‘El diablo viste de Prada’: 10 curiosidades sobre la película en su 15 aniversario
¿En quién se inspiró realmente Meryl Streep para interpretar a Miranda Priestly? ¿Qué otras actrices fueron consideradas para protagonizar la película? ¿Cómo consiguieron recrear la oficina de Anna Wintour? Recopilamos las anécdotas más destacadas del filme que demostró que en el infierno se calzan 'stilettos'.
Existen muchas películas ambientadas en el mundo de la moda e, incluso, en la vida de los diseñadores y las modelos, pero ninguna es tan recordada como El diablo viste de Prada. ¿Qué tiene esta película que no tienen las demás? Entre algunas de sus grandes bazas podemos contar con que se trata de una adaptación a la gran pantalla de un best seller literario que se mantuvo durante todo un año en la primera posición de la lista de The New York Times; que esta novela se inspira en uno de los personajes más fascinantes del mundo de la moda, el de la prestigiosa editora Anna Wintour; y que Meryl Streep se 'atrevió' a protagonizar este papel cuando gran parte de la industria parecía estar atemorizada ante las posibles consecuencias de un retrato que a Wintour no le hacía, aparentemente, ninguna gracia.
El rodaje de El diablo viste de Prada duró 57 días, su versión final estuvo lista en tres semanas y, tras su estreno, la película se convirtió en un gran éxito de taquilla recibiendo, además, dos nominaciones a los premios Oscar de 2007: Meryl Streep fue candidata como Mejor actriz protagonista y la diseñadora Patricia Field en la categoría de Mejor vestuario.
¿A qué vino tanto revuelo? ¿De qué trata El diablo viste de Prada? En Nueva York, la ingenua periodista recién licenciada Andrea Andy Sachs (Anne Hathaway) es contratada para trabajar como la segunda asistente de la sofisticada Miranda Priestly (Meryl Streep), la despiadada directora de la revista de moda Runway. Como Andrea sueña con ser una periodista de éxito, decide afrontar la oportunidad como un desafío profesional puntual que puede abrirle muchas puertas. Con la ayuda de su compañera Emily Charlton (Emily Blunt) y Nigel (Stanley Tucci), director de arte de la revista, Andrea conseguirá adaptarse a las extravagantes necesidades de su nueva jefa. Sin embargo, esto terminará afectando seriamente a su vida privada y ella aprenderá una importante lección: la vida está hecha de elecciones.
El personaje de Andy Sachs está inspirado en la experiencia real de la escritora Lauren Weisberger, que trabajó durante un año a las órdenes de Anna Wintour, a quien abandonó para cumplir su sueño: convertirse en escritora. El diablo viste de Prada fue su primera novela, que se ha publicado en más de 40 idiomas y ha vendido millones de copias.
Con motivo del 15 aniversario del estreno de la película, el reparto de El diablo viste de Prada, así como su director, David Frankel, su guionista y su productora ejecutiva han celebrado un encuentro organizado por Entertainment Weekly en el que han recordado muchas anécdotas y curiosidades de la producción que consiguió poner nerviosa a la 'jefa' del mundo de la moda. A continuación recopilamos algunas de las más especiales:
Anne Hathaway no fue la primera opción para interpretar a Andy Sachs… sino la novena
A la actriz Rachel McAdams le ofrecieron el papel de Andy hasta en tres ocasiones, Juliette Lewis y Claire Danes hicieron pruebas de casting para el papel. Scarlett Johansson, Natalie Portman, Kate Hudson y Kirsten Dunst también formaban parte de la lista de posibles candidatas. Anne Hathaway estaba muy interesada en el personaje y, finalmente, fue Meryl Streep quien llamó al estudio para apoyar su candidatura después de haber visto su interpretación en Brokeback mountain.Del mismo modo, más de cien actrices fueron consideradas para el papel de Emily Charlton, que finalmente interpretó Emily Blunt. En principio, este personaje no tenía que ser inglés ya que, supuestamente, está basado en Plum Sykes, escritora y ex asistente de Anna Wintour que fue compañera de Laura Weisberger en la revista.Para interpretar a Miranda Priestly también se tentó a una larga lista de estrellas de Hollywood que comenzó con Michelle Pfeiffer, Glenn Close y Catherine Zeta-Jones como posibles protagonistas del filme.
