Paula Ribó González, conocida en toda Europa como Rigoberta Bandini, no consiguió llevar Ay Mamá a Eurovisión hace dos años. Pero esta madre todoterreno, actriz de doblaje, cantante, soñadora empedernida y ante todo mujer de armas tomar, ha conseguido alzarse con su primer Premio Goya a Mejor Canción Original por Yo solo quiero amor, de la película Te estoy amando locamente.
La intérprete de témanos tan pegadizos como Perra, Julio Iglesias o Canciones de amor a ti se ha subido al escenario enfundada en un vestido rojo con un impresionante corpiño y ha recogido su "cabezón" con la sensación de saber que, el camino se demuestra andando y todos sus pasos le han llevado hasta el merecidísimo éxito.
Con un discurso reivindicativo, Rigoberta nos ha dado una lección (otra más) de sororidad, compañerismo, talento y empatía. «Muchas gracias a todos. Se lo quiero dedicar a todos mis amigos y amigas, a mi familia, y a todo el colectivo. A todas les han llamado bolleras o maricones en el patio del cole, y todas han tenido que esconder su manera de ser por encajar. Nunca más vulnerarán nuestros derechos», ha dicho la artista antes de abrazar a su marido, compañero, padre de su hijo, cómico y mejor amigo, Esteban Navarro, con quien se casaba en junio de 2023 en una boda íntima y muy emotiva.
La importancia de Rigoberta en 'Te estoy amando locamente'
"Sevilla, 1977. En un momento en el que la homosexualidad es delito, Reme, una madre tradicional movida por el amor incondicional hacia su hijo -un adolescente aspirante a artista- se mete de lleno en el movimiento LGTBI andaluz, gestado paradójicamente en el seno de la Iglesia", dice la sinopsis de Te estoy amando locamente.
La película de Alejandro Marín, protagonizada por Alba Flores, Omar Banana y La Dani, es un canto a la libertad, la igualdad y la lucha por unos derechos que, como bien dice Rigoberta, jamás volverán a arrebatarnos.
Porque como dice la intérprete de témanos tan pegadizos como Julio Iglesias o Canciones de amor a ti en su canción ganadora del Goya...Tengo ganas de no explicar por qué. Yo te quiero querer sin miedo a que puedan volver. Tengo ganas de saltar a tus pies, levantar el parquet... contarle a Dios, quién quiero ser.
