Siempre que hablo con mis amigas sobre nuestras melenas intento mantener un perfil bajo. Por suerte, tengo un cabello bastante "fácil". Con el tiempo, he aprendido a lidiar con las raíces grasas y las puntas ligeramente secas, al mismo tiempo que he abrazado la belleza de mi pelo liso (que, antes, consideraba aburrido). Eso sí, pese a que mi cabello no requiere gran trabajo diario para lucir en unas condiciones óptimas, hay un fenómeno que me trae por el camino de la amargura: el encrespamiento.
Al vivir cerca del mar, la humedad siempre hace de las suyas en mi melena. Los expertos de Le Due Salón hacen hincapié en que "el clima (la lluvia y la humedad, sobre todo), una mala hidratación capilar y algunos productos químicos son las principales causas de este problema. En general, puede decirse que el cabello encrespado ocurre cuando hay una clara falta de hidratación en el cuero cabelludo, al notar humedad en el ambiente, la capta, y genera el efecto del que hablamos. Los productos y procesos químicos, si no se eligen bien, pueden dañar la estructura del cabello".
Al no poder luchar contra la humedad y la estructura de mi cabello, la opción disponible que tengo es mi rutina capilar, que he modificado recientemente (con consecuencias positivas). Desde hace un par de meses han entrado en mi neceser tres nuevos productos que han logrado una mejora significativa en el aspecto de mi melena.
La marca de productos capilares Insight tiene una gama de productos indicados para pelos con frizz. Al principio, fui un poco escéptica con estas fórmulas (dado que no había tenido buenas experiencias con productos antiencrespamiento con anterioridad), pero me han sorprendido en el buen sentido de la palabra.
El champú contiene extracto biológico de zanahoria y un fitocomplejo antioxidante (manteca de soja, aceite de jojoba, aceite de avellana), mientras que el acondicionador opta por el extracto biológico de semillas de lino y el mismo fitocomplejo antiencrespado.
Ambas fórmulas son emolientes y ayudan a que mi pelo se enrede menos. En mi caso, me lavo el pelo unas 2 o 3 veces por semana (en función del deporte que haga) y aplico una capa de ambos productos. El acondicionador, si tengo tiempo, lo dejo actuar durante un par de minutos.
Una vez a la semana -normalmente el domingo que tengo un hueco reservado para el self care- aplico la mascarilla de medios a puntas y dejo actuar un mínimo de 10 minutos. Desde que empecé a usar estos tres productos, mi pelo luce menos encrespado, más suave y resulta más fácil de manejar con herramientas de calor. De hecho, tan solo retiro el exceso de humedad con el secador y aplico unas gotas del mítico aceite capilar de Moroccanoil para sellar el resultado.
El precio de estos productos varía en función del tamaño y de la plataforma de compra. Como siempre, recomiendo optar siempre por un formato pequeño para comprobar si la fórmula nos funciona sin gastarnos medio sueldo en el camino. Además, son botes geniales para viajar. Si el producto nos conquista, sí que merece la pena invertir en un tamaño más grande. Por supuesto, me gustaría aclarar que cada pelo es un mundo y que el hecho de estos productos hayan encajado con mis necesidades no es sinónimo de eficacia en todos los casos.
El champú de 100 ml cuesta 6,47 euros en la web de Insight (17,20 euros el de 400 ml) y 10,02 euros en Amazon. Por otro lado, el acondicionador tiene un precio de 6,47 euros por 100 ml y de 18,54 euros por 400 ml. Finalmente, la mascarilla puede ser nuestra por 13,42 euros el frasco de 250 ml.
Otros productos anti-frizz con los que completar la rutina de cuidado capilar
Spray Dream Coat Supernatural de Color WOW. Precio: 24,95 euros en Druni.
Crema sin aclarado anti-frizz de John Frieda. Precio: 8,40 euros.
