El amor puede ser una de las fuerzas más poderosas del mundo, capaz de inspirar las más grandes hazañas y de dar sentido a la vida de quienes lo experimentan. Sin embargo, en algunas ocasiones, este sentimiento se ve envuelto en una espiral oscura de manipulación, violencia y muerte. A lo largo de la historia, han existido parejas que, lejos de construir una relación basada en la complicidad y el afecto, encontraron en el asesinato una forma de unión irrompible. Hace un tiempo te hablamos de mujeres que se enamoran de asesinos: las razones detrás de este fenómeno psicológico, pero hoy vamos a hablarte de duplas terribles que llegaron demasiado lejos.
El libro 'Familias Asesinas' de la criminóloga Victoria Pascual Cortés analiza cómo el amor puede convertirse en el detonante de los crímenes más atroces, explorando casos reales de parejas que convirtieron su relación en un pacto homicida. A través de este artículo, descubriremos cómo la devoción malentendida llevó a estos dúos siniestros a convertirse en leyendas del crimen.
David y Catherine Birnie: la pareja asesina
David y Catherine Birnie fueron una pareja australiana responsable de una serie de secuestros, abusos y asesinatos en los años 80. Juntos, llevaron a cabo una serie de crímenes atroces que aterrorizaron a la comunidad de Perth. Su modus operandi consistía en atraer a jóvenes mujeres a su casa con engaños, donde eran sometidas a brutales agresiones antes de ser asesinadas.
Según Victoria Pascual Cortés, "cuando la relación de pareja se basa en la dominación y la violencia, los límites morales pueden desdibujarse hasta el punto de convertir el crimen en una manifestación de amor y control". La pareja fue capturada cuando una de sus víctimas logró escapar y alertó a la policía, poniendo fin a su macabra serie de crímenes.
La pareja del horror en Ecatepec: Juan Carlos Hernández y Patricia Martínez
Otro caso estremecedor es el de Juan Carlos Hernández y Patricia Martínez, responsables de múltiples feminicidios en Ecatepec, México. Hernández, apodado “el monstruo de Ecatepec”, tenía un odio patológico hacia las mujeres y convenció a Patricia, su pareja, de colaborar en sus macabros crímenes. Ella no solo participó en la planificación de los asesinatos, sino que ayudó a someter a las víctimas e incluso presenció actos de necrofilia.
Las declaraciones de Hernández son aterradoras: “Si salgo, voy a seguir matando mujeres debido al odio que les tengo”, confesó tras su arresto. Patricia, en cambio, justificó su participación como un acto de sumisión y dependencia emocional. En sus interrogatorios, reconoció haber ayudado en al menos diez asesinatos, aunque las autoridades sospechan que fueron más de veinte.
Daniel y Manuela Ruda: los satánicos de Witten
Dentro de las parejas asesinas más aterradoras del libro, encontramos a Daniel y Manuela Ruda, una pareja alemana que llevó su devoción al satanismo a extremos macabros. En 2001, cometieron el brutal asesinato de su amigo Frank Hackert en lo que describieron como un sacrificio para Satanás. Manuela había sido una seguidora ferviente del ocultismo y convenció a Daniel de unirse a sus creencias extremas, llevando su amor por el satanismo al asesinato.
Según Victoria Pascual Cortés, “la dinámica que se genera entre dos personas unidas por una misma creencia puede transformar el amor en un pacto de sangre”. Ambos fueron condenados por el crimen y, aunque mostraron orgullo por sus actos en el juicio, posteriormente se distanciaron de sus declaraciones iniciales.
Inessa Tarverdiyeva y Roman Podkopaev: la banda de las Amazonas
Otro caso espeluznante es el de Inessa Tarverdiyeva y su esposo Roman Podkopaev, líderes de una familia criminal en Rusia. Durante más de una década, esta pareja y sus hijos aterrorizaron la región de Rostov con asaltos y asesinatos brutales. Inessa, lejos de ser una cómplice pasiva, participó activamente en los crímenes, mostrando una frialdad extrema al justificar sus actos.
“Cuando la familia se convierte en un grupo criminal, los lazos de sangre se confunden con la lealtad al crimen”, explica Pascual Cortés en su análisis. La pareja fue capturada en 2013 tras un enfrentamiento con la policía, que acabó con la muerte de Roman y la detención de Inessa.
John y Kate Bender: la masacre de los sanguinarios Bender
Uno de los casos más antiguos y misteriosos recopilados en 'Familias Asesinas' es el de John y Kate Bender, una pareja de criminales que, junto a su familia, asesinó a decenas de viajeros en Kansas durante el siglo XIX. Bajo la apariencia de propietarios de una posada, los Bender recibían a sus víctimas para después ejecutarlas y robar sus pertenencias.
“El amor y la familia pueden ser la excusa perfecta para justificar los crímenes más atroces”, escribe Pascual Cortés. La historia de los Bender sigue siendo un enigma, ya que la familia desapareció sin dejar rastro tras ser descubierta su red de asesinatos.
Estos casos demuestran que las muestras de amor puede ser un motor tanto para el bien como para el mal. En las parejas homicidas, la dependencia emocional, la manipulación y la perversión de los sentimientos crean una combinación letal. Las historias recogidas en este interesante libro, nos invitan a reflexionar sobre los límites de la pasión y la complicidad. Si quieres conocer más ejemplos, te dejamos 3 true crime protagonizados por mujeres en Netflix que no puedes dejar escapar.
Este libro ofrece un análisis profundo de los casos más impactantes de crímenes en pareja, explorando las motivaciones psicológicas y los factores sociales que llevan a estas uniones a transformarse en alianzas mortales. Con una investigación rigurosa y un enfoque criminológico detallado, 'Familias Asesinas' es de lectura imprescindible para quienes buscan comprender el lado más oscuro de las relaciones humanas.
