Distimia, cuando la depresión leve se vuelve crónica

Cambios de humor repetidos, pérdida frecuente de motivación, hábito de ver la vida en negro... Aunque la distimia no es tan intensa como la depresión, debe tomarse muy en serio. 
Distimia depresión

Como la mayoría de los trastornos del estado de ánimo, la distimia afecta más a las mujeres que a los hombres. Poco conocida y en gran medida infradiagnosticada, merece un examen más detenido. No sólo porque puede curarse, sino también porque un tratamiento precoz puede evitar un empeoramiento de la salud mental y física.

¿Qué es la distimia?

"Es un término amplio que se utiliza para describir un trastorno del estado de ánimo que no cumple todos los criterios de un estado depresivo completo. Se aplica a todas las personas que no están identificadas como depresivas pero que, sin embargo, sufren bajadas significativas y regulares del estado de ánimo durante periodos bastante prolongados", explica la Dra. Anne Sauvaget, psiquiatra y profesora de psiquiatría en la Universidad de Nantes.

La distimia puede curarse. Un tratamiento precoz puede evitar un empeoramiento de la salud mental y física. - Foto de Milada Vigerova en Unsplash

¿Cuáles son los síntomas de la distimia?

Las personas con distimia pueden presentar una gran variedad de signos.

Psicológicamente: tristeza, pérdida de interés, pérdida de placer, sin gusto por nada, tendencia a desvalorizarse, pérdida de autoestima, visión muy negativa del futuro, etc.

Cognitivos: problemas de atención, concentración, memoria, etc.

Emocionales: las personas afectadas lloran con facilidad, son muy sensibles a las emociones negativas y pierden la sensibilidad a las emociones positivas, "como si vieran la vida con gafas oscuras". Esta pérdida de sensibilidad puede llevar a la "anestesia emocional", con ausencia total de emociones. 

En la distimia también suele haber un trasfondo ansioso, con pacientes que se preocupan por todo, todo el tiempo.

Desde el punto de vista del comportamiento, el distímico es lento, piensa con lentitud, camina con cierta pereza y carece de reflejos.

Pueden coexistir varios signos, como problemas de sueño (rumiar al acostarse, despertarse mucho por la noche, pesadillas, etc.), impresión de estar cansado todo el tiempo, dolores difusos (digestivos, musculares, etc.), pérdida de apetito, falta de energía, etc.

A nivel familiar, las personas que tienen parientes depresivos corren más riesgo de volverse distímicas, o incluso depresivas a su vez. - Pixabay

Distimia, depresión: ¿cuál es la diferencia?

"Para diagnosticar un estado depresivo típico, hay que tener al menos cinco síntomas. En la distimia, puede haber sólo tres o cuatro", dice nuestro experto.

Otro punto distintivo es la duración de los episodios. En el caso de la depresión, los síntomas persisten durante al menos 15 días sin descanso. En el caso de la distimia, pueden durar algo menos, pero se repiten. Como "olas que van y vienen".

A grandes rasgos, la Dra. Anne Sauvaget explica que un estado distímico "puede considerarse como un estado predepresivo o como un estado depresivo ligeramente atenuado".

¿Existen factores de riesgo?

"A nivel familiar, las personas que tienen parientes depresivos corren más riesgo de volverse distímicas, o incluso depresivas a su vez", admite el psiquiatra.

También se cree que las hormonas desempeñan un papel importante. Como era de esperar, los cambios hormonales que marcan la vida de las mujeres (pubertad, embarazo y posparto, menopausia) explican en parte por qué se ven afectadas con más frecuencia. 

Como la mayoría de los trastornos del estado de ánimo, la distimia afecta más a las mujeres que a los hombres.

Ni que decir tiene que, en general, las mujeres también se cuidan menos y tienden a escucharse poco. Si ya son menos propensas a consultar a un médico por un estado depresivo en toda regla, es tristemente lógico que consulten aún menos por una forma leve de depresión. Esto aumenta el riesgo de depresión crónica.

Los factores ambientales también entran en juego, en particular el estrés precoz. El Dr. Sauvaget menciona "el duelo a una edad muy temprana, los abusos físicos, psicológicos y sexuales en la infancia...".

Por último, el estado general de salud es un factor importante. En presencia de patologías inflamatorias o síndromes de dolor crónico, por ejemplo, el riesgo de desarrollar un estado distímico aumenta considerablemente.

¿Cómo tratar la distimia?

El primer paso es hacer el diagnóstico correcto, lo que significa "no dudar en consultar a un médico si tiene los síntomas que experimenta, o hablar con su familia si cree que está afectada", recomienda el Dr. Sauvaget. Su médico de cabecera es la primera persona a la que debe pedir consejo. Ante un paciente que se queja regularmente de los mismos problemas, el médico de cabecera puede sugerir varias soluciones.

Las opciones de tratamiento incluyen la psicoterapia, acompañada si es necesario de medicación antidepresiva.

Sin embargo, los antidepresivos sólo son eficaces si se toman correctamente. Es necesario un seguimiento médico periódico para evaluar la respuesta al tratamiento. Hay que dejar pasar varios meses para que el trastorno del estado de ánimo se estabilice, antes de plantearse una retirada gradual. 

"El error más común es interrumpir el tratamiento en cuanto uno se siente mejor. Es como dejar de tomar antibióticos en cuanto desaparecen los signos de infección, cuando en realidad la infección aún no ha terminado, o quitar una escayola en cuanto deja de doler una fractura ósea, cuando el hueso aún no es completamente sólido. Hay que dar tiempo al tratamiento para que actúe por completo, para que restablezca perfectamente la situación", advierte el especialista en psiquiatría. ¿Y si no? Entonces existe un riesgo importante de recaída. Con episodios cada vez más difíciles de tratar a medida que se repiten.

En el tratamiento de cualquier trastorno del estado de ánimo, son esenciales unos buenos hábitos de vida: sueño de calidad suficiente, dieta equilibrada y ejercicio regular.

Si eres de las que sufre insomnio, atenta a esto.

Tratamiento para evitar complicaciones graves

Si sólo es una "depresión leve", ¿para qué molestarse? Muchos pacientes tienden a restar importancia a su estado distímico. Y se equivocan. Las repercusiones en la vida cotidiana son incapacitantes. A largo plazo, la distimia es causa de inflamación crónica, con graves consecuencias: mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, trastornos cardiovasculares como la arteriosclerosis, problemas metabólicos, etc.

Lo mejor es "buscar ayuda en profesionales sanitarios". La distimia no debe descuidarse y, sobre todo, puede curarse. Cuanto antes se trate, antes podrá encontrar alivio y volver a una vida normal", concluye el experto en psiquiatría.

Recomendamos en

Ansiedad y depresión las dos pandemias emocionales del siglo XXI

Ansiedad y depresión: cómo reconocer los síntomas y cuándo pedir ayuda

Ansiedad y depresión podrían ser consideradas las dos grandes epidemias emocionales de nuestro tiempo. Desde finales de 2019 hasta hoy, hemos vivido realidades que si nos las hubieran descrito sólo un año antes hubiéramos pensado que se trataba de un magnífico guion cinematográfico. Y hemos pasado de uno a otro, sin apenas tiempo de recuperarnos. 
  • Dolors Marco Jiménez
  • María López-Ibor Alcocer