Madres. Seres de luz que siempre tienen caldo en la nevera. Seres humanos capaces de acabar con cualquier guerra... Mujeres que sacrifican su cuerpazo, sus horas de sueño y su tiempo libre para dar vida, educar y amar sin condiciones.
Manuel, exparticipante de La isla de las tentaciones y actual finalista de GH Dúo sabe muy bien que no hay nada como una madre. Una pieza clave en nuestra vida que nos ayuda a desarrollar nuestra personalidad, cumplir nuestros sueños y... comer sano. Manuel lo sabe bien, pues durante la última gala reconoció que su madre le había amamantado hasta que cumplió los siete años.
«Me cogía en brazos como si fuera un niño chico y a comer, me tranquilizaba», decía el concursante, asegurando que su madre había pasado más de 12 años dando el pecho, primero con él y después con su hermana Gloria.
Una afición mucho más sana e higiénica que la que confesaron al principio del concurso, cuando los hermanos explicaron que tenían la manía de sacarse mocos a todas horas y pegarlos donde pillaban. Un sofá, debajo de una silla, la pared...
Volviendo al kit de la cuestión y la pasión de Manuel por las tetas (de su madre), no hemos podido evitar recordar la entrevista de Joaquín, exfutbolista y presentador de El novato, quien aseguró que estuvo tomando teta hasta los 6 años.
«La gente me dice venga ya hombre y no se lo cree, pero es verdad Lo que hacía con cierta edad era taparme porque me daba vergüenza. Subía de jugar con los niños y le decía a mi madre "un buchito, por favor", le hacía daño a la pobre... Así he salido (...) Me han dicho los médicos que me ha ayudado a alargar mi carrera y a tener menos lesiones», le decía Joquín a Fernando Romay en el programa de Finetwork Uno más Uno son Tres.
El elixir de la eterna juventud
Joaquín también reconoció en su día que «estar enganchado a la teta de mi madre hasta los 6 años ha sido muy importante en mi vida». El mítico jugador del Betis cree que su salud de hierro se debe en gran parte al esfuerzo que realizó su madre con la lactancia materna prolongada.
Y no le falta razón. Recordamos que, según la OMS, la lactancia materna es una de las formas más eficaces de garantizar la salud y la supervivencia de los niños. Es el alimento ideal para los lactantes y contiene anticuerpos que protegen de muchas enfermedades. Además no hay ningún estudio que determine que dar el pecho pasados los dos años de la criatura sea perjudicial para su salud.
Es más los niños amamantados muestran mejores resultados en las pruebas de inteligencia, son menos propensos al sobrepeso y sus madres presentan un menor riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario gracias, precisamente, a la lactancia materna.
