¿Siempre se engorda al dejar de fumar?

Son muchas personas las que se aferran a esta idea para decir adiós al tabaco. Te contamos lo que realmente sucede y cómo debes afrontarlo.
Dejar de fumar

Hay muchas personas que piensan que engordar al dejar de fumar es, siempre, inevitable. Y se aferran a esa idea para seguir "enganchados" al cigarro. ¿Es realmente así? Te lo contamos.

Debemos tener en cuenta que, al dejar el tabaco, en el cuerpo se producen cambios fisiológicos y psicológicos que suelen conducir a ganar peso (no es así en todos los casos, aunque sí se cumple en un amplio porcentaje). 

Hay que tener presentes dos cosas muy claras: la primera, es que ese aumento de peso es temporal, pueden perderse esos kilos sin demasiada dificultad; y, segunda (y más importante), los beneficios de dejar de fumar son infinitamente mayores que el problema de engordar unos kilos al dejarlo.Según un estudio de la revista British Medical Journal, se suele engordar entre 4 y 5 kilos en el primer año después de dejar de fumar. Nada que, cuidando la alimentación, con ejercicio y, en suma, una vida saludable, no pueda perderse.

Debemos tener en cuenta que, al dejar el tabaco, en el cuerpo se producen cambios fisiológicos y psicológicos que suelen conducir a ganar peso (no es así en todos los casos, aunque sí se cumple en un amplio porcentaje). 

Con una vida sana, controlando lo que comemos y con ejercicio lograremos no engordar o perder lo que hayamos ganado.

Según un estudio de la revista British Medical Journal, se suele engordar entre 4 y 5 kilos en el primer año después de dejar de fumar. Nada que, cuidando la alimentación, con ejercicio y, en suma, una vida saludable, no pueda perderse.

¿Por qué engordamos al dejar el tabaco?

La nicotina acelera la quema de calorías y crea sensación de saciedad. Al dejar de fumar, el metabolismo se normaliza, se queman menos calorías y se pierde esa sensación de saciedad, lo que lleva a ganar peso. Es fundamental el factor psicológico, ya que dejar de fumar crea el conocido síndrome de abstinencia que genera ansiedad, estrés y hace comer más. Además, la nicotina genera adrenalina y, al no introducir nicotina en el cuerpo, sentimos mayor necesidad de consumir glucosa para calmar esa ausencia de adrenalina, por lo que el organismo nos pide alimentos más calóricos.

Puede sonar alarmante, pero no es así: con una vida sana, controlando lo que comemos y con ejercicio lograremos no engordar o perder lo que hayamos ganado. Además, ten en cuenta que, al dejar de lado el tabaco estarás más sana, más fuerte y podrás afrontar mejor el deporte y disfrutarlo, por no hablar de que tu salud mejora, recuperas el olfato, el gusto, tu piel está más sana, tu bolsillo lo agradece… ¿No te parecen suficientes motivos todavía? Si tu excusa favorita es esta, es hora de que dejes de refugiarte en la báscula para seguir esclavizada con el tabaco. Sabemos que el proceso no es sencillo, pero la satisfacción que tendrás luego recompensará todo el esfuerzo dedicado.

Hacer las cinco comidas del día es un buen paso para evitar engordar al dejar el tabaco. Siempre es mejor comer más veces pero en cantidades más pequeñas. Beber mucha agua o hacer ejercicio son otros consejos que nos ayudarán a no coger esos kilos de más que tanto nos asustan. Si quieres conocerlos todos, consulta nuestra galería de consejos para no engordar al dejar de fumar.

Hacer las cinco comidas del día es un buen paso para evitar engordar al dejar el tabaco

Acepta el gran reto de todos los tiempos. Sabes muy bien que puedes lograrlo. Además ya no te quedan más pretextos. ¿Estás preparada? ¡Ánimo!

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