La casa que la arquitecta Antonie Bertherat-Kioes comparte con su marido Philippe y sus cuatro hijas fue una estación transformadora, así como la estación principal de la línea de tren Montreux-Oberland Bernois, cuyos trenes siguen parando en la plataforma anexa.
En la actualidad, Bertherat-Kioes ha transformado el edificio en un agradable y acogedor chalet de montaña. Pero no pudo soportar la idea de desprenderse de los grandes generadores que se levantan en el corazón de la casa y se mantienen como una parte fundamental de su identidad.

La creación del chalet en la nieve es un reto conseguido
Convertir la estación en una casa fue todo un reto. La sección del edificio que albergaba el equipamiento eléctrico –incluidos los generadores– quedó en desuso en 1987 cuando una nueva planta transformadora fue construida justo al otro lado de las vías.
En el hall del generador, Berherat-Kioes trabajó alrededor de la maquinaría existente para crear la zona de acceso, la cocina y el comedor, todo con unos techos altísimos y bañado de luz natural. Además, incorporó una entreplanta a la que se accede por unas escaleras y que alberga su estudio, con vistas sobre el hall de los generadores.

Arriba, convirtió otro gran espacio industrial en un cuarto de estar con una enorme ventana –que más parece un cuadro– que se asoma al valle de Gstaad, con un escenario de montañas nevadas y pinos. Quería asegurarse que el espacio, aunque grande, fuera cálido y confortable.

Bajo el cuarto de estar, Berherat-Kioes diseñó un dormitorio principal de generosas proporciones. Aquí el mayor reto fue crear un cuarto de baño con la suficiente privacidad, pero que estuviera conectado con la habitación principal y sin perder las escasas y valiosas ventanas con vistas a la montaña.
La solución fue crear una caja de madera que se ubica justo en el centro de la habitación dejando a un lado la zona de dormir y al otro el vestidor. Una ventana interior roba la luz natural del dormitorio.

El edificio anexo que constituía la casa del jefe de la estación se ha reconvertido en un chalet de estilo contemporáneo con dormitorios para los niños, amigos e invitados.

El resultado es una casa realmente única, con un fuerte carácter industrial, aportado por el generador, pero bien equilibrado por dormitorios con un sentido orgánico de calidez y una muy buena mezcla de materiales y texturas.
"Quizá no sea la mejor estación de esquí de Suiza, pero la región es increíblemente bonita", dice Bertherat-Kioes. "Puedes practicar todo tipo de esquí: alpino, de fondo, trineo o con raquetas y caminar durante horas desde la misma puerta. Cogemos el tren para llegar a las pistas y para llegar desde Ginebra durante los fines de semana y las vacaciones. Y también es superbonito durante el verano. El paisaje aquí es fantástico."