La exposición solar, la humedad ambiental, la altitud y la temperatura son los factores climáticos que influyen en el cuidado de la piel. Obviamente, esas condiciones son muy diferentes según la región del planeta y, en lo que a rutinas de belleza se refiere, exigen una adaptación específica. Desde el sofocante calor del desierto de Phoenix hasta la gélida atmósfera de Ulan Bator, los ingredientes activos y las rutinas diarias deben cambiar para responder a las necesidades del clima y a cada condición especial (acné, rosácea, dermatitis), por lo que siempre es recomendable que consultes con un dermatólogo antes de emprender tu viaje.
Te espero en el desierto
En El Cairo, Teherán o Marrakech, en las regiones de clima seco, las pieles suelen necesitar un plus de hidratación que evite la pérdida transepidérmica de agua provocada por la poca humedad del ambiente. "Recomiendo añadir en las rutinas lociones y cremas que, tras la limpieza, ayuden a retener la humedad gracias a activos relipidantes y protectores como fitoesteroles, ácidos grasos esenciales, extractos naturales como el extracto de bayas o el de pepitas de espino amarillo o aceites como el de sésamo y jojoba", indica Gema Cabañero, fundadora y directora de la Clínica Antiaging y Estética Avanzada Gema Cabañero (Madrid).
También es importante que incluyan agentes reparadores, para proteger la función barrera de la piel, como el extracto de aceite de pepitas de frambuesa y de arándano, con importantes propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. "Como consejo, siempre evitar cosméticos comedogénicos que eliminen de la piel sus aceites naturales y empeoren la sequedad e irritación".

Exposición solar: del desierto a Alaska
"La aplicación del protector solar debería de ser todo el año, nieve, llueva o haga sol", advierte la doctora Flavia Bonina, médico estético y directora médica de Clínica Doctora Bonina (Madrid), sin importar el lugar del mundo en el que estemos.
Lo cierto es que las ciudades con alta radiación solar generalmente se encuentran cerca del ecuador, en desiertos o en altitudes elevadas donde la atmósfera es más fina y absorbe menos rayos solares. Cabañero aconseja elegir fórmulas fotoprotectoras "con antioxidantes como la vitamina C o E e ingredientes como el óxido de zinc natural, que previene daños en la epidermis y acelera el alivio de pequeñas heridas e inflamaciones al adherirse a la superficie cutánea y formar una fina capa o película protectora que aísla de los factores externos". También sérums despigmentantes, para decir adiós a las manchas y rojeces, como un plus de ayuda frente a las manchas.
Pero el fotoprotector no es solo para Las Vegas o Madrid. También lo es para el Polo Norte, Edimburgo y cualquier ciudad de clima frío o nublado, ya que hasta el 80 % de los rayos UV penetran a través de las nubes. En un entorno nublado, hay que usar al menos un SPF 30, pero, si además está nevado, el espectro debe ser aún mayor. "Será realmente importante que el fotoprotector contenga un SPF 50 que sea capaz de crear un film protector invisible sobre la piel", apunta Cabañero.
Altitudes elevadas
En destinos de altitudes elevadas (pensemos en La Paz, Quito o Cuzco), la radiación ultravioleta aumenta debido a la menor densidad de la atmósfera, lo que permite que una mayor cantidad de rayos alcance la piel (hasta un 10 % más).
Junto al protector solar SPF 50 de uso tópico con ingredientes hidratantes, también se puede incorporar el fotoprotector oral, sugiere la doctora Bonina. En la rutina matinal, opta por productos "que contengan principios activos antioxidantes como la vitamina C, para evitar la formación de radicales libres causados por los rayos ultravioletas", apunta la doctora María Rogel, dermatóloga colaboradora de Bioderma (Madrid). Por la noche, cremas hidratantes que ayuden a reparar la barrera cutánea.

