Ya están casados. Íñigo Onieva y Tamara Falcó deben estar ultimando los detalles y equipaje para embarcarse en un avión con destino a Australia para disfrutar de su tan esperada luna de miel tras haber permanecido en el foco mediático y polémico por su recién celebrada boda. Sin embargo, cuando vuelvan de estos días de ensueño, el matrimonio tendrá que cambiar de planes.
Tamara e Íñigo tenían pensado mudarse a su nuevo ático madrileño una vez regresasen de su luna de miel. Sin embargo, esto sucederá. Según informa ‘Semana’, los recién casados no entrarán a vivir en su hogar hasta el mes de octubre, aunque por motivos ajenos a ellos. “La reforma de la casa todavía no ha terminado. La constructora que se lo está haciendo no podía empezar hasta marzo”, dice una fuente cercana a Falcó a la revista.
Este suceso ha truncado sus planes, pero no ha supuesto un problema para la pareja. Lejos de irse a vivir a Villa Meona, la mansión de Isabel Preysler, como hicieron Ana Boyer y Fernando Verdasco en su días; por el momento, Tamara e Íñigo irán a vivir juntos al piso que el empresario alquiló cuando rompió con la marquesa al salir a la luz la sonada infidelidad allá por el mes de septiembre de 2022.
Tamara tiene las llaves del ático desde junio de 2022, según las fuentes de ‘Semana’, es por eso que ya está deseando irse a vivir allí con su marido. “Ella está feliz y a la espera de poder mudarse a una casa propia y decorada por completo a su gusto. En menos de tres meses si todo va bien podrá hacerlo”, indican desde la publicación.
