El teletrabajo forma parte de mi vida desde al año 2019. Sí, querida, antes de la pandemia ya escribía mis artículos en casa, con una buena taza de café y ropa cómoda. Al principio, me costó un poco adaptarme a mi nueva rutina y la concentración no reinaba en mi escritorio. Ahora, en cambio, no imagino mi vida con otro sistema de trabajo.
Sin apenas darme cuenta, he ido comprobando qué vías de productividad son las que mejor encajan conmigo. Antes de que se pusieran de moda "la técnica de los 15 minutos" o "la técnica Pomodoro", ya las habías puesto a prueba en mi rutina y el resultado no había sido especialmente exitoso.

En mi caso, el triunfo reside en conocerse (y escucharse) a una misma y en saber gestionar la energía a lo largo del día. Sin darme cuenta, durante los últimos años he aplicado el truco de productividad de Steve Jobs y ahora soy "una máquina de la organización" (como me recuerda cada día mi pareja).
La CNBN dedicó un artículo a esta "ley" de la productividad del genio de la tecnología y contó con las declaraciones del ex asistente ejecutivo del fallecido cofundador de Apple, Naz Beheshti. Él lo explicó de forma clara: Jobs era "extremadamente eficiente y productivo porque trabajó en su gestión de energía y no necesariamente en la gestión del tiempo".

Empresario, diseñador industrial, magnate empresarial, propietario de medios e inversor estadounidense, la vida de Jobs estuvo marcada por su intensa relación con la innovación. Cofundador y presidente ejecutivo de Apple, su vida estaba repleta de responsabilidades y su día tenía 24 horas, como el de todas las mortales. ¿Qué podemos hacer para aprovechar al máximo cada hora sin volvernos locas en el intento? Muy fácil: organizando las tareas en función de nuestro nivel de energía.
"Haz las cosas que normalmente pospones, o que son desafiantes o que normalmente no encuentras tan inspiradoras cuando tienes más energía y concéntrate en optimizar tu día en función de tu energía, en lugar del tiempo", añade Beheshti. De poco sirve quedarte con el ordenador hasta la madrugada si tus niveles de energía son extremadamente bajos, quizá te resultará más útil acostarse pronto y dedicarle tiempo a la labor a primerísima hora de la mañana. De este modo, la calidad de tu trabajo será más alta y exprimirás cada segundo.
La gestión de la energía va muy relacionada con saber priorizar. Así, intenta aprovechar las horas en las que te sientes más concentrada para hacer todo aquello que te resulta "duro" y que sea prioritario. De esta forma, cuando tus neuronas estén off, podrás dedicarte a aquellas tareas que sean más livianas.
Con el fin de ejemplificar este sistema, detallo mi caso. Yo soy una morning person en potencia y mi tope de energía se sitúa entre las 7 de la mañana y la hora de comer. A partir de ese instante, mi concentración se esfuma. Por ende, planifico mis jornadas para dar lo máximo de mí misma en mi horario estrella. Escribir los artículos más densos o elaborar las preguntas de una entrevista son las dos tareas que me fijo como objetivo de la mañana. Después de comer, contesto mails, busco imágenes de inspiración o escribo los artículos que considero más ligeros.

Seguir este truco de productividad de Steve Jobs me permite ser mega eficiente sin llegar agotada a media tarde. Eso sí, procrastinar está "prohibido" en mi agenda y no me fustigo si un día no transcurre como dicta mi plan inicial (la actualidad manda en el mundo del periodismo y las noticias no esperan, al igual que ocurre en otros trabajos). Este tip puede adaptarse a la rutina de cada una de nosotras y requiere un tiempo de adaptación. Si este sistema cuadra contigo, seguirás estas pautas sin ser consciente y notarás que tu productividad sube como la espuma sin tener consecuencias en tu salud mental.