Mónaco y la casa real monegasca está de luto. La madre de Stephano Casiraghi -y por tanto abuela paterna de Andrea, Carlota y Pierre Casiraghi-, Fernanda Biffi Casiraghi, ha fallecido a los 99 años. Así lo ha contado uno de sus hijos Marco Casiraghi, en el 'Corriere della Sera': "Mamá Fernanda ha dejado esta vida, una vida vivida con intensidad y una energía increíble".
Lo ha hecho en la villa de Fino Mornasco (en la provincia de Como, Italia) en la que vivía, acompañada por toda su familia, como ha explicado su hijo Marco. "Mamá tuvo grandes alegrías y grandes tristezas, pero era una mujer que creció en tiempos de guerra, capaz de afrontar la vida con valentía a pesar de sus espinas...Nos dejó a todos, ejemplos y momentos que siempre recordaremos" ha declarado al periódico italiano.
Cómo fue la vida de Fernanda Biffi Casiraghi
Como su propio hijo Marco ha señalado en su despedida en el 'Corriere della Sera', la vida de Fernanda estuvo muy marcada por la tragedia, siendo la mayor de todas la pérdida de su hijo Stéfano Casiraghi, marido de Carolina de Mónaco, en un trágico accidente náutico en 1990. No obstante y pese al fallecimiento de este, la relación entre Fernanda Biff y Carolina de Mónaco -suegra y nuera, respectivamente- siempre siguió siendo muy buena.
Tanto es así que fuentes cercanas a la familia afirman que siempre la llamó "mamá", incluso tras el fallecimiento de su marido. Casada con el empresario italiano Giancarlo Casiraghi, fallecido en 1998, durante su matrimonio tuvieron cuatro hijos: Marco, Daniele, Stefano (que como decimos murió en 1990) y Rosalba.
Pese a tener cuatro hijos, sus tres nietos provienen del matrimonio entre Stefano y Carolina de Mónaco: Andrea, Carlota y Pierre. Los cuales también le dieron bisnietos que llegó a conocer en vida: Giovanni, Cecilia, Sacha, Lorenzo, Giacomo, Raphael, India, Marco, Stefano, Francesco, Max, Balthazar y Giulio.
Fernanda Biff no tuvo nunca una vida excesivamente pública, con apariciones contadas sobre todo en las últimas décadas. Como ha contado Marco, la matriarca de los Casiraghi tuvo una muerte muy tranquila, quedándose dormida sin ningún tipo de sufrimiento: "Hacía días que no se encontraba bien y todos nosotros, hijos y nietos, estábamos junto a ella en su casa cuando falleció".
