Uno de los momentos más duros a los que nos enfrentamos en la vida es una ruptura de pareja. No importa si has dado tú el paso o si has sido "víctima" de este fenómeno, una despedida duele por igual. Además, no siempre tiene gran relevancia el tiempo que habéis pasado juntos o el tipo de relación que habéis compartido, todas las rupturas duelen, aunque cada persona lo afronta de una manera distinta.
Los expertos del Instituto de Psicología Positiva detallan que "aunque al principio, independientemente de cuánto haya durado la relación de amorosa y cómo de brusco haya sido el final, más o menos traumática, será algo doloroso y la cosa pueda ser complicada, un proceso difícil, eso cambiará y con el paso del tiempo se quedará atrás guardada como otra experiencia más en tu mochila y lo recordarás sin dolor, como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje".

Por supuesto, esta lectura no es sencilla y requiere un tiempo de adaptación. Los profesionales citados añaden que "cuando la ruptura llega lo habitual y lo normal es pasar por las diferentes etapas del duelo (negación, ira, negociación, depresión y aceptación) pero cuidado porque si nos quedamos estancados en alguna de ellas, o si el duelo no se realiza de forma correcta, o la cosa se complica, puede traducirse en un gran bloqueo y podemos vivir un duelo patológico en el que sería necesario solicitar ayuda de un profesional".
Si consideras que la ruptura que has experimentado está causando estragos en tu salud mental que se escapaban de lo "habitual", te recomendamos que acudas a la consulta de un profesional especializado, con el fin de poder realizar un estudio personalizado de tu caso. Mientras tanto, hay ciertos consejos que podemos poner en práctica cuando nuestro objetivo es aprender cómo sobrevivir una ruptura amorosa.

Cero contacto con tu expareja
Una tendencia muy normalizada es mantener cierto contacto con tu expareja. Esto no se puede evitar si hay hijos en común, algún proyecto conjunto o una vivienda compartida. Si no es un caso de necesidad extrema, los expertos de Alcea Psicología "tras una ruptura de pareja es importante no tener contacto con nuestra expareja, por muy difícil que esto sea especialmente al inicio. Esto facilita que no nos “retraumaticemos” con un nuevo rechazo, o que volvamos a experimentar el dolor del contacto con el otro. Además de que nos deja vía libre de interferencias para poder comenzar nuestro duelo en paz".

Convive con las emociones
De nada sirve cubrir nuestros sentimientos con un velo invisible. Ante una situación dura, es esencial aceptar nuestros sentimientos, trabajarlos y aceptarlos. Los especialistas de Ivane Salud explican que "hay una etapa en el duelo en pareja que es muy importante: el procesamiento emocional. Así, es fundamental facilitar la expresión de las emociones dolorosas que aparezcan, que si son respetadas sin duda pasarán".
Asimismo, subrayan que "podemos apoyarnos en los demás y buscar su consuelo, utilizar diarios en los que expresar lo que sentimos. Es muy importante que podamos acompañarnos desde la amabilidad y la consciencia de que estas emociones son naturales y tendrán un final". Esto es clave para recuperar la felicidad.
Trabaja la soledad y la inseguridad
Despedirse de una pareja con la que se comparte mucho tiempo nos puede conducir a un sentimiento de soledad, inseguridad y abandono. Nuestra familia y nuestras amistades son clave en estos momentos, aunque tampoco debemos escudarnos en planes constantes. Los expertos de PSISE Madrid apuntan que "estos sentimientos son completamente normales en los primeros momentos, ya que la persona se encuentra habituada a sentirse acompañada y apoyada, concibiéndose a sí misma como parte de la pareja".
Asimismo, agregan que "el sentirse abandonado o menospreciado por la persona que nos ha dejado puede generar grandes inseguridades. Creer que no se es lo suficientemente bueno o que acabaremos solos es también un pensamiento habitual. Una forma de combatir estas ideas podría ser centrarse en los aspectos positivos de uno mismo, que en un momento contribuyeron a mantener la relación amorosa".

Los psicólogos nos invitan a entender una ruptura como "una oportunidad para redefinirse a uno mismo". Es un gran momento para "pensar en quiénes somos, qué queremos hacer o ser en un futuro próximo puede parecer inicialmente aterrador". Para lograr este objetivo, es clave dejar a un lado las prisas y escucharnos a nosotros mismos con atención y amabilidad.