Después de muchas idas y venidas, ya sólo estamos a tres meses de la boda del año , una finca que Tamara heredó de su padre, el marqués de Griñón. Está ubicado en Aldea del Fresno y a 54 kilómetros del centro de Madrid.
Pero antes de verse en el altar, Tamara e Íñigo tienen otra cita pendiente: su pedida de mano. Un evento habitual entre familias tradicionales donde se suelen conocer por primera vez las familias de los novios. Así lo ha explicado la marquesa en ‘El Hormiguero’ a sus compañeros y Pablos Motos, que no conocían muy bien de qué se trataba una pedida de mano. “Es cuando se conocen tu familia y la de él, hay una cena e intercambio de regalos de mi familia a él y de su familia a mí”.

La pedida de Íñigo y Tamara, a diferencia de las de otros sociatilés, será bastante íntima y, según ha revelado ella, contará sólo con 25 invitados. En el acto, habrá varios discursos y no sólo por parte de los novios. “En mi familia somos muy de discursos, no sé si por su lado pero en el nuestro lo que les va a caer... ¡Y preparaos para la boda, nos encanta un micro! Mi hermano lo hace muy bien y mi hermana Xandra también”, cuenta Tamara Falcó.
Al ser preguntada por las joyas que se regalarán –normalmente, las familias regalan al futuro cónyuje de su hija o hijo alguna alhaja en señal de bienvenida–, la marquesa de Griñón asegura que, aunque le encanta ese momento, lo más importante para ella y lo que realmente le apetece es que se conozcan las familias.
