Crítica 'Gran Hermano': un casting interesante eclipsado por la gala más desastrosa de la historia

Violeta se convirtió en protagonista absoluta de la primera gala. Acaba de entrar y ya conoce a media casa. Tanta importancia le dieron a la historia de Violeta, que cuatro concursantes se quedaron sin entrar en la casa. O igual si entraron, pero no pudimos verlo.
Violeta, nueva concursante de 'Gran Hermano' - Telecinco
Violeta, nueva concursante de 'Gran Hermano' - Telecinco - violeta concursante de la nuneva edicion de gran hermano en su primera aparicion en el concurso


El reality más longevo de la historia ha vuelto y parece que la productora no se ha centrado con los tiempos. Tras más de tres horas de gala, Jorge Javier dio por concluida la primera gala cortando la conexión en directo sin que los espectadores presenciasen la entrada a la casa de cuatro concursantes, ¡ahí es na!

El primer programa de la nueva edición destacó por su desorganización, su falta de tiempo para presentar a los concursantes y su manía de olvidar el tema "anónimos" y apostar por una mujer que ya conoce a media casa. Por no hablar de los invitados en plató. Nadie le preguntó a Lucía Parreño que fue de Omar, el chico que tuvo más que besitos con Paula, ganadora y amante de las piñas. Tampoco supimos nada de Liz Emiliano, exconcursante también de Gran Hermano y participante de Mujeres y Hombres y viceversa.

Entramos en terreno pantanoso al hablar de los nuevos concursantes. Un desfile de guapos bien vestidos a lo Isla de las tentaciones y una obsesión importante por Galicia con casi la mitad de la casa nacida en tierras gallegas. Ojo, no es un problema, es simplemente una curiosidad lo mucho que ha apostado este año el formato por Galicia y País Vasco, que también hay varios. 

La "pija" colombiana y el gallego de barrio

Con Ion Aramendi creyéndose Tom Cruise en Misión imposible y una reportera a la que no habíamos visto en la vida, anunció Gran Hermano desde Nueva York la entrada de uno de sus concursantes. Lo que parecía un suceso histórico nunca visto, se nos acabó haciendo bola por culpa de la tardanza, los "volvemos en solo cinco minutos" y sus tan socorridas cuenta atrás que no le importan a nadie pero ellos siguen erre que erre, como si contar algo en el momento que toca y seguir con nuestras vidas fuese ilegal.

Y entró el primer concursante. Tras emitir sus primeros vocablos, a mí me pareció italiano y al culpable de que hoy en mi casa vivan dos infantes que me hurtan mis manjares más preciados (mi novio) le pareció andaluz. Pues ni una cosa ni la otra, Eddy resultó ser gallego. ¡Ay, Eduardo! Tú mucho piligro, Eduardo. El muchacho está de toma pan y moja, se dedica a la hostelería y a cuidar su cuerpo esculpido por el mismísimo Miguel Ángel y a deisfrutar con su hijo de tres años. Lo que viene siendo un papasito buenorro y separado que está deseando encontrar el amor de nuevo. 

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Acto seguido llegó Daniela. La típica Elettra Lamborghini de Mercadona que asegura venir de una familia adinerada y gastarse más de 2000 euros en un bolso a lo Georgina, pero sin ser de Jaca y sin tener un Cristiano al lado. Daniela es de Colombia aunque habla como nuestra Tamara Falcó. Reina de los grititos innecesarios -¿soportáis a la gente que grita todo el rato? Buena noticia, grito. Mala noticia, grito aun mayor- y amante de las joyas caras, la colombiana se llevará un gran chasco cuando pierdan la primera prueba y tenga que comer pan con Nutella seis días seguidos.

La organización quiso juntar primero a la "pija" y el gallego de barrio, pero lo cierto es que no se notó ninguna química entre ellos. Es más, no volvimos a ver a Daniela en toda la gala, la enfocaban menos que a Jorge Pérez en Supervivientes All Stars. Pero no os desaniméis que tiene pinta de abrir la boca y sube el pan.

La hija de una famosa

María José Galera se sentó en plató muy enfadada y aprovechó su única intervención para quejarse de la organización porque según ella, mucha gente había dejado su trabajo pensando que iban a entrar en la casa y al final les dijeron que no. Lo que no sabía la primera expulsada de la historia de GH es que su hija, que se había pedido una excedencia pocos días antes, sí había sido elegida para concursar.

Laura ya está en Guadalix dispuesta a demostrar que tiene muy poco en común con su progenitora y que no está dispuesta a que nadie le ponga la pierna encima para que no levante cabeza. No sé vosotras, pero ayer entendí que me estaba haciendo "vieja" porque he escuchado esa frase casi tantas veces como Galera a lo largo de mi vida. 

Lo mejor de todo es que fue Ana Guerra quien anunció la entrada de Laura en la casa con uno de sus nuevos temas, Vamos a contar mentiras. Mentiras no sé, pero contar en general no contó nada, porque fue cantar y Jorge la despachó rapidito y casi sin dejarla despedirse. No se hace eso con una extriunfita a punto de casarse. Además, su futuro marido, Víctor Elías -el inolvidable Guille de Los Serrano - estaba en plató tocando el piano, ¡anda que les preguntan algún nuevo detalle de su inminente boda!

