelo con siete años y lo recuerdo como un momento absolutamente terrorífico de mi vida. Me acuerdo perfectamente del estado de mi cuerpo en aquel momento. Si fuese ladrón robaría el sistema, al poder auténtico de nuestra sociedad, a esos que mueven los hilos detrás, pero no les vemos la cara
