Entender las necesidades de mi piel ha sido un reto constante en mi vida. Por suerte, tras una adolescencia marcada por el acné, puedo decir que a mis 28 años estoy en un buen momento en lo que respecta a la salud de mi cutis.
La ayuda del dermatólogo y el mimo constante hacen milagros. Eso sí, mi piel es sensible, reactiva y grasa, así que no puedo usar "cualquier" producto y muchas fórmulas me generan rojeces e incómodos picores.
El paso de la pandemia y una piel que apenas luce imperfecciones han logrado que cada vez use menos maquillaje. Hace tiempo, en mi caso, era impensable salir a la calle sin pasar por el tocador. Ahora, en cambio, suelo reservar el maquillaje para momentos especiales.
Cuando busco un resultado natural, hay seis infalibles que nunca fallan: polvos matificantes, colorete, pintalabios rosado, fijador de cejas, máscara de pestañas (la Long Xtrem de Deliplus es la reina de mi colección) y corrector.
Con tan solo seis productos genero un maquillaje apto para cada ocasión y que resiste durante horas y horas. Si quiero elevar el nivel, apuesto por un cat eye en negro y un buen toque de iluminador. En resumen, con pocos ingredientes podemos lograr un makeup arrebatador.
Sin lugar a dudas, para mí el corrector juega un papel fundamental para lograr un resultado espectacular. No solo me refiero a su poder antiojeras, un corrector adecuado a nuestras necesidades también ayuda a iluminar la mirada y lograr el deseado efecto buena cara.
Debido a mi trabajo y mi pasión por el universo beauty, he probado varios correctores a lo largo de mi vida. Me encanta innovar y eso se nota, pero hay un producto que siempre vuelve a mi neceser: el BOI-ING de Benefit.
Corrector BOI-ING de Benefit. 30,99 euros en Sephora.
Recuerdo que mi hermana me lo regaló de adolescente y desde ese momento ha sido mi mejor aliado. En su día, antes de tener un trabajo en condiciones, el precio me parecía elevado (26,99 euros en Sephora), pero ahora pienso que cada céntimo merece la pena.
Estamos ante un corrector mega cubriente en versión crema. Para mí, camufla las ojeras (no tengo muchas, pero si duermo mal una noche, se nota), las pequeñas imperfecciones (como granitos localizados) y las manchas del sol sin agrietarse pese a que los minutos pasen.
Para fortalecer la duración, siempre aplico una suave capa de polvos traslúcidos encima. Con este paso, consigo que mi mirada parezca de lo más descansa durante toda la jornada. Aunque el corrector de Benefit es mi top 1, hay otros que también me gusta usar, como el Studio Finish de MAC o el Soft Matte Complete de Nars.
Otros correctores en crema que me han gustado a lo largo de mi vida
Corrector Studio Finish de MAC. 33 euros.
Corrector Soft Matte Complete de Nars. 30 euros.
Corrector Ultimate Camouflage Cream de Catrice. 2,99 euros en Druni.