Me mudo al norte
Si te vas a alguna región al norte del planeta, no solo deberás ocuparte de la protección solar. El cambio de clima y factores ambientales puede afectar notablemente a la piel, especialmente si se llega de un ambiente soleado y cálido como el de muchas regiones de España. El principal riesgo es que la piel se deshidrate, por lo que la rutina debe enfocarse en hidratar y al mismo tiempo reforzar la barrera cutánea. La doctora Bonina recomienda nutrir la piel con cremas o mascarillas ricas en activos como la manteca de karité. "Hay que hidratar, hidratar e hidratar tanto cara, como manos y labios, que también sufren muchísimo".
"Será importante que cambiemos la limpiadora por una más suave y cremosa y que hagamos hincapié en que integre en su fórmula ingredientes muy hidratantes", dice por su lado Gema Cabañero. Busca activos emolientes y humectantes como glicerina, alantoína, pantenol o ácido hialurónico, e hidratantes como ceramidas que evitan la pérdida de humedad, o vitaminas C y E, antioxidantes. La experta también aconseja completar el uso de cosmética tópica con suplementos alimenticios.
Si se trata de ciudades de clima frío y seco como puedan ser Soria, en España, o Sarajevo, la doctora Marta García Legaz, dermatóloga colaboradora de Bioderma (Murcia), recomienda un limpiador en espuma o más suave "para evitar la deshidratación y proteger la barrera cutánea", y una crema hidratante densa "y con ingredientes humectantes (como el ácido hialurónico) y oclusivos (como la manteca de karité o ceramidas) para retener la humedad".
Me voy al trópico
Irte a una región tropical significa que tu piel se enfrentará a condiciones muy diferentes, especialmente en cuanto a la intensidad del sol, la alta humedad y el calor constante. Las ciudades de clima tropical húmedo como Singapur, Bangkok o Kuala Lumpur suelen tener altas temperaturas durante todo el año con abundantes precipitaciones. La humedad estimula las glándulas sebáceas, favoreciendo el exceso de grasa en la piel y la obstrucción de los poros.
"Mi recomendación en estos casos es que se opte por productos de textura ligera que permitan una hidratación óptima pero no excesiva. En el caso de los limpiadores, será beneficioso que estos incluyan ingredientes calmantes como pantenol y aloe vera que también refrescan la piel. Por su parte, en las hidratantes, buscaremos igualmente ingredientes con propiedades calmantes, antiinflamatorias y regeneradoras como aloe vera, pantenol y bisabolol, para que ayuden a equilibrar la barrera protectora de la piel", apunta Cabañero.

Grandes ciudades
Barcelona, Berlín, Roma… La polución de las grandes ciudades favorece el envejecimiento prematuro de la piel, aumenta los radicales libres y la oxidación de las células. Gases de escape, polvo y metales pesados generan un estrés oxidativo que causa diversas afecciones como envejecimiento prematuro, acné, sensibilidad y opacidad del tono. "La contaminación se pega a la piel, haciendo que los poros se obstruyan y se vea apagada, reseca y sucia", indica la doctora Bonina, quien apuesta por la doble limpieza al regresar a casa.
Te ayudarán cosméticos ricos en antioxidantes como vitamina C, vitamina E, té verde o resveratrol, así como mascarillas purificantes con carbón activo y arcilla. Además de todo ello, para las pieles que están continuamente expuestas a este tipo de contaminación, "es recomendable que se realicen cada cierto tiempo tratamientos profesionales que les permitan deshacerse más profundamente de la acumulación de toxinas e impurezas en la epidermis", indica Cabañero.
Además de ensuciar, las micropartículas de la polución pueden favorecer que surjan pequeños brotes de acné o se altere la barrera de la piel, advierte la doctora Rogel. "En estos casos, recomiendo utilizar activos antiinflamatorios, antioxidantes y que refuercen la función barrera, como la vitamina C o la niacinamida".
Vida nómada
La revolución tecnológica ha dado un empujón al teletrabajo y los llamados nómadas digitales. ¿Cómo cuidar la piel si una mañana estamos en Nueva York y la siguiente en Ciudad del Cabo? ¿Qué sucede si nuestro trabajo nos obliga a viajar constantemente? Gema Cabañero apuesta por un neceser de viaje "que incluya los cuatro productos imprescindibles de la rutina de belleza: un limpiador, un sérum, una hidratante y un fotoprotector".
La doctora García Legaz explica que antioxidantes como la vitamina C "ayudan a proteger la piel del estrés oxidativo que puede provocar el cambio de clima y el estrés de los viajes", por lo que es buena idea que el sérum incluya estos activos. Por último, una exfoliación suave (dos o tres veces por semana) ayuda a eliminar células muertas, lo cual es útil para evitar que la piel se vuelva opaca y acumule impurezas. "Esto es importante para quienes viajan mucho, ya que la acumulación de piel muerta puede hacer que la piel luzca apagada en climas extremos", concluye la dermatóloga.