Quizás, en más de una ocasión te hayas preguntado aquello de, “¿soy realmente feliz?” O, al menos, te hayas replanteado en algún momento difícil si has hecho todo lo posible por estarlo o de, si entonces, has estado a la altura. Pero es que, la felicidad no es un acto continuo ni algo que podamos conseguir persiguiendo un mero ideal. Digamos que la felicidad se trabaja, se forja, se nutre y, tras todo ello, puede que consigas mantenerla durante un tiempo.
De hecho, la felicidad, aunque no lo creamos, va muy ligada a la propia medicina, a la propia salud humana, a nuestra salud mental y a los niveles de satisfacción con la vida que vivimos que, en más de una ocasión, nos abruman y perjudican.
Como explica la Dra. Paloma Fuentes, experta en neurofelicidad, en su libro La Medicina de La Felicidad (2021), “la realidad nos demuestra que vivimos en una sociedad cada vez más insatisfecha, es decir, una sociedad menos saludable y más infeliz. Muchas personas sueñan con cambiar «eso» que les causa malestar, sin detenerse a reflexionar que los cambios más urgentes y necesarios que necesitan siempre están dentro de ellos mismos”.

Digamos que la mente siempre está haciendo algo, incluso cuando creemos que no hace nada, y ese "algo" que hace es muy importante para la felicidad. Porque durante la mayor parte del tiempo la mente divaga sin rumbo fijo, viajando entre un batiburrillo de emociones, recuerdos y futuros posibles que hacen, incluso, que lleguemos a sufrir niveles de estrés irrefrenables.
¿La solución? Mente atenta es sinónimo de felicidad. La conciencia nos ayuda a situarnos en el presente, en el aquí y ahora, el único momento y lugar donde transcurre nuestra existencia y donde es posible conectar con la felicidad, ese es, como explica la Dra. Paloma Fuentes, el primer eje para entrenar tu mente para ser feliz.
Aunque, eso sí, esa idea no es universal. Digamos que es el inicio de un camino hacia la satisfacción personal, hacia un trabajo que nos motive a ser mejores, a sentirnos mejores y a, en última instancia, sentirnos felices con la vida que llevamos. Y es que, cuando lo logres, cuando consigas que tu día se llene de pequeños gestos y acciones, a veces insignificantes, generadores de felicidad, empezarás a notar muchos efectos sorprendentes (La Medicina de La Felicidad, 2021)

La gratitud, el motor del cambio
Pero, ¿qué pequeños gestos o qué acciones nos pueden ayudar en este camino a la felicidad? El sentirse agradecido con la vida que llevas es una de las claves vitales.
Así lo sostiene Ale Llosa, Experta en Psicología y Felicidad, “si yo tuviera que decir un mantra para ser feliz, diría que es “gracias”, porque cuando aprendemos a ser más agradecidos damos menos cabida, menos espacio al drama, a la queja, a la tristeza, a lo negativo. Mientras más agradeces, más llenas tu cabeza de cosas bonitas, de lo bueno y menos de lo negativo. Gracias por todo lo que hay, gracias lo que tengo, gracias a la gente que me rodea… Los momentos tristes y duros pasarán, porque al final hay miles de cosas que no vamos a controlar, pero sí el corazón agradecido se proyecta hacia afuera.”
De hecho, si revisamos algunas de las “20 claves para ser feliz” que la Dra. Paloma Fuentes, reseña en su libro La Medicina de La Felicidad, está la gratitud. Como ella misma explica, “la gratitud es una forma de conocernos y de reconocernos, estableciendo vínculos positivos con todo lo que nos rodea, y adjudicándole un valor extraordinario que a partir de ese momento comienza a formar parte de nuestra memoria moral. La gratitud es una herramienta especialmente valiosa para combatir los estados tóxicos como la ansiedad, el miedo, la angustia y las fobias, ya que no pueden coexistir de forma simultánea en nuestra mente.”

Ser agradecido por las cosas positivas que la vida te ha dado y dejar al lado aquello negativo que, pese a ser difícil, tiene su final. “Si personalmente te está yendo mal, pues di “mira, tengo un trabajo increíble” y siéntete contento por eso y a dormir sintiéndote satisfecho por eso. Si tienes familia, sé feliz por eso, agradece por eso y siéntete satisfecho por eso, y así con todos los aspectos de la vida.” explica Ale Llosa.
“Siempre nos han enseñado a proyectarnos al futuro, pero la mayoría de nosotros ya tenemos mucho. ¿Qué te hace pensar que serás feliz cuando tengas algo si no eres feliz con lo que ya tienes?”, añade Inma Brea, coach experta en comportamiento humano y en Humanización Corporativa.
No busques la perfección; no existe
Otra de las claves para alcanzar la felicidad o, al menos, sentirte plena con la vida que llevas es el hecho de asumir que todo no tiene por qué ser perfecto siempre. “Es bueno cometer errores, equivocarnos, e incluso, tener que volver a empezar. Olvídate de las expectativas de los demás. La única expectativa que cuenta es la tuya de seguir aprendiendo para crecer y mejorar. Aprender de todo ello nos hace más fuertes, más sabios, y nos permite ir sumando teselas de fortaleza en nuestro mosaico del «yo».” (La Medicina de La Felicidad, 2021)

Como explica Llosa, experta en Psicología y Felicidad, “para mí la felicidad no es algo que se logra, como la gente busca la perfección, no, no existe la felicidad, “todo está increíble” eso nunca va a pasar, porque la vida es exactamente eso, como una montaña rusa de emociones, de situaciones, nada sabemos todo es inesperado y lo único que podemos controlar eso nosotros mismos.”
Rodéate de cosas bonitas que te gusten
Recuerda que la fuente de la felicidad es tu mente y que solo se alcanza cuando conectas con ella, es decir, cuando conectas contigo. Así que deja de hacer escapismo mental, ponte el traje de inmersión y disfruta de un viaje por todo lo que te hace feliz en cada momento.

“Alguna flor, tu música preferida de fondo, retratos de las personas que más quieres o de tu mascota, velas aromáticas... Tú eliges, lo importante es que sean elementos ambientales que te produzcan agrado y bienestar, para que, cuando conectes a través de todos tus sentidos con la realidad, lo que veas, escuches o huelas te produzca sensaciones que para ti sean agradables y placenteras” (La Medicina de La Felicidad, 2021).
Sé optimista
No puedes olvidarlo nunca. Nadie sabe a ciencia cierta qué puede pasar o qué pasará, así que, como desconocemos qué es lo que de verdad va a ocurrir en él, puestos a imaginar, hagámoslo de forma positiva. Porque, como explica la Dra. Paloma Fuentes, “eso nos ayudará a desarrollar estrategias que nos acerquen a los mejores resultados para lograrlo. Las investigaciones realizadas concluyen sistemáticamente que imaginar tu «mejor yo posible» te hace significativamente más optimista, lo que influye decisivamente en tu ámbito emocional e incluso cognitivo.”
Eso sí, no solo está en pensarlo, sino en practicarlo, incluso en el propio lenguaje. Deja de lado expresiones negativas como el “pero”, este separa y crea incertidumbre. Si quieres que tu lenguaje sume, “elimina barreras, une y genera confianza contigo y con los demás, sustituye el «pero» por la palabra «aunque» y cámbialo de lugar en las frases que construyas; sus efectos negativos serán mucho menores. También es válido y útil que lo sustituyas por la palabra «Y».” Concluye la Dra. Fuentes.