El envejecimiento es un proceso natural y por supuesto, algo inevitable, pero según las decisiones que tomemos respecto a nuestros hábitos, podemos atrasarlo lo máximo posible gracias a ciertos cuidados. De hecho, se ha comprobado que algunos alimentos pueden acelerar este procedimiento, hasta el punto de que afecte a nuestra piel y a la salud de nuestro cuerpo en general. Según la experta María José Cachafeiro en su libro "Rejuvenece comiendo", el envejecimiento prematuro está estrechamente ligado a la inflamación crónica y a la glicación, procesos exacerbados por una mala alimentación.
En concreto, la glicación, es un proceso en el que los azúcares se adhieren a las proteínas del cuerpo, formando productos de glicación avanzada (AGE). Esto acaba dañando el colágeno y la elastina, por lo que esto se traduce en envejecimiento cutáneo. Estos procesos son exacerbados por una mala alimentación. Conocer los alimentos que contribuyen a estos procesos y optar por alternativas saludables puede marcar la diferencia en nuestra calidad de vida y apariencia.
Principales alimentos que aceleran el envejecimiento cutáneo

1. Azúcares refinados y carbohidratos simples
Los azúcares refinados y los carbohidratos simples (como el pan blanco, la bollería y los refrescos) promueven la glicación. Un proceso, que como hemos comentado anteriormente, los azúcares se unen a las proteínas del cuerpo y dañan el colágeno y la elastina, acelerando así, la aparición de arrugas. Como señala María José Cachafeiro en Rejuvenece comiendo: "El exceso de azúcar en la dieta es una de las principales causas del envejecimiento prematuro de la piel, ya que promueve la glicación y el daño estructural del colágeno".
Para evitar estos efectos, es recomendable sustituir los carbohidratos simples por opciones más saludables como la avena, la quinoa y el arroz integral. Estos alimentos no solo proporcionan energía de manera sostenida. Sino que también ayudan a mantener estables los niveles de glucosa en sangre, reduciendo así el impacto negativo sobre la piel.
2. Grasas trans y alimentos ultraprocesados

Las grasas trans presentes en margarinas, frituras, bollos industriales y comida rápida aumentan la inflamación y el estrés oxidativo. Por lo que son factores clave en el envejecimiento prematuro. Cachafeiro advierte en su libro que "las grasas trans afectan la integridad celular y promueven la inflamación, lo que se traduce en una piel más apagada y propensa a la formación de arrugas".
En lugar de consumir estos productos, es preferible optar por fuentes de grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra, los frutos secos y el aguacate. Estos alimentos no solo aportan nutrientes esenciales, sino que también contribuyen a una piel más hidratada y luminosa gracias a su alto contenido en antioxidantes.
3. Bebidas azucaradas y alcohol

Las bebidas azucaradas, como los refrescos y jugos industriales, elevan los niveles de glucosa en sangre y favorecen la glicación, deteriorando la piel. Por otro lado, el alcohol deshidrata y disminuye los niveles de vitamina A y antioxidantes, acelerando el envejecimiento cutáneo. En palabras de Cachafeiro: "El alcohol y las bebidas azucaradas no solo perjudican la salud metabólica, sino que también afectan la hidratación y elasticidad de la piel, haciéndola lucir opaca y envejecida".
Para contrarrestar estos efectos, es recomendable incrementar el consumo de agua, infusiones naturales y jugos verdes ricos en antioxidantes. El té verde, por ejemplo, no solo ayuda a mantener la piel hidratada, sino que también aporta compuestos antiinflamatorios que contribuyen a un cutis más saludable.
4. Alimentos fritos y cocinados a altas temperaturas

Freír y cocinar a altas temperaturas genera sustancias tóxicas como los AGE, que incrementan la inflamación y afectan la estructura del colágeno. Según explica Cachafeiro: "Los métodos de cocción que alcanzan temperaturas muy altas, como la fritura, producen compuestos que dañan las células y aceleran el envejecimiento de la piel".
Para reducir el impacto de estos compuestos, es aconsejable recurrir a métodos de cocción más saludables, como el vapor, la cocción al horno o a baja temperatura. Estas técnicas permiten conservar mejor los nutrientes de los alimentos, evitando la formación de sustancias nocivas para la piel.
5. Carnes procesadas

Las carnes procesadas, como embutidos, salchichas y tocino, contienen conservantes y nitritos que favorecen el estrés oxidativo y la inflamación, acelerando el envejecimiento. Como advierte Cachafeiro: "El consumo habitual de carnes procesadas está relacionado con un mayor estrés oxidativo en el organismo, lo que contribuye a la inflamación y al deterioro prematuro de la piel".
Para evitar estos efectos negativos, se recomienda optar por fuentes de proteína magra como pollo, pescado y legumbres. Estos alimentos no solo proporcionan los aminoácidos esenciales para la regeneración celular. Sino que también ofrecen un perfil nutricional más equilibrado sin los aditivos perjudiciales de los productos procesados.
En resumen, podemos concluir diciendo que nuestra alimentación influye directamente en cómo envejecemos. Evitar los alimentos ultraprocesados, ricos en azúcar y grasas trans, y priorizar opciones naturales y ricas en antioxidantes es una decisión clave para mantener una piel sana y joven. Como menciona Cachafeiro en "Rejuvenece comiendo": "Lo que ponemos en nuestro plato puede marcar la diferencia en la salud y apariencia de nuestra piel a lo largo de los años".

Si te interesa el tema, este libro es una guía completa sobre cómo la alimentación puede impactar en la salud de nuestra piel así como en nuestro bienestar general. María José Cachafeiro, farmacéutica y experta en nutrición, explica de manera clara y accesible cómo ciertos alimentos influyen en los procesos de inflamación y envejecimiento. A través de recomendaciones prácticas y respaldadas por la ciencia, "Rejuvenece comiendo" nos invita a adoptar un estilo de vida más saludable. Elige una dieta rica en antioxidantes, grasas saludables y micronutrientes esenciales para mantener la piel joven y radiante. Si buscas mejorar tu alimentación y aprender a cuidar tu piel desde el interior, este libro es una lectura imprescindible.