De su anillo maldito a su inseparable Karen Hallam: 19 años del compromiso de los Reyes a través del joyero de Letizia
¿Cuándo dejó de llevar la monarca su anillo de compromiso? Analizamos cada detalle en el 19 aniversario de su famoso “déjame hablar”.
Los jardines del Palacio de El Pardo abrieron sus puertas para recibir a 300 periodistas y fotógrafos, que lanzaban sus ‘flashes’ y preguntas a dos jovencísimos Letizia y Felipe. La pareja del año hacía su entrada de la mano, ella con un traje sastre en color blanco firmado por Giorgio Armani que tenía un precio de 1.800 euros, que lució con el regalo de pedida de su novio: una alianza de oro blanco con diamantes de talla ‘baguette’ cuyo precio rondaba los 3.000 euros y estaba firmado por Suárez. Por su parte, el entonces heredero al trono optó por un traje clásico en color azul marino. Aquel 3 de noviembre del año 2006 se vería opacado por una frase de Letizia, dos palabras que marcaron un antes y un después en su actitud frente a los medios: “Déjame hablar”, le recriminó la periodista a su novio tras interrumpir su pequeño discurso.

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El anuncio de su compromiso abrió las puertas de la boda que se celebraría el 22 de mayo del año 2004, cuando el entonces Príncipe de Asturias le hizo entrega del anillo de compromiso que terminaría cogiendo polvo en el joyero de la periodista. Doña Letizia confesó que había decidido dejar de llevarlo porque le provocaba heridas al saludar a la gente, y también decidió abandonar en el joyero su anillo de compromiso. Fue en el año 2011 cuando la Reina tomó la decisión de dejar de llevar la joya de Suárez porque Iñaki Urdangarin fue quien lo adquirió. Diego Torres, exsocio del entonces Duque de Palma, explicó que don Felipe había adquirido el anillo por catálogo y le pidió a Urdangarin que lo recogiera en la joyería de Passeig de Gràcia de Barcelona. Torres animó al royal a pagarlo con la tarjeta de Nóos y cuando su cuñado quiso devolverle el dinero, este se negó, convirtiendo al anillo en cómplice del caso Nóos.

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Letizia quiso dejar claro que condenaba el comportamiento de Iñaki Urdangarin, y no hubo mejor demostración pública que retirar ese anillo de su vida. Otra joya que ha utilizado mucho son los pendientes que le regalaron sus suegros para su boda, se trata de dos aros de platino con seis diamantes talla pera engarzados de 2,44 quilates, dos diamantes talla brillante de 1,22 quilates y dos diamantes talla brillante de 4,54 quilates. Sin embargo, los escándalos de don Juan Carlos han provocado que la Reina los haya guardado en un rincón del joyero, y no los hemos visto desde hace tres años.

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Aunque si hay una joya que acapara todo el protagonismo de doña Letizia, es su inseparable anillo de Karen Hallam, un regalo que la Infanta Sofía y la Princesa Leonor le entregaron a la Reina con motivo del día de la madre. Se trata de una pieza bañada en oro, que también está disponible en plata. La joyera británica que está detrás de esta pieza reveló a ‘El Español’ que “el que más se vende es el de baño de oro (de 135 euros), que es el que lleva la Reina. Pero últimamente me han pedido bastantes en oro macizo (que se vende por 1.000 euros)”. La diseñadora confesaba que muchos clientes se acercan a su tienda física preguntando por “el anillo de la Reina”, algo que ha incrementado sus ventas de manera notable.

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Sin duda, una de las joyas más impresionantes que ha lucido Letizia es la tiara que sujetó su velo de novia el día de su boda. Una pieza que le recomendó doña Sofía, que llevó la misma en el día de su enlace con don Juan Carlos I en Atenas. Se trata de la Tiara Prusiana de estilo imperio, inspirada en el arte helénico -su diseño evoca las columnas del Partenón y las hojas de laurel con las que se coronaba a los campeones olímpicos-, y realizada en platino, diamantes y un brillante en forma de lágrima en el centro de la pieza, en su origen fue un regalo de Guillermo II de Prusia a su hija Victoria Luisa por su boda con Ernesto Augusto III de Hannover.