El Richard Gere de Telecinco

No, Maite Galdeano, quien hace unos días sorprendía a todos afirmando que su ex, a pesar de ser un maltratador fue un buen padre, no entra en la casa de GH. Pero otra Maite hará las delicias de los espectadores con su desparpajo y su destreza con el pescado. Enlatadora de anchoas profesional, Jorge Javier se enfundó en un traje a lo Richard Gere en Oficial y caballero y se presentó en su fábrica para anunciar que era concursante.

Maite flipaba, las compañeras aplaudían y a Jorgeja casi le da lumbago llevando en volandas a la nueva concursante. Una chica risueña y divertida que sigue a pies juntillas el gran consejo de su madre: "Hasta para bajar la basura hay que pintarse los labios". Nada machista, ni patriarcal, ni arcaico ese comentario.

Y después de Richard Gere llegó Rubén. ¿O debería decir Romeo Santos? O mejor, ¿deberíamos llamarle Adrián? Y es que Jorge se equivocó de nombre anunciando a otro concursante que entró más tarde. El caso es que Adrián es un boxeador profesional que viaja por todo el mundo dando puños como panes y viste cual modelo de Zara en la temporada otoño-invierno 2025. De padre senegalés y madre española, es hijo único y asegura que "mis amigos son mis hermanos".

Adrián es una gran apuesta, pues afirma odiar a los abusones, ser cariñoso, sincero, sentimental...Además, no teme enamorarse porque para él, "el amor es el motor que mueve el mundo". Y mientras a un lado de la casa teníamos a Adrián, romántico y latino, en el confesionario teníamos esperando a Jorge, militar de la brigada  de infantería de  A Coruña, un cuerpo de elite de las Fuerzas Armadas que ahora abandona por cumplir otro de sus grandes sueños, concursar en GH con su nuevo amor. Sí, sí, no llevábamos ni diez minutos de programa y resulta que Jorge ya se había enamorado de otra concursante, esta vez durante el casting.

La edición de Violeta, que no Mangriñán

No, tampoco entró la mamá de Gala y Gia, pero entró otra Violeta que se robó todo el protagonismo gracias a su conexión con varios habitantes. Violeta se lió con el novio de su mejor amiga Nerea, quien llegó al programa con ganas de una conversación entre archienemigas. Violeta solo repetía una y otra vez que no quería dramas y Nerea se quejaba de su traición. Al final, como era de esperar, las separaron y Nerea acabó en la casa "original", mientras Violeta pasará unos días con su antiguo rollete en la casa secreta.

Violeta se llevó un gran disgusto al ver que no entraba en la casa buena, pero se le pasó en cuanto vio a Jorge, el militar enamoradizo dispuesto a pedirle matrimonio en la casa. Y aquí llega el papelazo de Violeta. Primero dijo que no se acordaba de Luis, el novio de Nerea, luego que eran "muy colegas". Después afirmó que no le había gustado ningún chico en el casting y cinco minutos después abrazaba a Jorge  como Rose a Jack en Titanic. 

La típica que todo el rato le recuerda al resto que "no todo es hacer televisión", pero es lo único que ha venido a hacer ella. No podemos quejarnos, juego dará, eso lo tengo claro. Lo mejor de todo es que su mantra en la vida es "no hagas lo que no quieres que te hagan" y le decía a Nerea que Luis era muy feo mientras se liaba con él. Tócate los pies Manolo.

Menos protagonismo que la madre de Bambi

A Ruvens, director de cine emergente con gran melena al viento, no le hicieron mucho caso. Tampoco a la vasca Elsa. El programa solo se limitó a anunciar su fichaje con un tartazo de Payasín en toda la cara. No sé GH, pero creo que ya habéis contratado al payaso muchas veces, igual tenéis que darle una vueltecita, que ya huele.

Y poco más, Lucía y Silvia, dos mellizas que tendrán que fingir que no se conocen, nada que no viésemos con Conchi y Pamela, las sevillanas de Los Palacios que participaron en la novena edición. Un matrimonio de cantantes (Vanesa y Javier) de orquesta que lo hace literalmente todo en pareja. "Por hacer, hasta cagam** juntos", decía él antes de sacrificarse por su churri para que entrase a la casa buena mientras a él le colocaban con Violeta y toda su familia.

Remataron con Maica, la guapa universal que sueña con vivir la experiencia a tope y que ha estado ejerciendo como representante del turismo de España en Sri Lanka. Y por último, Óscar Landa, un Cayetano que lo tuvo todo de pequeño pero se quedó pelao en plena crisis. Un "pijo de bien con familia arruinada" y no lo digo, yo lo dice el mismo.

¡Ah sí! Casi se me olvida, también entró Juan, bailarín por afición y torbellino madrileño por naturaleza. Y Volcan, el DJ que amenizó la gala desde ese plató improvisado y que se enteró de que era concursante en los últimos 30 segundos de programa. Volcan asegura que sufrió bulling por tener sobrepeso y esta etapa, que dice fue una de las más duras de su vida, le hizo superarse y hacerse más fuerte. No sabemos como sería antes pero ahora mismo es una perita en dulce. 

19 concursantes, dos casas, un jacuzzi muy calentito y muchos fallos en la primera gala que nos dejan un sabor agridulce, pero gratificante. Al fin y al cabo, es el reality más importante de nuestro país y acaba de volver tras un patrón muy necesario. Es nuestra "obligación" darle una oportunidad... ¡Para poder seguir criticando sus fallos y aciertos!

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