Tamara Falcó no deja de acaparar titulares. Una sucesión de hechos desde el pasado mes de septiembre la han colocado en primera plana mediática. Fue entonces cuando, emocionada, reveló a través de su perfil de Instagram a golpe de post que se había comprometido con Íñigo Onieva. Sin embargo, nada hacía presagiar lo que ocurriría horas después. Unos vídeos comenzaron a circular como la pólvora en los que aparecía el empresario besándose con otra mujer.
Fueron horas decisivas. Finalmente, el relaciones públicas confirmó la deslealtad y sus caminos se separaron, aunque por poco tiempo porque se produjo el ya bautizado como ‘milagro navideño’. Asistieron juntos a la misa de gallo y fue entonces cuando la conexión volvió a brotar hasta tal punto de que se dieron una segunda oportunidad. Hicieron las maletas y se alejaron de todo lo que se estaba hablando. El Polo Norte fue el destino escogido para retomar su historia de amor inacabada.

Después llegó la confirmación oficial a través de sus respectivas redes sociales. Tamara había perdonado a Onieva y la boda que se frenó en seco con todo el escándalo se retomaba. Será el próximo 8 de julio (después de posponerla unas semanas) cuando se den el esperado ‘sí, quiero’. Cuya celebración será en el palacio de El Rincón, situado en la localidad madrileña de Aldea del Fresno. Propiedad de la que salió la información de que estaba a la venta.
Sin embargo, fue la propia marquesa de Griñón quien en su reaparición en El Hormiguero desmintió que eso iba a ser así. Negó rotundamente que el enclave que en su día perteneció a su padre, el fallecido Carlos Falcó, tuviera el cartel de venta. Parece ser que eso no es del todo cierto y que la mayor damnificada de este asunto es su cuñada, Amparo Corsini, mujer de su hermano, Manuel Falcó. Es necesario echar la vista atrás para recordar que unos años después de la muerte del marqués de Griñón, Xandra, Duarte, Aldara y Esther Doña tomaron la decisión de vender su parte a Tamara y Manuel, que tenían como objetivo crear algún tipo de negocio para poder asumir los gastos del palacio.

Lo más llamativo de todo es que días después de que la hija de Isabel Preysler desmintiera que estaba a la venta la propiedad, el anuncio de la inmobiliaria seguía en la Red. La consultora dedicada a este sector que ha estado gestionando la venta de la propiedad del clan Falcó era Corsini Properties, empresa de un familiar de Amparo, mujer de Manuel Falcó, propietario de la finca -y poseedor de la parte mayoritaria de El Rincón-. Información que pudo confirmar Semana, adjuntando así un pantallazo del mismo.

Al margen de este inesperado (y extraño movimiento), Tamara Falcó continúa en su carrera a fondo para poner a puto el palacio que se convertirá en el escenario perfecto del que será, probablemente, uno de los días más felices de su vida. Será este próximo jueves cuando la socialité vuelva a reaparecer en televisión y quien sabe si aclarará este entramado familiar a escasos meses de su boda. Asimismo, en unas horas, las revistas del corazón lanzarán sus exclusivas sobre la crónica social de nuestro país, medio que podría haber utilizado Tamara para dar a conocer más detalles sobre sus últimos movimientos. Por otro lado, el secreto mejor guardado de este tipo de celebraciones (el vestido de la novia) sigue estando a buen recaudo. Aunque sí es cierto que el amigo de la socialité, Juan Avellaneda, ayudará a la diseñadora para crear el look nupcial perfecto.
No cabe la menor duda de que, en los últimos años, Tamara Falcó se ha convertido en una de las grandes protagonistas del papel cuché y si bien su madre, Isabel Preysler opta por el silencio en todo a lo relacionado con su vida privada, la ganadora de MasterChef Celebrity ha tomado una directriz completamente diferente con la que apuesta por la naturalidad y sinceridad sobre todos los temas que se tratan de su vida.