Los seres humanos somos naturalmente sociales, y la necesidad de tener un mejor amigo responde a esta tendencia. De hecho, es muy habitual que usemos la expresión "mejor amiga" para referirnos a esa persona en la que primero pensamos cuando algo importante nos ocurre. Tener una amistad cercana nos ofrece un refugio emocional, un espacio donde podemos ser nosotros mismos sin miedo al juicio. Este lazo íntimo satisface la necesidad de pertenencia, nos da un sentido de seguridad emocional y nos permite compartir experiencias sin miedo a ser juzgadas. Además, las amistades más cercanas generan beneficios biológicos, como la liberación de oxitocina, que nos hace sentir bien y reduce el estrés. Eso sí, ¿es una buena idea priorizar unas amistades a otras?
La importancia de tener una mejor amiga: Beneficios emocionales y biológicos
El impacto de las amistades cercanas en nuestra salud mental y bienestar
A lo largo de la historia, los lazos fuertes entre individuos han sido clave para la supervivencia. Los humanos, desde tiempos ancestrales, han dependido de sus relaciones sociales para cooperar y enfrentar adversidades. Así, la "mejor amiga" surge como una extensión de esta necesidad de vinculación, brindando apoyo mutuo en todo momento. Además, en la adultez, las relaciones cercanas también reflejan nuestra identidad, ya que compartimos valores y principios con aquellas personas que consideramos más afines a nosotras. En resumen, tener una mejor amiga no solo es importante para nuestro bienestar emocional, sino también para nuestra salud y supervivencia en un mundo que cada vez nos pone más baches en el camino.
El artículo científico "The Role of Friendships in Adulthood: A Lifespan Perspective" (firmado por Aurora M. Sherman, Brian de Vries y Jennifer E. Lansford, académicos e investigadores reconocidos en el ámbito de la psicología, sociología y estudios sobre las relaciones sociales) examina la importancia de las amistades a lo largo de la vida, enfocándose en la adultez. Más allá de la cantidad de amigos que se puedan cruzar en nuestra vida, esa "mejor amiga" tiene una relevancia capital, y despedirnos de ella puede ser peor que una ruptura de pareja,

La evolución de las amistades en la adultez: ¿Deberíamos priorizar unas sobre otras?
En el artículo citado, reflejan como tener una "mejor amiga" genera un vínculo más profundo que el que podamos desarrollar con amistades que están menos presentes en el día a día. Esta amistad sin condiciones reduce el estrés, algo clave si tenemos en cuenta que es una de las epidemias de nuestra era. Estos lazos están tan arraigados en nuestra biología que, según los expertos, tener una amiga supercercana aumenta las probabilidades de ser más felices y de gozar de una vida más longeva, así que una amistad bien cuidada siempre será una inversión.

Las "mejores amigas" como pilares de nuestra identidad
A lo largo de la vida, las amistades cambian, pero siempre son fundamentales. Durante la etapa adulta, nuestras relaciones se vuelven más selectivas y profundas, lo que refuerza su valor. Al mismo tiempo, es normal que sintamos que cuánto más mayores somos, menos amigos tenemos. Algo que se agrava con el sentimiento de que, con los años, sentimos que la compatibilidad con las amigas ya no es lo que era. Las "mejores amigas" también ayudan a darle forma a nuestra identidad, dado que es habitual que nos influenciemos las unas a las otras. Aunque las responsabilidades y la distancia pueden dificultar el mantenimiento de un vínculo tan escrito (porque ser adulto es un reto constante), los esfuerzos por nutrir estas relaciones merecen la pena. En resumen, tener una mejor amiga no solo mejora el paso por la vida, sino que también aporta una buena dosis de apoyo, salud, compresión y diversión (si es la adecuada, claro está).