En octubre de 2023, Netflix estrenaba la serie documental Beckham, centrada en la vida del astro del fútbol, sus orígenes, su faceta como padre y su relación con la ex Space Girls, Victoria Adams. Tal y como suele suceder con este tipo de formatos -Dulceida, María Pombo, Marta Díaz, Georgina, podríamos seguir así hasta navidades- es evidente que el protagonista en cuestión suele estar algo sobreprotegido y su figura se realza para darle más importancia.
Pero, no es menos cierto que, con excepción de la infidelidad del británico cuando militaba en el Real Madrid, el documental afronta las polémicas más importantes que salpicaron al exfutbolista, apostando por una aparente fidelidad a los hechos como hilo argumental.
Las declaraciones de Victoria, excompañeros de equipo, paparazis de la época aportaron realismo y dramatismo a la historia, aportando una visión muy interesante sobre los años dorados (y también sufridos) de un icono como David Beckham.
Un hombre con clase, elegancia, sentido común, responsabilidad, atractivo indudable... Un hombre hecho y derecho que puede servir perfectamente de ejemplo a las generaciones venideras. Sin embargo, parece que a Netflix se le olvidó mencionar su crisis matrimonial con Victoria y que, según los medios británicos, no parece tener solución.
Los trapos sucios de David y Victoria, al descubierto
Nueve meses después del estreno del documental, el periodista e historiador Tom Bower ha publicado por capítulos en The Mirror su libro The House of Beckham: Money, Sex and Power. En él, Bower destapa una nueva y potente crisis matrimonial en el seno del clan Beckham. El también experto en la Casa Real británica explica que su relación saltó por los aires en 2016. A partir de ese año, el exfutbolista y la empresaria habrían llevado vidas totalmente separadas y las interacciones entre la pareja se habían reducido al mínimo.
"Simplemente mantenían una relación de negocios a distancia. Como en Tú a Londres y yo a California, solo que David estaba en Miami y Victoria permanecía en la capital inglesa. Su relación se deterioró tanto que el padre de Brooklyn, Romeo, Cruz y Harper acusó a su mujer de librar una guerra mediática contra él. Se supone que durante el tiempo que duró este bache los publicistas de las dos estrellas estuvieron dando historias negativas del otro para socavar su prestigio. El punto álgido de su discusión vino con unas declaraciones del exfutbolista en una entrevista. En ella, David admitía que su matrimonio era 'un trabajo duro'. Victoria, que no había sido avisada con antelación, vio la entrevista en su teléfono móvil con incredulidad. Fue como si hubiera estallado una bomba nuclear", explica Bower en el libro.
Al parecer, las declaraciones de David sentaron como una patada en el estómago a Victoria, quien las tomó como una gran deslealtad, aunque finalmente consiguieron arreglarlo y seguir adelante como la "gran familia feliz" que siempre han sido.
Bower también afirma que sus fuentes son desconocidas, pero explica que no ha contado con los testimonios del matrimonio porque le han estado poniendo baches en su investigación todo el tiempo: "Los Beckham se aseguraron de que mucha gente no hablara conmigo. Pero encontré suficientes personas y obtuve revelaciones muy interesantes", contaba el periodista, asegurando que sí ha podido entrevistar a un miembro senior del equipo cercano al exjugador del Manchester United.
Bower afirma que ni Victoria Adams ni David Beckham son tan fuertes por separado como lo son unidos en matrimonio. Durante su crisis más reciente, el periodista explica que la pareja ni siquiera se hablaba pero decidieron seguir juntos por el bien de su marca, la marca Beckham. Tras una serie de desencuentros, según cuenta el escritor, es la diseñadora quien decide apostar por su matrimonio, ya que ambos se dan cuenta de que su marca es más fuerte estando unidos: "El estatus y la supervivencia de David]habrían desaparecido sin la determinación de Victoria de mantener la ilusión de una familia feliz".
"Ella protegió firmemente la marca. A cambio, él continuó financiando su negocio de vanidad. Es poco probable que su pequeña casa de moda llegue a ser realmente rentable, pero sus seguidores aprueban plenamente su férrea ambición a pesar de la monótona repetición de las entrevistas promocionales", concluye Bower, dejando claro que en todas las casas cuecen habas y que dentro del clan Beckham no es precisamente oro todo lo que reluce.