Así construyó Meryl Streep el personaje de Miranda Priestly
Para su voz, la actriz se inspiró en la que Clint Eastwood emplea en un set de rodaje. La conocía bien, ya que ambos trabajaron juntos en Los puentes de Madison, dirigida y protagonizada por el actor. "Es alguien a quien el equipo realmente respeta y nunca levanta la voz, nunca; la única vez que lo hizo aterrorizó tanto a la gente que, durante dos semanas, quedó traumatizada", afirma la actriz. Para la apariencia de Miranda, Streep propuso un cruce entre el look de la modelo Carmen Dell’Orefice y la elegancia y autoridad de Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo desde 2019. Aunque los productores inicialmente no estaban tan seguros de que esto funcionase, cambiaron de opinión en cuanto la actriz se metió por primera vez en el papel de Miranda.
La promesa de Meryl Streep tras 'El diablo viste de Prada'
Con más de 90 títulos como actriz a sus espaldas, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que Meryl Streep sabe bastante sobre cómo funcionan las cosas en un rodaje. Sin embargo, en el de El diablo viste de Prada aprendió una cosa nueva: no siempre conviene mantener tu personaje más allá del ¡corten! Y es que la actriz decidió interactuar con sus compañeras de reparto al más puro estilo Miranda Priestly incluso cuando no estaban rodando. Como resultado de este distanciamento, "¡Fue horrible! Estaba muy triste y sola en mi camerino. Podía escucharles a todos reír. ¡Estaba tan deprimida! Dije: ¡Bueno, es el precio que pagas por ser el jefe! ¡Esa fue la última vez que intenté algo con el Método!", afirma la actriz. Finalmente, este aislamiento le supuso su decimocuarta nominación al Oscar y, a día de hoy, el personaje de Miranda Priestly es uno de los más famosos de su carrera.
El proyecto de la película comenzó antes de que se publicara la novela
Gracias a su potente título y a las primeras 50 páginas del borrador de Lauren Weisberger, Fox adquirió los derechos de El diablo se viste de Prada en 2002. Es decir, antes incluso de que se publicara la novela que después se convertiría en un éxito literario.
El presupuesto en vestuario fue astronómico
A pesar de contar con diseños prestados por algunas de las marcas de lujo más importantes, Patricia Field gastó más de un millón de dólares en el vestuario de la película, convirtiéndose en el más caro de la historia hasta la fecha. Como resultado, la estilista y diseñadora de vestuario más famosa de Hollywood - es responsable de los looks de Sexo en Nueva York y Emily en París, entre muchas otras - recibió su primera (y única) nominación al Oscar por este trabajo.
Lauren Weisberger, autora de la novela original, tiene un cameo en el filme
La escritora de bestsellers interpreta a la niñera de las gemelas de Miranda Priestly, aunque no aparece en los créditos finales.
Muchos diseñadores de moda se negaron a intervenir en la película
¿La razón principal? El temor ante las consecuencias de involucrarse en un filme inspirado en la figura de Anne Wintour. Aline Brosh McKenna, responsable de adaptar la novela a la gran pantalla, afirma que tuvo "enormes problemas para encontrar a alguien en el mundo de la moda que quisiera hablar conmigo, porque la gente le tenía miedo a Anna […] Hubo una persona con la que sí hablé, cuyo nombre nunca revelaré, que leyó el guion y dijo: 'La gente en esta película es demasiado amable. Nadie en ese mundo es demasiado amable. No tienen por qué serlo, y no tienen tiempo para serlo'. Después de esto hice modificaciones para que todos [los personajes] estuvieran más ocupados y tuvieran peor carácter".
Alguien consiguió 'colarse' en la oficina de Anna Wintour
Según afirma el director de la película fue Jess Gonchor, diseñador de producción, quien "se coló en las oficinas de la revista para echar un vistazo a la oficina de Anna y fue capaz de recrearla de manera tan auténtica que me dijeron que Anna redecoró la suya de inmediato después de que se estrenara la película". "Estuvieron muy, muy cerca de conseguir una replica exacta", apunta Weisberger.
Gisele Bündchen solo aceptó participar si no interpretaba a una modelo
El diablo viste de Prada no fue su primera incursión en el cine - antes había participado en Taxi (2004) - y como condición para formar parte de su elenco, la supermodelo pidió expresamente no interpretar a una. "No estaba realmente interesada en interpretar una sesión de fotos o hacer lo que hacía todos los días". De esta forma, Aline Brosh McKenna se inventó el personaje de otra compañera en la revista que tenía muy buena relación con Emily.
Anna Wintour vio la película vestida de Prada
Según Aline Brosh McKenna, Anna Wintour asistió a la primera proyección de la película, previa a su estreno, en Nueva York… vestida de pies a cabeza de Prada, "¡Lo que demuestra que tiene un gran sentido del humor!", opina la guionista.
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