La medicina estética ha evolucionado en los últimos años hasta convertirse en una de las prácticas más solicitadas a nivel global. Sin embargo, este auge ha venido acompañado de un problema creciente: la desinformación. Según el Dr. Sergio Fernández Mesa, médico estético y vicepresidente segundo de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), la banalización de estos procedimientos ha generado una percepción errónea sobre su seguridad y ha fomentado su consumo irresponsable.
La normalización de los retoques exprés: un peligro silencioso
Las redes sociales han desempeñado un papel clave en esta transformación. La proliferación de tendencias como la "Botox Party", los "labios rusos" o el auge de descuentos en tratamientos médico-estéticos durante eventos como el Black Friday han convertido la medicina estética en una práctica de consumo inmediato.
"Muchos de estos contenidos dibujan procedimientos médicos como sencillos e inocuos, pero en manos equivocadas ponen en jaque la seguridad del paciente", advierte el Dr. Juan Antonio López López-Pitalúa, presidente de la SEME.

Datos que alertan sobre la situación en España
El mundo de la medicina estética en nuestro país en cifras y letras se refleja en datos que evidencian su crecimiento y los riesgos asociados. Un estudio de percepción independiente impulsado por la SEME ha revelado cifras preocupantes:
- 47% de los españoles se ha sometido a alguna técnica de medicina estética.
- 65% de los tratamientos estéticos son realizados por profesionales no cualificados.
- 77% de quienes recurren a estos procedimientos lo hacen sin la intervención de un médico.
- Solo un 25% de los tratamientos declarados son realizados por un médico.
Además, la falta de regulación ha llevado a un aumento del intrusismo. "En España, como en otras partes de Europa, es fácil adquirir materiales a través de canales ilegales", alerta la Dra. Petra Vega, tesorera de la SEME.

Red flags: las señales de alarma que no debes ignorar
El acceso a tratamientos estéticos sin control médico ha dado lugar a prácticas alarmantes como el llamado “Glovo-Tox”, donde sustancias como el botox o el ácido hialurónico son administradas en domicilios privados sin las mínimas garantías sanitarias. Expertas del sector advierten que este fenómeno pone en grave riesgo la salud de los pacientes y facilita la proliferación de materiales de dudosa procedencia. La falta de regulación y la facilidad de acceso a productos no certificados han convertido este tipo de prácticas en un problema de salud pública.
Lejos de la visión consumista y exprés que se ha popularizado, los profesionales recalcan que la verdadera esencia de la medicina estética es lograr una belleza en armonía, basada en la prevención, el tratamiento adecuado y la mejora progresiva. “Reivindicar el buen procedimiento estético, el médico, es urgente”, recalca la SEME. En un mundo donde la imagen ha cobrado un peso crucial, la seguridad del paciente debe seguir siendo la prioridad absoluta.
Los tratamientos médico-estéticos bien realizados no solo corrigen imperfecciones, sino que buscan mejorar la calidad de la piel y prevenir el envejecimiento prematuro. Frente a la desinformación, la clave está en acudir a profesionales cualificados que prioricen la salud y el bienestar del paciente.
Las técnicas médico-estéticas requieren conocimientos médicos especializados y no deben tomarse a la ligera. Solo un profesional titulado está capacitado para aplicarlas de manera segura y eficaz. Someterse a estos procedimientos en manos inexpertas puede poner en riesgo tu salud y bienestar. Asegúrate siempre de acudir a un médico cualificado.
Estas son algunas complicaciones típicas de la mala praxis que solo un licenciado en medicina está facultado para solucionar:
- Asimetrías faciales.
- Parálisis transitoria del músculo por una infiltración inadecuada de toxina botulínica. Resultado: caída del párpado.
- Infecciones. Cualquier material infiltrado por las manos equivocadas puede causar abscesos, fiebre y, en casos extremos, sepsis.
- Necrosis. Una inyección inadecuada de ácido hialurónico puede obstruir vasos sanguíneos, provocar muerte de tejido y desembocar en pérdida de funcionalidad.
- Reacciones alérgicas y más. En concreto, la infiltración de materiales no autorizados por la AEMPS puede provocar graves consecuencias para el paciente, como un shock anafiláctico.
- Quemaduras. Manejados por profesionales no acreditados, el láser, la radiofrecuencia médica o los HIFU pueden causar quemaduras, hiperpigmentación y daño en tejidos.
La SEME ha identificado algunas frases engañosas utilizadas en promociones que pueden indicar una práctica de riesgo:
- "Te invito a mi Botox Party"
- "El riesgo es cero, llevo años haciéndolo"
- "Apúntate a nuestro Black Friday"
- "La cantidad no es un problema, el material se reabsorbe"
Si un centro o profesional utiliza este tipo de mensajes, es una clara señal de advertencia.

Una campaña para recuperar el control
Ante este panorama, la SEME ha lanzado "Tu cara ya no me suena", una campaña divulgativa que busca proporcionar información veraz y ayudar a los españoles a identificar médicos cualificados. La iniciativa, lanzada el 5 de febrero de 2025, cuenta con una plataforma online en la que se ofrecen guías y píldoras informativas para evitar la desinformación en torno a la medicina estética.
Los expertos insisten en la importancia de educar a la población sobre los riesgos de los tratamientos estéticos sin supervisión médica. “No se trata solo de verse bien, sino de hacerlo con seguridad y responsabilidad”, concluyen desde la SEME.

Recomendaciones clave de la SEME para garantizar la seguridad en los tratamientos estéticos:
- Verificar la autorización del centro: asegurarse de que el establecimiento cuenta con la autorización U.48 otorgada por la Consejería de Sanidad.
- Confirmar la titulación del profesional: comprobar que el especialista es médico colegiado y posee la formación adecuada.
- Pide la identificación. Una vez en el centro, si el médico no la lleva de forma visible, exige que te la muestren. Si ponen trabas, vete.
- Cúrate en salud. No olvides exigir el sello con los productos empleados por tu médico.
- Asegúrate de que se usa material adecuado. Exige que peguen en tu informe médico la pegatina con el número de registro del material. Hay quien compra materiales ilegales por internet.
- Busca un plus de confianza. Este distintivo (SEME) no solo garantiza que el centro tiene la U.48, también asegura la cualificación de sus médicos.