Desde que iba al colegio, siempre he sido una persona de esas que rellenan todos los huecos. Que si cursos, doctorado, deporte, trabajo, salir con amigas... Pero una no tiene el mismo aguante con 18 que con 33 y últimamente sentía que no llegaba. Por eso, hace unos meses empecé a buscar el equilibrio perfecto entre bienestar personal y productividad.
He seguido diferentes estrategias para ralentizar el ritmo como la técnica pomodoro, pero no fue hasta que integré tres hábitos específicos en mi rutina diaria que experimenté una transformación verdaderamente significativa en mi energía y productividad.
No hacer más que una cosa al día
Deja que me explique, no me refiero a una cosa estrictamente, pero además de la rutina diaria (ducharse, alimentarse y trabajar), no rellenar mi tiempo libre con más de una tarea. Y centrarme en hacerla bien. Que si los lunes tengo baile, tengo baile y ya. No puedo ir a hacer un recado, hacer la compra e ir al baile. Mi padre es muy sabio y me recomendó llevar a cabo este consejito y mira, me ha cambiado la vida.

Mi dosis diaria de vitalidad y descanso
Nunca he sido de tomar suplementos, pero incorporar uno específico para proveerme de energía en periodos altos de estrés y otro para estimular el descanso me ha sentado divinamente. Tomo Longenic como tratamiento de choque y puedo asegurar que incorporarlo a mi rutina matutina ha sido como descubrir el secreto para mantener una energía sostenida a lo largo del día. Tiene resveratrol, vitamina C, cúrcuma, zinc y Coenzima Q10 y además de ayudarme a mantener un ritmo de trabajo constante y productivo, me noto la piel más luminosa y el pelo más fuerte. No es de extrañar que la marca lo presente como una alternativa antiedad.

Por las noches, me he aficionado a las gominolas de melatonina. Iniciar mi ritual nocturno con una dosis de melatonina a eso de las 20:00h ha sido un cambio de juego. Este pequeño gesto ha sincronizado mi reloj biológico con el ciclo natural del sol y desde que lo hago me despierto sintiéndome realmente descansada. ¿Mis favoritas? Las de Chic&Love, Arkopharma y Jelly Pills.

Rise: el entrenador personal de mi sueño
Por último, la aplicación Rise ha sido, sin dudas, mi hallazgo del año. Me permite monitorizar mi deuda de sueño y recibir consejos personalizados para mejorar mis hábitos de descanso y ha tenido un impacto profundo en cómo me siento cada día.

Para empezar a utilizarlas registras tus horarios de actividad, de toma de café y de toma de melatonina. Con estos datos y los de registro de sueño, es capaz de indicarte tus horas de bajón energético, las horas de subidón, cuando deberías deberías dejar de usar dispositivos, irte a dormir y despertarte, además de mi parte favorita que ya he mencionado antes: la deuda de sueño que tengo. Así soy consciente de cuando debo parar y me obligo a ello. Funciona. Doy fe.
Una nueva comprensión del bienestar
Además de estos tres hábitos, he comenzado a prestar atención a cómo mi cuerpo responde a lo largo del día (algo de lo que hablaba Steve Jobs) y he encontrado una psicóloga que me ayuda mucho a ser consciente de cómo enfoco mi vida. Considero la terapia un básico fundamental cuando estamos bloqueados (aunque siempre viene bien).
Este viaje hacia un mayor bienestar y productividad ha sido revelador. No solo me ha hecho más eficiente en mi trabajo, sino que también ha enriquecido mi vida personal. Ahora, más que nunca, estoy convencida de que pequeños cambios en nuestros hábitos diarios pueden tener un impacto monumental en nuestra calidad de vida.