10 tintes de pelo que no dañan tu cabello

La verdad es que las mujeres tenemos una relación extraña con nuestro tono natural, todas queremos el tono de una de nuestras celebrities favoritas, todos menos el tuyo. Cuando lo real es que la naturaleza es sabia y dicen que el color que más nos favorece es con el que hemos nacido. Lo podemos derivar dos puntos arriba o dos abajo, pero los expertos no recomiendan nunca más. Debes fijarte en el tono de tu piel, el de tus ojos, en el óvalo facial... El color debe resaltar las facciones y no destacar por encima de ellas. Es por tanto una búsqueda de luz a favor de un color más natural.

Recuerda que un cabello y un cuero cabelludo cuidados son la clave para un color bonito. Por ello, debemos utilizar productos que sean naturales y que interaccionen con él, que lo protejan, que no lo agredan. Para protegerlo, lo ideal es utilizar productos lo menos agresivos posibles, que no contengan sulfatos, que contengan aceites como argán o de oliva que reestructuran los químicos sin dañar. Y por supuesto, que no contenga amoníaco (puede provocar reacciones e irritación).

Los tintes naturales purifican el cuero cabelludo, controlan los niveles de grasa, fortalecen la melena, aportan un extra de brillo… Vamos, las ventajas son interminables. Esta temporada, la henna vuelve a estar muy de moda, ya que se trata de una alternativa natural para todas las personas que no quieren utilizar productos químicos en el pelo. En realidad, la henna es una planta natural de Oriente Medio que lleva usándose para teñir el cabello desde la antigüedad. Es como un barniz que cubre cada cabello con una capa extra de protección (y de color). Sí, se trata de una coloración permanente, pero hemos de decirte que la henna irá perdiendo intensidad poco a poco con el tiempo.

Si no dabas con tu tono y sentías que el proceso era irritativo, tenías picores y acusabas incomodidad en el cuero cabelludo tenemos una solución para ti. Hay una fórmula infalible que puedes poner en práctica para eliminar los residuos: coge un bol de agua, pon sal de mar y aplícalo en tu cabeza. Notarás una sensación completamente diferente.