La elegancia refinada y principesca de Carolina de Mónaco está represantada en una camisa blanca. Combinado con una falda de Chanel, la hija de Grace Kelly, de la que sin duda ha heredado clase y belleza, es famosa por su estilo sofisticado y minimalista, que acompaña con una belleza natural compuesta por un maquillaje siempre muy refinado y una melena canosa llevada con orgullo.

Su gusto por el lujo silencioso y susurrado se ha sublimado en un look white & white, cándido y puro. Una camisa blanca de algodón metida en una maxifalda de Chanel, marca de la que es embajadora junto a su hija Charlotte. La falda, de la colección Resort 2023 inspirada no por casualidad en la vida del Principado, de corte midi de encaje blanco, cuyos bordados creaban espléndidos juegos de sombras y transparencias.
Luego, Carolina combinó con un par de zapatos Chanel plateados y negros, tachonados con innumerables diamantes de imitación brillantes. No podían faltar sus pendientes de nácar de Van Cleef & Arpels en forma de flor y el bolso de Louboutin con plumas negras y marfil, un complemento inusual que embellecía el look aportando un toque exótico e inusual.
Así participó junto a su hermano Alberto II en la séptima edición de Artmonte-Carlo, la feria de arte contemporáneo que se organiza cada año en el Foro Grimaldi. Esta debe ser una de sus últimas citas oficiales, ya que la hija mayor de Ranieri anunció hace unas semanas que pretende retirarse de los escenarios, dejando cada vez más espacio a Alberto junto a su esposa y su hija Carlota. Un día dedicado al arte y la cultura antes de poder dedicarse por fin a ser abuela a tiempo completo.
Este artículo se publicó originalmente en Marie Claire Italia. Traducción y adaptación: Paula Manso.