Los hijos mayores de Carolina de Mónaco, la princesa de Hannover y Mónaco, llevan la elegancia desde que prácticamente nacieron. El último ejemplo de ello, ha sido en el I Festival de Literatura Josephine Baker, celebrado el pasado 23 de junio de 2023. Ambos hermanos asistieron al evento enfundados en una camisa blanca pero de dos formas distintas, los con un estilo desenfadado. Todo para honrar la memoria de la actriz, activista y bailarina Josephine Baker, una de las mujeres más importantes del siglo XX en Francia.
Los hermanos Casighari, pertenecientes a la familia real de Mónaco destacaron la elegancia y estilo que, al aparecer, les viene de sangre, ya que llevan viviendo entre la alta costura desde que tienen uso de razón. Tanto Carlota como Andrea Casighari asistieron al primer festival de literatura en honor a Josephine Baker, la activista amiguísima de Grace Kelly.
La camisa blanca fue el símbolo más limpio y libre de la elegancia del sello familiar que cultivo con sumo esmero durante el siglo XX su abuela Grace Kelly. Ambos llevaron el mismo estilo de camisa blanca, aunque se diferencian a la hora de llevarla. En el caso de Andrea, se trata de un estilo más serio donde el botón superior del cuello está desabrochado pero lo acompaña con una chaqueta negra. El estilo de la hija de la Princesa de Mónaco es más desenfadado llegando a llevar un estilo chillax, con manga corta, pero con un corte clásico.
Un festival para recordar a la gran amiga de Grace Kelly

El festival fue inaugurado en honor a la bailarina, actriz y activista por los derechos de personas negras Josephine Baker. Nació en 1906 en Estados Unidos pero se mudó a Francia con 19 años y allí se quedó a vivir hasta el resto de sus días.
Fue una de las pioneras en el mundo del baile, afición con la que desde pequeña desarrolló. Cuando llegó a París con 19 años, consiguió contratos con espectáculos y fue donde comenzó a desarrollarse su carrera como estrella. Eran tan exóticos sus espectáculos que incluso salía a escena con un leopardo.
Además de su carrera profesional como bailarina, actriz y vedette, fue una gran activista contra el racismo. Fue reclutada por el bando de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial. Uno de los elementos más icónicos de ella fue su contribución para conseguir información de la Alemania Nazi como espía para las tropas francesas.
En los últimos años de vida, los problemas económicos la llevaron a mudarse a Mónaco donde fue acogida por su gran amiga Grace Kelly, cuando ya era princesa de Mónaco. En su muerte se le hizo una honra con un memorial y una placa con su nombre.
Fue en el propio evento donde Carlota de Mónaco se abrió y contó alguna de las historias menos conocidas de sus abuelos, como cuando Grace Kelly acogió junto con su marido a Josephine Baker, "quienes la ayudaron en ese momento tan difícil de su vida".
Este artículo se publicó originalmente en Marie Claire Italia. Traducción y adaptación: Paula Manso.