16 años son los que han pasado desde la muerte de Erika Ortiz, hermana de la reina Letizia. Sin duda, un duro mazazo para la consorte, pues desde siempre ha estado muy unida a su hermana menor. Esa fue la vez en la que pudimos ver a la Reina completamente destrozada entre lágrimas al tener que dar el último adiós a quien había sido uno de sus grandes apoyos cuando entró a formar parte de la Familia Real española, ya que por aquel entonces era todavía princesa de Asturias.
A los 31 años, Erika Ortiz fue hallada muerta un 7 de febrero de 2007 por su novio, Alberto García, en el dormitorio de la casa de Vicálvaro en la que había vivido de soltera, la que hoy es reina de España. La hermana de doña Letizia vivía con su hija Carla, pero su última noche la pasó sola. Aunque la pequeña solía pasar mucho tiempo en casa de su abuela, Paloma Rocasolano, aquella trágica noche durmió en casa de una vecina, motivo por el que se dispararon las especulaciones sobre si había o no planeado lo que iba a hacer. Esta hipótesis la refuerza el hecho de que hubiera dejado varias cartas escritas.

La noticia de la muerte de Erika Ortiz se produjo cuando los reyes don Juan Carlos y doña Sofía se encontraban fuera de España. Como era de esperar regresaron apresuradamente para poder asistir al funeral y arropar a doña Letizia, que atravesaba uno de los peores momentos de su vida. Paloma García-Pelayo contó que, en un intento de proteger la imagen de su hermana pequeña, la reina Letizia trató la manera de encontrar un abogado recomendado por Casa Real. Sin embargo, la información ya fue publicada y Letizia no pudo frenar a los medios de comunicación. Desde entonces, Casa Real ha guardado silencio y Letizia jamás se ha manifestado al respecto.
Tres días después de la trágica muerte, se celebró en el funeral en la parroquia de Nuestra Señora la Anunciación de Prado de Somosaguas, en Pozuelo (Madrid). En el mencionado enclave se produjo un desfile de personalidades y familiares para poder despedir a Erika Ortiz. En las imágenes se pudo ver cómo la reina Letizia, vestida de riguroso luto (como el resto de los asistentes) estaba completamente desolada. Fue la única vez que se pudo ver a la consorte entre lágrimas y rota de dolor. Pese a la complicada situación, Letizia hizo la correspondiente reverencia a don Juan Carlos, que estuvo presente para arropar a una princesa que lo había perdido todo en cuestión de horas, pues nadie presagió el fatal desenlace que terminó con la muerte de Erika.

También acudieron, las Infantas, Cristina y Elena y sus respectivos maridos (por aquel entonces), Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarin. Abrazos, llantos y mucho dolor fueron las directrices que marcaron el último adiós de Erika Ortiz. Letizia no quiso dejar pasar la oportunidad y agradeció al cariño una vez se acercó a los periodistas. "Gracias a todas las personas que se han sentido apenadas por la muerte de mi hermana pequeña", dijo, pero al no poder continuar hablando, Felipe VI tomó la palabra e incluso se disculpó con los medios por el “remojón”, ya que aquel día el cielo de Madrid estaba teñido de una fría lluvia que empañó todo a su paso.

Cuando Erika murió, la reina Letizia estaba embarazada de la infanta Sofía, mientras que la princesa Leonor y futura heredera tenía dos años, por lo que sí pudo conocer a su tía, aunque por un periodo breve de tiempo. Por otro lado, Carla Vigo, nacida en el año 2000, tenía siete cuando perdió a su madre. Actualmente, está activa en las redes sociales, donde de vez en cuando revela cómo es su día a día, aunque evita hablar de este capítulo de su vida. Es actriz y tiene volcadas todas sus ilusiones en triunfar en el séptimo arte. Hizo su debut sobre las tablas gracias a Rafael Amargo, aunque por ahora, se desconoce qué pasos va a seguir mientras se sigue manteniendo alejada de la Familia Real española, al menos de cara al ojo público. Desde entonces no se ha vuelto a ver a la reina Letizia llorando de esta manera.