Seguro que alguna vez has escuchado eso de que es bueno tomar el sol al menos unos minutos al día. Más allá de la sabiduría popular y los dichos que nuestras abuelas, lo cierto es que esta afirmación es completamente verdad. La exposición solar (siempre con protección solar adecuada para evitar daños en la piel) es beneficiosa en diferentes aspectos.
Lo que puede que no te hubieses planteado es cuándo realizar esa exposición solar. Si bien todas tenemos en la cabeza que las horas de sol más fuertes son las del mediodía, que popularmente describimos como cuando “el sol más quema”, lo cierto es que la luz solar cambia a lo largo del día.
Teniendo cada “franja” unas características y beneficios diferentes. Así lo explica Ismael Galancho, nutricionista y graduado en Educación Física, quien afirma que una exposición protegida y controlada al sol no solo no es peligrosa, sino que tiene múltiples beneficios.

“Tomar el sol de manera prudente es fundamental para la salud. En las últimas décadas se ha promovido excesivamente el miedo al Sol al punto que mucha gente teme cualquier exposición solar” explica Ismael.
“Tanto la sobreexposición como evitar totalmente la exposición al sol son perjudiciales para la salud” afirma. Así, estas son las características y beneficios de tomar el sol según qué momento del día:
Sol de madrugada, bueno para regular el sueño

Según Ismael, la exposición entre las siete y las diez de la mañana trae consigo la llamada “luz azul natural”, muy apreciada por fotógrafos y videógrafos. Esta, explica, “ayuda a sintetizar melatonina por la noche y a regular los ciclos circadianos”.
Sol de media mañana, bueno para la vitamina D

Pasadas las diez de la mañana y hasta la una del mediodía aproximadamente los rayos ultravioletas aumentan, siendo una zona que denomina como “alta exposición ultravioleta”. Con una protección adecuada, la exposición solar en esta franja horaria puede “ayudar a sintetizar vitamina D y otros fotoproductos” afirma.
Sol de mediodía, el más peligroso

Como todas sabemos, el sol del mediodía “es el que más quema” o, si nos atenemos a términos más científicos, el que condensa la “máxima exposición ultravioleta”. Por ello Ismael aconseja entre la una del mediodía y las cinco de la tarde, “evitar o no abusar de la exposición”.
Sol de media tarde, ayuda a sintetizar vitamina D

Al igual que ocurría a media mañana, el sol de media tarde (el comprendido entre las cinco y las seis y media de la tarde, aproximadamente) también “ayuda a sintetizar la vitamina D y otros fotoproductos”, explica.
Sol del atardecer, bueno para la melatonina

Los últimos rayos de sol del día, comprendidos entre las seis y media y las ocho de la tarde (o más tarde, en función de la época del año y la hora en la que anochece), también “ayudan a sintetizar melatonina por la noche y a regular los ciclos circadianos”, explica Ismael. La razón es que estos últimos rayos también son considerados como “luz azul natural”.